Argumentos insostenibles contra el cine peruano. Ad portas del décimo Fecit

Los incentivos del MINCUL son decisivos para posesionar a nuestro cine ampliando la oferta y calidad; basta ver la cadena de apoyo que existe para el cine chileno o el colombiano para ver cuánto nos falta.

16 de octubre del 2023

GERARDO

CAILLOMA


gcailloma@gmail.com


En medio de esta vorágine de guerras mundiales y gruesas torpezas cometidas por los políticos que ocupan las primeras planas, y estando Ad Portas de la décima versión del Festival del Cine Peruano (FECIT) en nuestra ciudad, quiero retomar la discusión generada por un proyecto de ley que comprometía negativamente la industria del cine de nuestro país, sobre todo los regionales, huérfanos de apoyo de la gran empresa privada y de los circuitos comerciales que fomentan el total desconocimiento del cine de La Libertad, Ucayali, Lambayeque, Puno, entre otros, para el grueso del público peruano. Por eso, escribo este texto reflexivo sobre el desconocimiento de nuestro cine, en especial, y del arte en general. Los argumentos que he leído y visto en redes son bastante débiles e, incluso, deleznables, hechos la mayoría de ellos con total desconocimiento de nuestro cine e ignorancia del arte en sí.


El arte es quizás una de las expresiones más bellas del ser humano y a la vez un verdadero instrumento eficaz y mordaz para transmitir mensajes e ideas contundes sobre una realidad, el momento que vive el artista y su sociedad. El arte tiene marcadas funciones en cualquier comunidad. A saber: el arte entretiene, educa, crea evasión y denuncia. Son estas sus funciones más importantes. Permítanme usar la entrevista realizada a Lucho Llosa aparecida en La República del domingo 01 de octubre,  quien es cineasta peruano que ha realizado varios filmes comerciales en nuestro país y, sobre todo, en el extranjero; y mi artículo de opinión que escribí para el Diario Correo de Trujillo en mi columna Pasos Perdidos el domingo 01 de octubre para poder desarrollarlo en este espacio, pues las limitaciones cuantitativas en una columna de opinión me impiden extender descripciones y explicaciones que son necesarias para entender los argumentos y contraargumentos expuestos. Ambos textos se complementan y pueden dar más luces para entender el alcance negativo de este proyecto de ser aceptado y aplicado sin modificaciones pertinentes. Sólo me centraré en dos contraargumentos; a medida que voy desarrollándolos, me referiré a la entrevista a Llosa y mi texto, y acompañaré la información necesaria con las fuentes pertinentes de ser posible y con mi propia experiencia. 


De mi texto, quiero obviar parcialmente todo el primer párrafo en el que explicaba la razón por la que los congresistas habían actuado con “ignorancia supina” (la ignorancia que procede de la negligencia en aprender lo que debe saberse; ignorancia de lo que puede y debe ser conocido; incapacidad llevada al extremo para comprender un determinado asunto), pues algunos argumentos expuestos por la congresista Adriana Tudela u otros congresistas que promueven el Proyecto de Ley 05903/2023-CR muestran un intencional desconocimiento sea por prejuicio y por una visión muy subjetiva, lo que ha provocado el justo rechazo de casi todas las personas, instituciones y asociados al gremio del cine (¡las cuales no fueron consultadas!), pues propone (entre otras ideas) desactivar el sistema de incentivos estatales otorgados por el MINCUL. Una de las ideas tendenciosas que surgieron en las redes para su desarticulación fue el hecho de que el exministro Del Solar haya sido beneficiario de estos incentivos para hacer un nuevo filme. La carrera de este actor- director tiene otro buen filme, Magallanes.  Por la ayuda dada en esta nueva ocasión se quiso desacreditar este sistema. Una golondrina no hace el verano. Cabe recalcar que el filme Magallanes es bueno y reunió a buenos artistas como el argentino Federico Luppi, el mexicano Demián Alcázar y los peruanos Magaly Solier y Christian Meier (https://www.youtube.com/watch?v=MRCrdCt7-lM). 


Volvamos al sistema de incentivos. Es sabido que muchos países latinoamericanos que han desarrollado una industria cinematográfica regular o extraordinaria cuentan con el apoyo y facilidades de un Estado que puede movilizar diversos intereses en su promoción, pero sabe que el cine es también una vitrina poderosa para hacer conocer sus sociedades, con sus conflictos y logros, como los tiene cualquier sociedad del mundo. Además, es una forma de incidir en la identidad y educación de cualquier nación en la que hay mucha historia por narrar, así sea incómoda para determinado grupo social, cultural o político, incluido el que está en el gobierno de turno. La tentación de la censura ha cruzado al arte a lo largo de la historia y el cine no escapa a este accionar. Veamos diversos ejemplos de la historia de piezas de arte que ahora son el deleite y admiración de cualquier ser humano, no importando la tendencia política que tenga. La literatura tiene muchos ejemplos, centrémonos en dos: Don Quijote y Madame Bovary. Cervantes escribió esta novela cumbre en la que critica sutilmente a dos elementos determinantes de la España barroca: la iglesia y la aristocracia: por esta razón, se vio envuelto en la censura de la Inquisición y el posible riesgo de que su obra y él terminen en la hoguera. Lo expuso Enrique Gacto en su investigación “Sobre la censura literaria en el s. XVII. Cervantes, Quevedo y la Inquisición” (Dialnet-SobreLaCensuraLiterariaEnElSXVII-157771%20(1).pdf). o la investigación “El Quijote y la Inquisición” de Azriel Bibliowicz (https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/junio_05/08062005_01.htm).  El caso de Madame Bovary de Gustave Flaubert es el más difundido. Aquí algunas publicaciones en Internet disponibles: https://acento.com.do/opinion/la-censura-a-gustave-flaubert-201585.html, https://www.bbc.com/mundo/noticias-39504668, https://www.centraldenoticias.com.ar/index.php/2022/02/08/madame-bovary-censura-juicio-y-el-rol-del-autor/. Hay muchas más. Estas obras fueron censuradas por las autoridades y la población. Hoy por hoy, nadie duda de la valía de estas obras. ¿O sí? Otras artes también han tenido fuertes censuras y rechazos por ser incómodas al sistema de entonces o por desnudar verdades acalladas. En la pintura, hay obras que también fueron censuradas como es el caso de La Libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix que demoró en ser exhibida por el contenido explosivo que representaba desde su desnudez hasta el carácter revolucionario del mismo. Este cuadro ahora cuelga en paredes privilegiadas del Museo Le Louvre y es visto por millones de visitantes. Incluso un error de la plataforma Facebook al censurarla desató una ola de crítica contra este medio (https://www.culturagenial.com/es/cuadro-la-libertad-guiando-al-pueblo/) (https://smoda.elpais.com/feminismo/por-que-la-libertad-guiando-al-pueblo-de-delacroix-lleva-los-pechos-al-aire/) (https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20180320/441688574998/facebook-delacroix-censura-la-libertad-guiando-al-pueblo-prohibido.html#:~:text=Facebook%20prohibi%C3%B3%20un%20anuncio%20que,Rep%C3%BAblica%20Francesa%2C%20ense%C3%B1ando%20los%20pechos). La lista es larga. Pues, a la larga, los artistas son “peligrosos” bajo la visión de muchas personas. El popular Quino tuvo que abandonar Argentina por la amenaza de la triple AAA (Alianza Anticomunista Argentina) durante la dictadura militar que se instaló en 1976. (https://valenciaplaza.com/muere-quino-creador-de-mafalda). Sí, pues, Mafalda es peligrosísima. La peligrosa Revolución Cultural maoísta de los años 60 asesinó y torturó a muchos artistas e intelectuales contrarios a su régimen y el Gulag soviético se llenó de artistas, intelectuales e incluso científicos enemigos de Stalin. Si los nazis quisieron borrar toda la producción intelectual y artística de judíos notables (Mendelssohn, Mahler, Heine) y de artistas incómodos (entartete Kunst / arte degenerado); los fundamentalistas religiosos han hecho también su parte: desde Savonarola hasta los fundamentalistas musulmanes que asesinaron a varios caricaturistas de la revista Charlie Hebdo (https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/01/150108_charlie_hebdo_perfil_victimas_men). Lucho Llosa es consciente del problema que puede generar el arte contra el sistema, pero es su esencia. 


Volvamos a una de las dos argumentaciones, la cual es muy subjetiva y que destila un tufillo racista cuando sostiene que hay filmes hechos en lenguas que peruanos como ella no entienden. Lamentable. Todos los puentes tendidos con el fin de lograr mayor inclusión e integración fueron borrados por, precisamente, las personas que deberían promover estas. Por otro lado, parece ser que muchas personas desconocen el cine creado en los estudios cinematográficos conocidos Bollywood (India, con más de 122 lenguas grandes y más de 1,500 pequeñas) y Nollywood (Nigeria con 519 lenguas), los cuales producen películas en las muchas lenguas que se hablan en esas naciones multiculturales. Paraguay tiene dos grandes filmes de las últimas décadas: La hamaca paraguaya (2006) y la genial 7 cajas (2012), ambas habladas indistintamente entre guaraní y español. 


El segundo argumento, ya bastante desmentido, es el esgrimido por el congresista Alejandro Cavero: los filmes peruanos no han logrado ningún reconocimiento internacional, mostrando un total desconocimiento de la producción peruana reciente, esa que ha dado cabida a películas en las otras lenguas de nuestro país logrando reconocimiento internacional. Ese desconocimiento ha generado respuesta fundadas en el desconocimiento, pues no tienen acceso a estos filmes. Esa es una razón por la cual mucha gente no ha visto cine peruano; pero es triste saber que muchos critican a varios filmes sin haberlos visto y se atienen a lo que surge en redes rápidas de información en las que la desinformación es por demás característica común. Aquí entra a tallar la labor de los diversos festivales de cine en nuestro país que muestra a la colectividad que no sólo hay Marvel en las pantallas grandes. Con un grupo de amigos se han realizado ya nueve versiones del Festival del Cine Peruano (FECIT) en nuestra ciudad; hemos visto filmes de ficción y documentales, cortos y largos que muestran un cine peruano variado, rico, potente. Con los muchos perúes que vemos en las pantallas. Pero lastimosamente el circuito comercial les da poca cabida, más a los filmes hechos en Lima, menos a los hechos en las regiones. En la versión del año pasado, estuvo como jurado de la categoría Documental el escritor Rafael Dumett, autor de la obra El espía del Inca, quien me comentaba impresionado la calidad y variedad del material visto, ese que lastimosamente no llegará al público en general.  Además, en las diversas versiones hemos sido testigos de todos los problemas que pasa la producción nacional y, mucho más aún, la regional: la indiferencia y escaso apoyo de muchos sectores, tanto públicos como privados, con la producción y difusión son los problemas más destacados, fuera de lo técnico y artístico. Lastimosamente, cuando un filme o un director recibe un premio del exterior, muchos de estos personajes aparecen “para la foto”. Los incentivos del MINCUL son decisivos para posesionar a nuestro cine ampliando la oferta y calidad; basta ver la cadena de apoyo que existe para el cine chileno o el colombiano para ver cuánto nos falta. Además, como agrega Lucho Llosa, estamos perdiendo oportunidades para que nuestro país pueda ser sede de otros tipos de filmes que generen un motor económico interesante no sólo para Lima, sino a todas las ciudades y regiones del país.


Para los congresistas y el público en general, un poco más de información no les haría mal.

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