Después de una nociva tendencia a menospreciar los aportes de las Ciencias Sociales a la comprensión de la importancia de las relaciones y tensiones de la sociedad, presenciamos el regreso de estas disciplinas a las aulas y es así porque, como caminantes ciegos, es imprescindible alumbrar lo expresado por Bourdieu, Freire y muchos otros intelectuales, al percibir que los estudiantes heredan una cultura educativa no neutra, sino conformada por elementos subyacentes al sistema escolar, donde pueden reproducirse las estructuras de clase social y desigualdad desde el saber. Los docentes van transformando las condiciones adversas al aprendizaje, de acuerdo con sus propias concepciones y buscando alternativas en el diseño de prácticas innovadoras para el beneficio de la comunidad.
Analizar dialógicamente la naturaleza y objeto de la filosofía y sociología de la educación, a través del enfoque intercultural crítico, para que las y los estudiantes normalistas reflexionen los procesos de construcción y función social de la educación.