Reclamos pertinentes

El tema de la cultura sigue siendo un asunto tan manoseado como maltratado e incomprendido. En los presupuestos, siempre suele estar relegado y se le asignan cantidades que suelen justificar gastos improductivos para un rubro tan necesario como urgente.

1 de octubre del 2022

GERARDO

CAILLOMA


gcailloma@gmail.com


Mañana son las elecciones municipales y regionales. El lunes 03 ya tendremos un nuevo alcalde y gobernador regional que entrarán en vigencia el 01 de enero del 2023. Salvo que haya situaciones demasiadas irregulares por las tantas pullas y ataques que estamos viendo, más las denuncias e impugnaciones que seguramente habrá, el 03 ya conoceremos las personas que gobernarán nuestras caóticas ciudades y región. Nuevas autoridades que enfrentarán las hidras de mil cabezas. Trujillo entonces se levantará el lunes para comenzar a ordenar temas puntuales con el fin de ver qué cosas se van a proponer para todos los ciudadanos estas nuevas autoridades. Fuera de los temas urgentes como la seguridad y otros reclamos un poco postergados, pero prioritarios como erosión costera, medidas de prevención para un cercano Niño, el tratamiento de la basura y la contaminación ambiental; urge también ver los planes culturales, muchos de los cuales tienen directivas y no se han ejecutado, así como rescatar convenios y actividades culturales que permitían justificar un poco nuestra condición de capital de la cultura. Ese es el mote con el cual se identifica nuestra ciudad.


A estas alturas, espero que ya se hayan leído los planes presentados (los que lo hicieron) por los candidatos, algunos de los cuales estuvieron haciendo una fuerte inversión de recursos (esperamos de sus arcas y no de las municipales o regionales) de manera desesperada, además de repartir promesas por doquier. El tema de la cultura sigue siendo un asunto tan manoseado como maltratado e incomprendido. En los presupuestos, siempre suele estar relegado y se le asignan cantidades que suelen justificar gastos improductivos para un rubro tan necesario como urgente. En el artículo de la semana pasada exponía la importancia que la cultura (ciencias, arte y movimientos sociales) tiene para cualquier sociedad y una gestión inteligente puede sacar grandes provechos no sólo para la educación o turismo que es a los que más la vinculan e, incluso, proponen su absorción a una de estas grandes actividades humanas. Por eso, se hace necesario que la nueva gestión municipal busque independizar la cultura de la educación y el deporte, cada una de las cuales tienen sus propias dinámicas y urgencias. Trabajar complementariamente, no bajo la dependencia de un tema vertebral como es la educación. O la actividad deportiva, la cual tiene una gran relevancia como ya lo vemos en otros países como Colombia y Chile, países que han ido incrementando su potencial humano en todos los campos como lo han demostrado los Juegos Panamericanos de Lima del 2019, los recientes Sudamericanos de diversas disciplinas y los Bolivarianos en los cuales quedamos bastante rezagados tras Colombia, Venezuela y Ecuador. Eso, ya de por sí, justifica que cada rubro maneje con independencia sus asuntos. No es cuestión de hacer crecer la burocracia, sino de un manejo racional de recursos, tanto humanos como económicos, para tener logros más significativos.


La pandemia desnudó una cruda realidad: el grado de desconocimiento por parte de varias entidades y el abandono de muchas personas dedicadas a muchas actividades artísticas y académicas que pasaron penurias durante estos dos últimos años. Hubo varias personas que fallecieron o quedaron en la miseria al ver sus principales medios de subsistencia cerrados parcial o definitivamente. Aún queda en nuestros recuerdos la cantidad de músicos que iban de barrio en barrio tocando por las calles con el fin de hallar un poco de ayuda de la ciudadanía. Hubo varios intentos de censar y formalizar al mayor número de personas como artesanos, escritores, fotógrafos, dramaturgos, músicos, un largo etcétera de personas que necesitaban ayuda directa. El MINCUL trató de formalizar estas ayudas, pero para muchas personas fue todo un desafío el organizarse. Hubo grupos de artistas que lograron constituirse en asociaciones o gremios que les permitió y permite seguir adelante. Pero es insuficiente. Es necesario alentar un censo municipal de artistas y su formalización, base de lo que les permitirá ser receptores de los beneficios de una remozada Ley del Artista. Es necesario salir del anonimato y esto debe de ser alentado no sólo desde el Gobierno Central a través de su ministerio, sino por la gestión edil o regional.


Por otro lado, la Municipalidad tiene una serie de convenios y alianzas que deben de volver a restablecerse. La necesidad de internacionalización de la producción cultural de nuestra ciudad y región debe ser un derrotero que ayudaría a muchos artistas. Estas permiten una interesante movilidad de verdaderos embajadores entre nuestras ciudades u otros países. Hace poco estuvo por nuestras tierras, una representante de una hermandad que desea reverdecer este convenio que permitió un activo intercambio de artistas e intelectuales entre México y Perú. Los convenios entre municipalidades, además, permitiría un flujo interesante de personas que van desde el turismo a los negocios, si queremos ampliar el panorama.


Otro punto es tratar de reflotar algunas actividades culturales que fueron la bandera cultural de nuestra ciudad como las bienales o las ferias del libro. Un buen trabajo en conjunto entre el sector privado, público (municipal o regional), asociaciones y entidades del exterior (embajadas, por ejemplo) podría dar buenas propuestas para retomar nuestro lema de ser la ciudad de la cultura.


Veamos qué irá a pasar.


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