MI HISTORIA

      UNA CHICA Y SU MIEDO AL RECHAZO

Comenzaba un nuevo año y cada día se acercaba cada vez más la entrada a clases, una chica entusiasmada y nerviosa por este día se encontraba navegando en sus pensamientos, era muy linda, sus ojos eran de un color café oscuro y solo se notaban cuando la luz los iluminaban, su sonrisa era muy bonita, sus dientes eran alineados y cada vez que sonreía aparecía un hoyuelo en su mejilla, muy pocos sabían cosas sobre ella, ya que no solía contar sobre ella a los demás, era una chica con sentimientos muy bonitos que solo pocos sabían valorar, también era muy responsable y tenía demasiadas metas que esperaba poder conseguirlas algún día, era muy curiosa y siempre quería saber el porqué de las cosas, cada vez que conocía personas nuevas era callada al principio, pero cuando se empezaba a sentir cómoda con esas personas no paraba de hablar y se volvía muy divertida, le gustaba dar lo mejor de ella y nunca se rendía. Las semanas transcurrieron y por fin el día había llegado, ese día era una mañana fresca, la brisa del viento golpeaba su cara mientras iba en el auto que la transportaba a su colegio, divulgaba constantemente en sus pensamientos y esperaba que ese día fuera estupendo, ya que, justo estaba de cumpleaños.

Llegó a su colegio y aunque ya conocía a muchas personas en este, tenía nervios y miedo de que esas personas que ella solía conocer no les agradara nuevamente, entonces se preparó y decidió ser valiente, se encaminó hacia ellos y con una expresión de felicidad por el reencuentro la recibieron sus amigos, eso la hizo sentir feliz y cómoda, en sus pensamientos así misma se dijo: “ves, solo son tus pensamientos los cuales te hacen sentir que serás rechazada, así que no tengas miedo y sé tú misma", luego de esto, la chica se empezó a sentir más segura con cada acto que hacía, pero; tiempo después su seguridad se fue apagando cuando le empezó a gustar un chico, cada recreo lo seguía con la mirada, sus ganas de hablarle se fueron intensificando, pero algo en ella decía que no era el momento y pensaba que ese chico jamás se fijaría en ella, ya que él tenía una apariencia un poco intimidante, el chico tenía unos ojos muy lindos, su color eran de un café miel, tenía una sonrisa torcida, lo cual le hacía ver mucha picardía, por alguna extraña razón a la chica se le hacía muy atractivo esto y constantemente se preguntaba por qué, pero no hallaba respuesta alguna, sus amigas le daban un rotundo "NO" cuando ella les preguntaba que tal les parecía ese chico, ella un poco indignada por esto, decidía ignorarlas y en su mente decía que sus amigas no sabían apreciar esa belleza de la que tanto llamó su atención, los días pasaban y las miradas de ella hacía el fueron aumentando, hasta que en un momento el chico la notó, se empezó a sentir demasiado nerviosa, no se podía creer eso, que él la estuviera mirando? Por Dios, era lo que menos se esperaba, así que después de esto las miradas se iban volviendo cada vez más intensas entre los dos, aunque no era intencionalmente se solían cruzar por los pasillos del colegio. Se cruzaban tanto que ella empezó a tener cierta curiosidad y sentía mucho más interés del que tenía, deseaba hablarle, pero sus pensamientos intrusivos volvían de nuevo a ella, el pensamiento de un posible rechazo la carcomía, pasaron muchos días, incluso cuatro meses y sus miradas aún se encontraban, ninguno de los dos se habían atrevido a hablarse, ni un hola y ni un acercamiento, desde luego, la chica sintió y era visible de ver que ya no podría pasar algo entre ellos, su decepción fue notoria y un poco triste, ya que por ese miedo al rechazo nunca se atrevió a hablarle y claro está, que él tampoco se atrevió. Luego de esto se propuso a dejar de mirarlo, lo evitaba cuando estaban cerca, también decidió dejar el sentimiento que tenía por él y así fue. La chica por fin se dio su tiempo, como anteriormente lo hacía de pensar en otras cosas que no eran él. En algunos momentos se cruzaban en los pasillos, sus miradas conectaban y ella solo ignoraba la emoción que esto le causaba, así que, solo siguió con su vida como era anteriormente antes de haberlo visto, dejando atrás todas esas emociones fuertes que algún día sintió. FIN.

Con esta historia podemos concluir que el rechazo es uno de los miedos más grandes que alguien puede llegar a tener, la chica no fue la excepción, ya que él miedo no le permitió arriesgarse a hablarle, aunque no debió dejar que ese miedo la frenará, ya que por más que temamos al rechazo, no sabremos si este existe a menos que lo experimentemos, y, aunque está historia no termino con un final esperado no significa que sea un fracaso, ya que nos dejó una reflexión importante.