La polilactida, PLA, es un termoplástico biodegradable derivado del ácido láctico natural, conseguido a partir de la descomposición del maíz, la leche, y otros productos ricos en almidón. Se asemeja al poliestileno claro, y proporciona una buena estética (brillo y claridad). Es duro y quebradizo por lo que debe ser aditivado con plastificantes, para ampliar su rango de uso. Es transparente, rígido y con una resistencia a tracción relativamente buena, como la del Policarbonato. Puede ser procesado como la mayoría de plásticos: en fibras, películas, termoformado o moldeado por inyección. Está preparado para poder ser usado como package de alimentos y bebidas no gaseosas.
El poliácido láctico tiene su nacimiento a mediados del siglo XX de la mano Théophile-Jules Pelouze, un químico que destacó por sus estudios sobre la fermentación, sus investigaciones sobre las propiedades y composición del azucar de remolacha y el descubrimiento de la nitrocelulosa y otros.
Fue en el año 1845 cuando él, por medio de la condensación del ácido láctico, consiguió un PLA de bajo peso molecular y un dímero cíclico del ácido láctico. Será a partir de este inicio, de donde partirán las posteriores investigaciones e innovaciones en la polimerización del ácido láctico.
Sería en el 1932 cuando Wallace Carothers, un químico muy conocido por su participación como líder del departamento Dupont y como el inventor del nailon, desarrollaría un PLA de alto peso molecular sometiendo el ácido láctico a calor constante, al igual que Pelouzé, pero a vacío. Un método que posteriormente el departamento Dupont patentaría en el 1954.
La producción masiva de PLA no pudo llevarse a cabo en ese momento preciso. El elevado coste de producción de este, hizo que el material solo se pudiese aplicar a productos muy específicos del ámbito de la medicina y la cirugía. Los posteriores avances en la fermentación de la glucosa hicieron más fácil la obtención de ácido láctico y por ello se abarataron los precios de producción.
Es a partir de ese momento cuando empiezan a surgir nuevas aplicaciones del PLA: como revestimiento, como constituyente en resinas, etc.
Sería en el 1985 cuando la empresa Cargill comenzaría a investigar el material para su futura producción industrial, y esta no tardaría mucho en llegar. En el 1993 es cuando se considera el nacimiento del PLA industrial, Cargill lo pondría en venta como un material totalmente innovador, natural y biodegradable; unos adjetivos que atrajeron a más empresas a la producción de este.
Actualmente son muchas las empresas productoras de PLA y este está teniendo un papel muy importante en el ámbito del package y de la impresión 3D, unos ámbitos con un futuro de producción muy creciente.
Web de carácter académico realizado por el grupo COMA-COORPORATION para la signatura de Materiales I, de la Universidad Jaume I.
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