Marie Pierre Kuhn

Sus personajes estilizados, entre misteriosos y encantadores, transmiten sentimientos encontrados. Sus rostros puros evocan figuras de estatuas africanas. Añadiendo elementos anacrónicos (títeres, copa y pelota) lleva sus obras a un universo único, donde la realidad vuela a tierras imaginarias. Detrás de un escenario lúdico se esconde otro universo más confuso y recién sugerido que su pintura deja libre a la interpretación. Estos elementos se refieren a un mundo onírico simbólico. El uso alegre y vigorizante del color nos da una impresión de amor a la vida y bondad hacia los seres humanos. Si los sueños son una fuerza impulsora de la creatividad, Marie-Pierre aún mantiene un vínculo sutil con el realismo al preservar la gráfica figurativa, y los elementos decorativos constituyen la estética arquitectónica de su trabajo. Mediante el uso de líneas, puntos y otros motivos, crea una escritura rítmica, tanto simple como dinámica. Los matices en tonos de grises coloreados revelan una intención hacia la sencillez que le da mayor significado. Para Marie-Pierre, la pintura es ante todo contar historias en silencio y crear atmósferas propicias a la contemplación o la meditación.

En 1999 expuso por primera vez en la Galerie Vonesch de Mulhouse con gran éxito. Además de exposiciones en las principales ciudades francesas como París, Versalles, Cannes y Estrasburgo, su obra se ha mostrado en Barcelona, ​​Amberes y Montreux.