Eres otro huésped más que se aloja en la Residencia eterna, un lugar donde todos vivimos en armonía en compañía de nuestros mejores amigos: los parásitos sobrenaturales.
Pero a ti no te gusta tu parásito. Para nada.
Puede que haya una forma de deshacerse de él, pero te costará bastantes intentos (y bastantes amputaciones).