Libros, cultura y memoria

Hubiera sido ideal haber visto a las grandes universidades y los centros culturales de nuestra ciudad verse todos involucrados por un objetivo común: una celebración digna de la memoria de César Vallejo.

27 de noviembre del 2022

GERARDO

CAILLOMA


gcailloma@gmail.com


El reciente miércoles hubo una interesante presentación del libro “Alarcón Bio-Antología 1984-2020” de Luis Alarcón en la Alianza Francesa de nuestra ciudad. El libro de 278 páginas contiene textos y fotografías de la obra de este multifacético artista a lo largo de su vida artística que reúne pinturas, instalaciones, esculturas, máscaras; fuera de testimonios personales y artículos escritos por diversas personalidades ligadas al arte. Alarcón también ha incursionado en la poesía y pronto estará presentando un nuevo poemario a la colectividad trujillana. Este libro estaba destinado a acompañar una muestra individual que iba a reunir su trabajo realizado entre esos años y, por razones de la pandemia, tuvo que suspenderse. Las palabras de reflexión sobre el libro fueron ofrecidas por Alfredo Alegría, crítico de arte y autor de algunos textos contenidos en el mismo. Durante su exposición, Alfredo habló de la urgente necesidad de rescatar el arte en nuestra sociedad, de valorar este espacio emocional para una ciudad que vivió y vive momentos críticos. Por eso, tomo este evento para hacer reflexión de la forma cómo todavía no hemos abordado adecuadamente esa dura vivencia que fue la pandemia y la lamentable crisis sanitaria que esta provocó en nuestro país.


Tras dos años de habernos sumergido en un aislamiento forzado que nos atemorizó viendo cómo amigos, parientes, diversas personas eran víctimas de ese fatal virus y el deterioro paulatino de la sociedad en su conjunto con actos y hechos vergonzosos y luctuosos; todavía no hemos terminado de procesar toda esta amarga experiencia que nos removió en lo personal y colectivo. Este año que pronto estará llegando a su fin ha sido de reacomodos y negaciones, de nuevos hábitos y de desaprendizajes. A fines del año pasado miles de personas se volcaban a las calles, a las salas de cine, a los restaurantes, a las discotecas, a los teatros; espacios en los que nos volvíamos a encontrar como restableciendo las conversaciones pendientes, algunas de las cuales quedarán ahí, puesto que nuestros interlocutores partieron. Una suerte de búsqueda del tiempo perdido. Conversando con Luis Alarcón comentábamos sobre este duro proceso que los artistas están viviendo después de estos dos años de oscuridad; algunos partieron, muchos sobrevivieron como pudieron. Las artes y la cultura se vieron postergadas, equivocadamente, por la emergencia sanitaria que enviaba a miles de ciudadanos a hospitales e, incluso, clínicas colapsadas. Leyendo el libro Los hijos de la peste de Marcel Velásquez, algunos de sus artículos describen la angustia que enfermos y familiares pasaron para conseguir ingresar a un hospital con el fin de encontrar una cama que muchas veces se convertía en su lecho de muerte; o, en el peor de los casos, morían en destartalas sillas de ruedas o en los pasillos. Esa compleja y extrema situación, como en una guerra, generó una coraza para distanciarnos del dolor y el duelo frente a la muerte, lo cual terminó endureciendo a muchos para poder seguir adelante. Negar todo, cargarlo sobre las espaldas. El reclamo de Alfredo se centraba precisamente en esa necesidad de volver a sensibilizarnos tras tan amarga y angustiante experiencia. La primera envión entusiasmaba a todos al ver salas de cine y teatro, galerías y salas de conferencia con un público ávido de reconstruir la presencialidad perdida. Pero, lentamente esa oleada se ha ido adormeciendo un poco. Comentábamos con los asistentes a la presentación sobre una suerte de indiferencia que ha ido proliferando en la ciudad frente a diversos eventos. Ha habido y hay grandes eventos teatrales, musicales, cinematográficos, literarios; exposiciones de pintura, grabado, fotografía; muchos de nivel internacional. Pero percibo una ausencia paulatina. ¿Fatiga? ¿Desencanto?


Arequipa ha realizado varios eventos que no dejan de provocar una sana envidia. El reciente festival Hay Arequipa 2022 congregó a diversas personalidades nacionales y extranjeras en su versión presencial nuevamente. En marzo del 2023 se realizará el IX Congreso Internacional de la Lengua Española, encuentro organizado por la Academia Peruana de la Lengua y la Universidad Nacional San Agustín, congreso que se centrará en el mestizaje. Esta actividad reunirá no sólo a los integrantes de las academias de lengua, sino a académicos de otras áreas y artistas que harán de esta ciudad un faro de cultura, gracias a la presencia de investigadores humanistas y artistas. Un turismo cultural envidiable que le da una vida especial a la ciudad. Trujillo ha tenido la oportunidad de haber organizado un gran evento de alto nivel entre sus autoridades, universidades y académicos por el centenario de la publicación del poemario Trilce de César Vallejo; hubiera sido ideal haber visto a las grandes universidades y los centros culturales de nuestra ciudad verse todos involucrados por un objetivo común: una celebración digna de la memoria del gran vate liberteño; pero, las acciones han sido aisladas y no centralizadas por una institución que hubiera convocado a todos para un plan que hubiera hecho de nuestra ciudad una visita de rigor de vallejianos y personas ligadas a la cultura literaria en el mundo. No hemos figurado en una cartelera mundial de eventos que hubieran fomentado un peregrinaje a Trujillo y Santiago de Chuco, como muchas personas lo hacen al visitar su tumba en París. Los eventos hechos por la voluntad férrea de personas como David Novoa y la lectura colectiva del tercer verso del poema III por parte de miles de alumnos salvaron a la ciudad del hecho de haber pasado por alto tan significativa conmemoración. Algo se prometió con una fallida feria del libro, la que se extinguió en el olvido. Un pendiente significativo para nuestra ciudad. ¿Qué tendremos con la nueva gestión para dar una nueva vitalidad a la cultura y ayudar a todos los ciudadanos a mejorar la calidad de vida que tenemos? Veremos.


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