Una ciudad posible o imposible

Ya una urbe de más de un millón de almas tiene cientos de problemas que se han ido agravando con el paso de los años; sea por la incompetencia de sus autoridades, sea por la indolencia de sus habitantes.

5 de febrero del 2022

GERARDO

CAILLOMA


gcailloma@gmail.com


Trujillo, una ciudad posible... ¿o imposible? Un sueño que muchos ciudadanos queremos realizar con la ciudad que nos acoge. Ya una urbe de más de un millón de almas tiene cientos de problemas que se han ido agravando con el paso de los años; sea por la incompetencia de sus autoridades, sea por la indolencia de sus habitantes, comunidad de donde salen las personas que rigen el destino de nuestra ciudad. De manera personal, una vez instalado en los 90, me inserté en el tejido social y cultural trujillano. Gracias a las instituciones educativas y culturales a las que me fui integrando fui conociendo más la problemática de una ciudad en constante movimiento, pero con carencia de líneas claras para su desarrollo holístico en varios rubros como el urbano, por ejemplo. En 1972, se logró declarar Zona Monumental al espacio de 72 manzanas que se ubican dentro de las antiguas murallas que circundaban a nuestra ciudad. Desde entonces, ha habido propuestas y avances para lograr que esta declaratoria beneficie no solo a los residentes de la zona de interés, sino a la ciudadanía en general. Hubo iniciativas municipales y otras instituciones para intentar ordenar una ciudad que cada vez más se hunde en el caos. Ha habido intentos de lograr el título de Patrimonio de la Humanidad como lo son Cusco, Lima o Arequipa; estas postulaciones iban acompañadas de sus respectivos expedientes, pero una serie de circunstancias y el acelerado deterioro de varias zonas de postulación impidieron estos intentos. Hubo reuniones diversas en las que participaron vecinos e instituciones afincados en este espacio para poder trabajar para ese objetivo. Sin embargo, la presencia de muchas zonas irrecuperables imposibilita este logro que hubiera sido un gran aporte para nuestra ciudad desde muchas perspectivas, no solo arquitectónica. Por otro lado, en estas últimas décadas, ha habido diversas iniciativas institucionales o privadas para rescatar casas o incluso calles. Algunas iniciativas proponen el rescate de algunos lugares que conservan su belleza; entre estas propuestas está la sistemática peatonalización del Centro Histórico con el fin de hacer una ciudad más amable al ciudadano, rescatar espacios públicos para recreación y sacar los vehículos que incrementan la tugurización y contaminación de la zona. Otros buscan el mantenimiento de los edificios con intervención de muros laterales, varios de ellos con ningún tipo de acabado, para intervenirlos con bellos murales como tienen otras ciudades del mundo. La belleza es un derecho al que tienen todos los ciudadanos y los trujillanos podrían empezar con esto. Esto urgente y necesario antes de llegar a un punto de no retorno en general. Y para eso se necesita el compromiso de autoridades y la población. Así, pues, de nosotros depende de tener una ciudad posible... o no.


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