- 9 jun. 2019 - El Correo - ROBERTO MARTÍNEZ CELORRIO :: por LUIS GÓMEZ
«Llego joven a la vejez»
Presidente de Nagusiak, cada vez le dura «más» el amor.
Dirige la Federación de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas de Bizkaia.
– ¿Cuántos años tiene?
– 71.
– ¿Muchos?
– No. Están algo trabajados, pero creo que son poquitos todavía.
– ¿Cómo mira al futuro?
– Con gran optimismo. Si miras de otra manera, estás perdido.
– ¿Cuánto daría por volver a ser niño?
– Nada.
– Perdón, pero ¿pensó alguna vez que llegaría a viejo?
– Me gusta la palabra viejo. De hecho, la utilizo. No es peyorativa. Antes se decían que viejos solo eran los trapos.
– Mi abuela lo repetía.
– Pero no, viejos nos hacemos también nosotros. Lo de mayor...
– ¿Qué tal lo lleva?
– Ya no voy para mayor, sino para bajito. Me voy encogiendo.
– ¿Se puede llegar joven a la vejez?
– Perfectamente. Me encuentro en algunos momentos más joven que cuando tenía cincuenta y tantos años.
– ¿Le molesta lo de anciano?
– No me molesta, pero tampoco me hace mucha gracia. Parece como si ya no valiésemos.
– ¿Les fastidió perder los viajes de Adineko y ahora del Imserso?
– Lo del Imserso es una pelea. No hay que dar el brazo a torcer.
– ¿Cómo tratan las instituciones a los mayores?
– No voy a decir que con más respeto, pero van perdiendo esa especie de paternalismo. Se nos reconoce el valor que tenemos y el potencial que representamos.
– De las pensiones, ¿mejor no hablar?
– No, hay que hablar. Las nuestras están aseguradas porque las cobramos. El gran problema será para los que vais a venir después. Debe seguir la lucha.
– En la tercera edad, ¿la sexualidad no se pierde, cambia?
– Por suerte, gracias a Dios no desaparece. Cambian las ganas, pero la sexualidad se utiliza bastante en la tercera edad. Lo del viejo verde es otro estereotipo. ¿Por qué no se habla del joven verde? El concepto es el mismo.
– ¿El secreto de la longevidad?
– Voy a ver si lo encuentro porque no tengo ni idea. Para llegar más o menos bien hasta la edad que te toque hay que disfrutar del momento y no pretender imposibles.
– ¿Qué ventajas tiene la vejez?
– La experiencia y la pérdida del miedo a lo que pasará. La vida la tienes encauzada y resuelta.
– ¿Es inseguro?
– No.
– ¿Nunca ha dejado de creer?
– En unas cosas dejas de creer y en otras empiezas a hacerlo.
– ¿Sigue buscándose a su edad?
– Todavía. Debes andar descubriendo hasta el final de tus días.
– ¿Sabe abandonar las cosas?
– Perfectamente. Las cosas están para usarlas y dejarlas cuando no sirven o perjudican.
– ¿Nunca lo hace bien a la primera?
– Alguna vez sí, ¡no muchas, eh! La primera intención normalmente es la que más vale.
– ¿Cuánto le dura el amor?
– Cada vez más, porque ahora lo tengo muy repartido. Tengo la mujer, dos hijas y dos nietas increíbles. La última tiene 8 mesitos. No voy a decir que sea el amor de mi vida pero... Tengo el amor a flor de piel todo el día.
– ¿Sabe salir adelante?
– Siempre.
– ¿Nunca se deja encasillar?
– Procuro. Y eso que han tratado de encasillarme. Si lo consiguen, al final se convierte tedioso todo lo que haces.
– ¿Ni disciplinar?
– Dentro de un orden, soy muy disciplinado.
– ¿Resulta predecible?
– Para el resto no lo sé, pero la mujer sí dice que lo soy. Ja, ja.