Guía, ¿por dónde andas? ¡Necesito tu ayuda y rápido! No importa que hoy no te muestres, pero al menos déjame sentirte cerca… La verdad es que, dadas las circunstancias, es mejor que no te muestres con tu sari flameante, tu velo, tus canastos, y todo eso. Es decir, si decides mostrarte sería mejor, claro, pero trata de venir vestida como de hombre y con un balde de agua por si me…
OK, es un poco complicado. Cómo me explico. Mira, no me preguntes cómo pero el asunto es que me encuentro en un cuadrilátero enfrentándome a un pugilista.
Ocurre que me invitaron a las peleas y parece que me entusiasmé demasiado porque se me hizo fácil aceptar el desafío cuando salió este tipo diciendo a ver quién lo retaba a unos cuantos rounds. Yo acepte.
En un dos por tres ya estaba en el ring dando saltitos ágiles y lanzando golpes al aire con mi bata con el slogan Que por mí pase el Camino. Después de algunas cabriolas más me quité la bata para exhibir mi musculatura, esperando el comienzo del match. Me sentía llena de confianza y no me di la molestia de mirar a mi contendor, que desde su esquina me miraba con ojillos socarrones, bien rodeado de su comitiva y su entrenador.
Suena el gong, comienza el primer asalto y me paro de un brinco a enfrentar a mi oponente, y… no hablemos del primer asalto. Ya íbamos en el segundo cuando al esquivar un golpe me fijo en la bata del boxeador sobre su silla. Tiene una sola palabra: Yo. Esto me desconcentra. Qué es eso de Yo, pienso y justo ahí, me llega un derechazo que me deja girando como trompo. ¡Ay, Guía! Bueno, al menos procuré parar con una pirueta bastante artística y logré recuperar el equilibrio. Afortunadamente, ahí se acabó el asalto y pude volver a mi esquina.
Recién entonces me di cuenta de que no tengo entrenador ni comitiva. ¡Guía, lo peor es que ahora me fijo que tampoco hay árbitro!
Abreviemos. Después de dos rounds lo que está pasando por mí no es el Camino, sino que más bien una aplanadora. Guía, te necesito. Otra cosa, confío que entre tus habilidades esté la de entrenadora de box, porque la verdad es que… ¡Uy, apúrate Guía que ya empieza el tercer asalto!