El Señor de Sipán en el cómic de Nacho Alva
La inquietud de conocer el pasado es el argumento suficiente para esta historia gráfica: cómo fuimos, qué hicimos, cómo amábamos, cómo jugábamos, qué comíamos, cómo nos curábamos, qué cantábamos y bailábamos, qué temíamos y qué adorábamos.
8 de diciembre del 2024
GERARDO
CAILLOMA
gcailloma@gmail.com
El miércoles 20 de noviembre en la Mediateca de la Alianza Francesa de Trujillo se presentó ante la comunidad trujillana el cómic Visitantes en el reino de Sipán de Ignacio Alva Meneses, más conocido por diversos círculos de amigos como Nacho. Gracias a las gestiones hechas por la presidente del Patronato de Sipán, Vania Távara, se coordinó para que el cómic se presente en diversas localidades en nuestra ciudad, siendo una de estas en la Alianza con la presencia de Bernardo Alva, amante de los cómics, y mi persona. La presentación se centraba en la génesis de este producto que tiene por tema central la historia preinca de esta zona. Aunque el motivo era el personaje llamado Sr. Sipán, la verdadera motivación era mostrar cómo era la vida de los antiguos pobladores de esta región fértil del Norte peruano. La estrategia ya había sido empleada por Juan Acevedo en su magna obra La historia de Iberoamérica desde los niños, en cuatro tomos. Así como la obra de Acevedo, Nacho también acude a los niños como los principales protagonistas de la narración visual. Esos roles generacionales hacen atractiva la lectura a definidos grupos etarios objetivos, pero no excluyentes. Es el viaje del tiempo, ese gran imaginario de la humanidad por querer ver cómo fue el pasado y cómo será el futuro, cuestiones básicas de la humanidad: de dónde venimos y hacia dónde vamos, nuestros orígenes y nuestras proyecciones. La inquietud de conocer el pasado es el argumento suficiente para esta historia gráfica: cómo fuimos, qué hicimos, cómo amábamos, cómo jugábamos, qué comíamos, cómo nos curábamos, qué cantábamos y bailábamos, qué temíamos y qué adorábamos. Con la consabida irreverencia de un adolescente con ciertos patrones, se puede comenzar este viaje que se inicia en el actual Museo de Sitio de Huaca Rajada (https://museos.cultura.pe/museos/museo-de-sitio-huaca-rajada-sip%C3%A1n). Allí llega un grupo de escolares, de los cuales dos serán los protagonistas del viaje al pasado. Sus nombres no serán conocidos: mejor. Puede ser un Pedro, o Luis, o María, o Karen o Bryan. En su arrebato, cruzan la grieta temporal para encontrarse accidentalmente con Murrup, el dios lagartija, el que comunica al inframundo con la superficie. Murrup los llevará por el mundo de la metalurgia, la agricultura, la arquitectura, la textilería, la pesca y su cosmogonía que, para el hombre actual, se ve como un espacio de violencia y sangre. Un mundo en el que vemos artesanos, agricultores, tejedores, pescadores, sacerdotes y prisioneros. Este último punto fue un tema de discusión que luego explicaré. Al final, Murrup los lleva a una edificación que es la grieta por la cual ingresaron y por la que regresarán ya con la grieta sellada. Hay un detalle que cierra con una lectura jocosa: Murrup se quedó con un objeto de los chicos. Un pago a su intrepidez. Detalles interesantes: los personajes son una representación racial de los chicos del lugar, no los estereotipos que solemos tener en mucho material educativo que toma patrones raciales y culturales que no corresponden al lugar. Bien. La historia narrativa está conformada por 206 escenas en 25 páginas, algunas de ellas son silentes; con el dibujo es suficiente explicación: una imagen vale más que mil palabras. Conversando con Nacho, comentaba que este proyecto lo estuvo madurando por tiempo; por circunstancias políticas, Nacho no puede ejercer funciones administrativas en zonas arqueológicas con el fin de evitar el nepotismo, ese que es empleado por muchas autoridades actualmente descaradamente. Su espíritu de investigación lo canalizó hacia la publicación y difusión. Una forma de difusión amable para el grueso público (no textos especializados) es esta estrategia, la creación de cómics o historias gráficas para los niños y adolescentes, esos que necesitan conocer el pasado como una buena estrategia de sensibilización. Esta estrategia ha sido también una de las razones por la que el cómic ha ido teniendo mucha popularidad en diversas culturas y es empleado para la difusión de la historia y, también, una ideología. Un vivo ejemplo de ello es Astérix, quien creo una identidad gala que ofrecía resistencia al implacable avance de la cultura romana avasallante. Extrapolando, a la cultura norteamericana que inundaba Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Quien haya visto y leído diversos números del pequeño galo acompañado su fiel amigo Obélix y su pequeño perro Idéafix, comprenderá cómo estos héroes franceses van creando una identidad y un orgullo de pertenencia en la Francia de post guerra. Mientras el plan Marshall moldeaba la economía europea del oeste, los franceses ponían a este pequeño galo frente a personajes del mundo Marvel que aún sigue su apabullante presencia. La creación de un personaje que reúna las características de un pueblo, como lo significó el Mío Cid para la España de la reconquista, es vital para reforzar la identidad de una comunidad. De este punto surgió el otro gran tema cultural: cómo nos vemos y cómo nos ven. Aquí comentamos sobre este simpático personaje que es Tin Tin, quien a través de sus ojos colonialistas ve a un Perú bastante distorsionado. Quien haya leído El templo del sol podrá darse cuenta de una serie de detalles, incluso ofensivos: un mapa de Perú mutilado, una Lima llena de palmeras y llamas por las calles. Y una actitud vertical por parte de los personajes que rodean a Tin Tin, el pequeño héroe belga. Lo mismo podemos ver en la difusión de información de los medios peruanos en cuanto estereotipos raciales, culturales, lingüísticos y de género. Es por eso por lo que este cómic ha cuidado estos detalles en los cuales solemos cometer errores, muchas veces involuntarios, por estar rodeados de estos tipos de información. Y el otro punto es lo “políticamente correcto”, situación que ha complicado el manejo de información de hechos y costumbres del pasado. Esta actitud ha afectado al arte en varias de sus manifestaciones como novelas, películas, pinturas. Muchas obras surgieron en contextos racistas, clasistas, sexistas; reflejan su momento histórico. Situaciones extremas pueden surgir como una solución como las que vemos de los famosos fundamentalistas religiosos: destruyen obras, asesinan autores y artistas, borran contenidos de los libros de historia, niegan su existencia. Por muchas décadas, el lenguaje educativo oficial sobre la historia precolombina peruana negaba los sacrificios humanos o la presencia de la mujer en el poder. Los hallazgos de mujeres poderosas y numerosos y masivos sacrificios humanos han cambiado los libros de historia. Y seguirán cambiando a medida que la arqueología vaya cortando las capas del tiempo. ¿Cómo abordar esos momentos, crueles vistos desde ahora, que fueron significativos para la cultura de esos tiempos? Este cómic aborda esta acción que se entiende en una sociedad que tenía a la Tierra como un ser vivo que necesitaba alimentarse o aplacar para no castigar a sus hijos con Fenómenos del Niño o terremotos. Hay que reconocer que el espíritu mágico sigue en los hombres modernos y los peruanos, pese a todo, seguimos pagando a la Pachamama con chicha, cerveza u otro trago, seguimos pidiendo piedad y misericordia en un terremoto jurando que no volver a hacer barbaridades para que el destino nos vuelva a ser positivo.
Obra como la de Nacho debe ser imitada por arqueólogos e historiadores, y ser leída por todos. Somos una cultura visual y este cómic cumple su cometido. Perú, el país de tesoros escondidos, tiene tantas, miles de historias por contar. Bien.
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