Profesora: María del Carmen Ruiz Pino (cante flamenco)
nº proyecto: 96935-MOB-0025
Palermo es una ciudad con un encanto especial. Con una estética de calles envejecidas pero llenas de vida con mercados históricos de comida: fruta y verdura, carne, zumos dónde se pueden degustar los productos típicos en cualquier rincón. Llena de historia en sus calle se pueden contemplar numerosas obras de arte y música en directo. Una ciudad llena de colores y alegría.
Pani ca meusa
Pasta con sardinas
Canoli
Pasta alla norma (con berenjena)
Música en la calle Antigua Galería comercial dañada en la segunda guerral mundial
Fotografía de Enzo Sellerio, exposición callejera Arte urbano
La ciudad de Palermo está apostando por una ciudad con menos tráfico siendo muchas las calles peatonales. Existen también zonas verdes que dan vida a la ciudad. La recogida de basuras está en proceso de cambio, siendo esta por zonas por lo que en algunos puntos de la ciudad en el centro histórico se realiza puerta por puerta algo que en algunas calles no funciona muy bien. La conciencia sobre el reciclaje y separación de residuos es latente tanto en el Conservatorio como en los alojamientos vacacionales. En el Monte Pelegrino (zona protegida por su flora y fauna) se encuentra el Monasterio de Santa Rosalía se pueden realizar rutas por la montaña con vistas maravillosas a la ciudad. Me sorprendió lo bien conservado de estas rutas naturales con ausencia total de basura o restos humanos.
El Conservatorio di Musica Alessandro Scarlatti de Palermo en Italia está situado en el centro de la ciudad. Es una de las escuelas de música más antiguas de Italia,[1]la organización se estableció originalmente como un orfanato para niños conocido como Orfanotrofio del Buon Pastore («Orfanato del Buen Pastor») en 1618. La enseñanza de música comenzó en la escuela a finales del siglo XVII, y durante un período limitado, la música fue el énfasis principal de la escuela cuando se conocía como Conservatorio dei giovanetti dispersi (jóvenes desaparecidos). Se convirtió en una universidad de artes liberales, con énfasis en literatura y escritura durante la primera mitad del siglo XVIII. En 1747 se reanudó el énfasis en la música y poco después la escuela pasó a llamarse «Colegio musical del Buen Pastor») Funcionó bajo ese nombre hasta 1915, cuando el nombre de la escuela fue cambiado a Conservatorio di Musica Vincenzo Bellini. En 2018, el nombre de la escuela volvió a cambiar en honor al compositor Alessandro Scarlatti.
El compositor Nicola Logroscino fue maestro de capilla en el conservatorio de 1758 a 1764 y el compositor Gaetano Donizetti enseñó en la facultad durante su estancia en Palermo a mediados de la década de 1820.
En la actualidad se cursan estudios superiores de música de diferentes especialidades. entre las que destacan el canto Barroco y el género jazz en multitud de instruments incluído el canto. El claustro es bastante numeroso y todos los profesores con los que traté tienen una activa carrera artística paralela a su faceta docente. Su horario es de 12 horas lectivas semanales que suelen impartir en dos o tres días lo que les permite su actividad concertística.
El Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán se caracteriza por ser un ejemplo destacado de inclusión y diversidad en el ámbito académico y artístico. En su enfoque hacia la educación musical, no solo se valora la excelencia académica y técnica, sino también la riqueza cultural que aportan sus estudiantes y profesores. La institución ha logrado construir una comunidad multicultural, donde se fomenta el intercambio de ideas y experiencias, permitiendo que cada individuo, independientemente de su origen, tenga la oportunidad de contribuir al desarrollo colectivo de la música en un ambiente abierto y respetuoso.
Uno de los aspectos más notables de la diversidad en el Conservatorio es la composición de su alumnado. Aproximadamente un 20% de los estudiantes provienen del extranjero, un porcentaje que refleja el carácter internacional y acogedor de la institución. Muchos de estos estudiantes son beneficiarios de becas Erasmus, un programa que permite la movilidad académica dentro de Europa y que ha sido fundamental para fomentar el intercambio cultural y académico entre los estudiantes de diferentes países. A través de este programa, el Conservatorio de Milán ha atraído a músicos talentosos de diversas naciones, lo que ha enriquecido su ambiente educativo con una gama de perspectivas y estilos musicales variados.
Además de los estudiantes europeos, el Conservatorio ha visto un aumento significativo en la presencia de estudiantes no europeos, en particular de Asia. Este fenómeno refleja la creciente internacionalización de la música clásica y contemporánea, así como el interés de los jóvenes de todo el mundo por estudiar en una institución de renombre como el Conservatorio Giuseppe Verdi. La diversidad geográfica de su alumnado no solo amplía los horizontes culturales del Conservatorio, sino que también aporta nuevas tradiciones musicales, enfoques pedagógicos y técnicas de interpretación que benefician tanto a los estudiantes locales como a los internacionales. La institución se enriquece con la llegada de estudiantes asiáticos, quienes traen consigo influencias de sus tradiciones musicales, que van desde la música clásica china hasta los ritmos y sonidos característicos de la India y el sudeste asiático.
Este ambiente multicultural también se refleja en la estructura administrativa del Conservatorio, que promueve una gestión inclusiva y accesible. La administración del Conservatorio es consciente de la importancia de crear un entorno en el que se respeten y valoren todas las culturas y tradiciones. Esto se traduce no solo en políticas académicas, sino también en una actitud abierta hacia la implementación de actividades y proyectos que fomenten la interacción entre diferentes culturas. La dirección del Conservatorio apoya activamente iniciativas que celebran la diversidad, y se asegura de que todos los estudiantes, independientemente de su procedencia, puedan sentirse parte de una comunidad acogedora.
Uno de los medios más efectivos de integrar y promover la diversidad cultural y artística dentro del Conservatorio es a través de la organización de actividades y eventos que reflejan la pluralidad de las expresiones musicales. El Conservatorio no solo ofrece programas de formación en música clásica, sino que también impulsa la enseñanza de música no tradicional europea. Un ejemplo notable de esto es la oferta de clases y talleres de música india, como el Bansuri, la tradicional flauta travesera india. A través de estos programas, los estudiantes tienen la oportunidad de aprender sobre diferentes tradiciones musicales y explorar su creatividad en un contexto más global, lo que les permite enriquecerse tanto técnica como culturalmente.
Además de las clases regulares, el Conservatorio organiza una variedad de eventos que celebran y promueven la diversidad, tales como conciertos, festivales de música internacional, y colaboraciones con artistas y agrupaciones de diferentes partes del mundo. Estos eventos no solo brindan una plataforma para que los estudiantes presenten sus habilidades, sino que también sirven como espacios de intercambio cultural en los que se fusionan diferentes géneros y estilos musicales, promoviendo la cooperación y el entendimiento mutuo entre culturas.
El ambiente inclusivo que se respira en el Conservatorio también se refleja en su enfoque hacia la educación artística. Se valora y respeta la diversidad de enfoques interpretativos, estilos compositivos y tradiciones musicales. Al mismo tiempo, se pone énfasis en la importancia del respeto mutuo y el diálogo intercultural entre estudiantes de diferentes orígenes. Esta apertura no solo se limita a las aulas, sino que también se extiende a las relaciones sociales y profesionales que se establecen dentro del conservatorio, creando una atmósfera donde la creatividad fluye de manera libre y donde los estudiantes pueden inspirarse unos a otros.
La diversidad también se manifiesta en los programas de intercambio y en las colaboraciones con instituciones musicales internacionales, que permiten a los estudiantes tener una visión más amplia del mundo musical fuera de Italia. Estas oportunidades de internacionalización son claves para los estudiantes que desean desarrollar una carrera global en la música, ya que les permiten establecer conexiones con colegas y profesionales de otros países y participar en redes de alto nivel.
En resumen, el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán es una institución que no solo destaca por su alto nivel académico y artístico, sino también por su firme compromiso con la inclusión y la diversidad. A través de su enfoque multidisciplinario y multicultural, el Conservatorio se ha convertido en un verdadero crisol de culturas, donde la interacción entre estudiantes de diferentes partes del mundo fomenta una educación musical rica, variada y profundamente enriquecedora. Esta diversidad, tanto en la comunidad académica como en la administración, es uno de los pilares que sostiene la visión innovadora y global del Conservatorio, consolidándolo como una de las instituciones más prestigiosas y respetadas en el ámbito de la educación musical internacional.
Detalle de arpa, pieza del museo propio del Conservatorio Alessandro Scarlatti para la conservación de instrumentos antiguos. Y obras de arte en las instalaciones reciclando instrumentos.
Palermo posee el teatro más grande de toda Italia: el Teatro Massimo (debe su nombre a su dimensión). Se trata del mayor teatro de la ópera de Italia, el tercero más grande después de la Ópera de París y la Ópera Estatal de Viena. El conjunto arquitectónico es de dimensiones considerables y los salones, las galerías y las elegantes y monumentales escaleras que lo recorren lo convierten en una verdadera atracción para visitar. Desde los adornos dorados hasta las butacas de brocado rojo, pasando por los espejos antiguos y las lámparas de Murano, el teatro se distingue no solo por su tamaño, sino también por su refinamiento y elegancia. Entre sus salas, merece la pena destacar la Gran Sala del teatro, conocida por su acústica perfecta y por la Ruota Simbolica (la Rueda Simbólica), una obra maestra de arte e ingenio pintada al fresco por Luigi di Giovanni. La rueda consta de once paneles trapezoidales de pinturas sobre lienzo dispuestas en forma de rueda alrededor de un círculo central que representa el Triunfo de la Música. Mediante un sistema de cables, los paneles pueden abrirse hacia arriba para que el aire caliente pueda salir y permitir la ventilación de la sala. El Teatro Massimo es un lugar de excelencia para la temporada de conciertos de ópera, ballet y música clásica, así como para actividades educativas destinadas a escuelas y para visitas guiadas.
Allí pude disfrutar de la ÓPERA "Salome":
La obra maestra del compositor bávaro Richard Strauss, Salomé, con libreto de Hedwig Lachmann. En el podio de la Orquesta del Teatro, el maestro Gaetano d'Espinosa. Una producción de la Ópera Nacional Irlandesa de Dublín, dirigida por Bruno Ravella e interpretada por Carmine De Amicis. La escenografía y el vestuario son de Leslie Travers, interpretado por Malcolm Rippeth.
Un drama en un acto, basado en la obra homónima de Oscar Wilde, Salomé supone un reto musical de gran intensidad para la orquesta, por la extraordinaria riqueza de la partitura y por ser uno de los papeles más exigentes del repertorio para soprano solista. En el papel principal estuvo la soprano Nina Bezu.
En otra imágenes se pueden contemplar: la Catedral de Palermo, iglesia Martorana y de San Cataldo, catedral de Cefalú otra joya de la arquitectura árabe normanda, museo de la mafia italiana (un proble que aún se sigue arrastrando) y el concierto de la napolitana (Niña del Sud) que de una formma contemporánea y fresca versiona temas del folclore italiano.
Iglesia de Santa Ana. Contrastes de la ciudad
Catedral de Palermo, Iglesia de Santa Maria dell'Ammiraglio (o iglesia de la Martorana) e Iglesia de San Cataldo
Con un patrimonio artístico y arquitectónico sin igual, signo de las numerosas almas que la han atravesado a lo largo de los siglos, Palermo es una ciudad con mil caras: una de ellas es el legado dejado por el reino normando de Sicilia (1130-1194), por el que la Palermo árabe-normanda se ha declarado una de las maravillas indiscutibles de la humanidad y hoy es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Las maravillas de la Palermo árabe-normanda se distribuyen entre el centro histórico de la encantadora ciudad del norte de Sicilia y los municipios de Cefalú y Monreale, que albergan dos catedrales símbolo del poder del reino normando de Sicilia a finales del año 1100.
Atardecer en Cefalú (pueblo cercano a Palermo. Playa de Mondello (la más cercana a la ciudad)