Resistencia cromática

‘Resistencia cromática’ nace de las últimas investigaciones de Marina Benito acerca del color en la naturaleza, a partir de las cuales, sus trabajos de ilustración comienzan a evolucionar a unos lenguajes mucho más profundos y meditados. Como ya estamos acostumbrados a ver en su producción, plantas y flores son las protagonistas de sus obras, y en este caso, serán aquellas deslocalizadas de su entorno natural; especies exóticas que habitan los barrios del sur de Madrid y que son captadas por su cámara. Por otra parte, vemos también una mirada hacia la propia historia del arte, con continuas referencias a las corrientes modernistas y a los estudios sobre la naturaleza de artistas como Arthur Wesley Dow y Georgia O’keeffe, de la cual adopta su interés por magnificar aquellos detalles que suelen pasar desapercibidos.

Sin llegar a desprenderse de la rigurosa botánica, Marina ha conseguido la capacidad de ver y pintar la forma prístina de las flores, que aún llevadas a una escala gigante, no abandonan su delicadeza. El hecho de jugar a partir macros, hace que en ocasiones pueda llegar a rozar una estética abstracta, dando lugar a estas curiosas y características formas sinuosas. No obstante, muestra un sentido constructivo muy depurado del mundo vegetal, definiendo sus elementos esenciales con una nítida pincelada y unos campos de color pulcros, uniformes y bien contrastados.

Estos astutos juegos tonales, que ya parecen haberse convertido en su seña de identidad, funcionan también como punto intermedial entre su ingenua abstracción y el realismo fotográfico del que provienen sus obras. Y es que su pintura no quiere ser relegada a mimetizar las escenas encontradas por la cámara, sino que pretende, a través del color, transformar la monótona realidad urbana en la que han sido halladas sus flores. Estas vuelven de nuevo a ser entes ilocalizables, tímidas formas ocultas bajo una explosión cromática que se convertirán en enclaves de resistencia en una ciudad cada vez más dominada por el gris.