Pérdida de masa y potencia muscular.
Es un hecho que acompaña al envejecimiento aunque no siempre tiene consecuencias clínicas.
-Sistema nervioso (pérdida de unidades motoras alfa de la médula espinal).
-Musculares (pérdida de la calidad y masa muscular).
-Humorales (descenso de hormonas anabolizantes como testosterona, estrógenos y GH y aumento de distintas interleucinas).
-Estilo de vida (actividad física).
-Las principales consecuencias clínicas de la sarcopenia tienen relación con la independencia funcional.
-Baja masa muscular
-Baja fuerza muscular
-Baja funcionalidad ( rendimiento físico)
Consecuencias clínicas de la sarcopenia:
*La debilidad va conduciendo progresivamente al desuso, apareciendo finalmente la discapacidad y la dependencia.
*Existe una relación directa entre la fuerza muscular de las pantorrillas y la capacidad y velocidad de marcha y también entre la musculatura extensora del muslo y la capacidad de levantarse de una silla, subir escaleras o la velocidad de la marcha. Por todo esto los ancianos con sarcopenia y debilidad en las extremidades inferiores tienen dificultad para realizar todas estas tareas.
*Basados en el hecho de que el músculo es el principal órgano de captación de glucosa tras una sobrecarga oral, algunos han postulado que la sarcopenia puede contribuir al descenso en la tolerancia a la glucosa que frecuentemente ocurre durante el envejecimiento.
*La actividad física y más concretamente los ejercicios de potenciación muscular.
*Mayor capacidad y velocidad de marcha, mayor capacidad para subir escaleras y por lo tanto mayor capacidad para mantenerse físicamente independientes.
*Aumentar la proporción de leucina en una mezcla de aminoácidos esenciales puede mejorar la respuesta anabólica muscular en el sujeto mayor por diferentes mecanismos (vías intracelulares de síntesis proteica muscular y mecanismos independientes de la insulina) y ser similar al observado en sujetos jóvenes.
*Mantener una ingesta de proteínas adecuada en esta etapa de la vida son: comer a menudo legumbres, añadir queso a las verduras y hortalizas, ensaladas, patatas, fideos y cazuelas. También se puede añadir huevos duros a las ensaladas, comer yogur solo, con frutas o con cereales.