Intercambio Koblenz 2023

¡Cenamos a las 21:30,no a las 18:00!

Elena Pastor Curiel

Recuerdo los momentos en los que estábamos esperando al autobús 824, la línea que llevaría a nuestros amigos alemanes desde el aeropuerto Madrid-Barajas hasta Alcalá de Henares. Los nervios se podían palpar en el aire, el típico ‘¡CUÁNDO LLEGAN!’ resonaba continuamente en nuestros oídos y no había quien no estuviera corriendo nerviosamente de un lado a otro. Teníamos la sensación de que, al fin, íbamos a conocer a las personas con las que llevábamos hablando meses: parecía irreal. Para muchos, esta ha sido la primera vez que hemos acogido a un estudiante de intercambio en nuestra casa, una experiencia completamente novedosa ante la que no sabíamos cómo reaccionar. Han sido ocho días intensos, ocho días donde por primera vez el idioma que menos se hablaba a mi alrededor era el español, ocho días repletos de mil aventuras. 

En primer lugar, explicaré en qué consiste el intercambio Koblenz-Alcalá 2023, del que aún solo se ha realizado la primera parte. Los participantes son 24 alumnos de 1º de Bachillerato, que empezaron a estudiar alemán en 1º de la ESO. Durante 8 días de mediados de abril, cada uno de nosotros ha acogido a un estudiante del Bischöffliches Casanus-Gymnasium, un instituto en Koblenz (Alemania), donde sus alumnos cursan la optativa de español. A su vez, ellos nos acogerán a mediados de junio. El objetivo es dar un gran paso en nuestro aprendizaje de alemán y crear amistades con personas muy distintas a nosotros, que podrían prolongarse durante años. 


Todo comenzó cuando Britta nos dio el contacto de nuestros compañeros de intercambio alemanes. Empezamos a hablar y a conocernos un poco, y comenzamos a preparar su llegada, a hacer mil planes para que nuestros “alemanes” pudieran conocer nuestra región. 

Nuestros amigos llegaron derrochando energía, con ganas de patearse todo Alcalá. Nos han dejado completamente agotados. Han surgido mil planes: desde las actividades más cotidianas como ir a clase de Matemáticas, hasta descubrir los rincones más emblemáticos de Madrid, pasando por pintar enormes cuadros abstractos juntos o averiguar los secretos del casco antiguo alcalaíno. Los hemos llevado a comer tapas hasta decir basta, hemos visto cómo se entusiasmaban con solo mirar un cielo azul, sin nubes, cada mañana y su deleite al ver un Madrid vibrante, lleno de energía primaveral. Hemos contemplado con cierta diversión su empeño en absorber cada rayo de sol que se posaba en sus mejillas y su sorpresa con los actos más banales y cotidianos. Parecía increíble su asombro al ver cómo funcionaba nuestro día a día, con unos horarios tan extraños, (¡Resulta que cenamos a las 21: 30, no a las 18:00!), o un volumen de voz tan alto, etc

Las actividades entre semana fueron organizadas por nuestra profesora de alemán, Britta, y durante el fin de semana hicimos excursiones por nuestra cuenta, que incluyeron planes como visitar el Parque Warner todos juntos o excursiones a Madrid, al Escorial, a Toledo, etc.

Por suerte, no hubo demasiados problemas de entendimiento. (Los chillidos en las montañas rusas se entienden en todos los idiomas, y no hay lenguaje más universal que las carcajadas)

Dicen que aprender sobre otras culturas y convivir con personas de otros países es muy enriquecedor… Y aunque suene a panfleto publicitario sensacionalista, creo que es verdad. La sensación que nos invadió cuando nos despedimos de nuestros compañeros de intercambio fue… extraña, casi indescriptible: sientes algo así como que todo fue un extraño sueño, que parece imposible que cada mañana se haya levantado un perfecto desconocido en la habitación de al lado y haya desayunado e ido al colegio contigo. El hablar español con normalidad, sin tener que traducir a cada momento, se hace algo antinatural. Nuestra inmersión ha sido tan plena que parece increíble que solo haya durado ocho días y no un año. Aunque no todo haya sido de color rosa y convivir con nuevas personas no siempre es fácil, creo que todos vamos a guardar estos días con un cariño especial en nuestra memoria

Finalmente, me he dado cuenta de que he descubierto dos cosas: la primera es que me encanta hablar horas y horas con personas de distintos países, es maravilloso poder sentir una atmósfera tan internacional; y lo segundo es que… transmitir la cultura española es tan hermoso como conocer otras.


¡Muchas gracias a todos mis compañeros y profesores por haber hecho este intercambio posible! Por suerte, creo que esto no ha hecho más que empezar.