Eréndira Sánchez

Todos tenemos en nuestro interior luz y obscuridad. Desde que era niña, me preguntaba que era ser feliz de corazón. Mi mamá desde siempre me decía que tenía que ser feliz. Cuando veía en sus ojos me resultaba difícil el poder entender que era la felicidad.

Mi mamá y yo hemos vivido muchas aventuras juntas, cuando se casó con mi papá era realmente porque quería formar una familia, llena de amor, paz y armonía. Sin embargo, la persona que eligió para ser mi padre no era la persona más llena de amor, paz y armonía. Por lo cual lleno nuestra familia de celos, desconfianza, violencia y energías negativas que realmente no propician ese sentimiento de amor.

Mi madre al ver esta situación decidido mejor romper con esa relación, pero como siempre en todos los casos, estas personas toxicas persisten en molestar. Afortunadamente alrededor de nosotras existían seres de luz, que protegieron nuestro camino, pero aun así esta experiencia dejo muchas cicatrices en mí y en mi mamá.

La bendición mas grande son mis abuelos, todo mi linaje que estuvo siempre protegiéndonos y enseñando el camino a la luz y el amor.

Esta vida me brindado muchas experiencias para poder descubrir al ser que realmente soy.

En mi juventud me enfoque en lograr una carrera profesional pensando que así encontraría la felicidad y la realización plena, pero no fue así.

Antes de terminar mi carrera ya había iniciado un proceso de búsqueda interna, porque yo me sentía incompleta, infeliz, todo lo que estaba haciendo para lograr mis metas a pesar de que era algo que yo quería no me satisfacían.

Una prueba muy difícil para mí fue a los 22 años, casi lista para terminar mi carrera, me embarace y estaba nerviosa y preocupada por mi bebe, pues yo era muy joven y no sabia que hacer, pero en mi familia me apoyaron, a pesar de que el papá de mi bebe no quiso hacerse responsable. Desafortunadamente a los dos meses tuve un aborto y ese evento desato en mí una gran furia contra la vida, contra Dios o el Universo.

Cómo yo, que era una mujer, lista, trabajadora, inteligente, etc, etc, había perdido a mi bebe. Cuando en mi casa, una de mi tía, floja, desobligada, y mala madre tenia tres hijos que yo inclusive ayudaba a mantener. Mi primo de 17 años ya iba a ser papá, otro mocoso que ni idea tenia de lo que era ser padre. En fin, exploté como bomba atómica, renegué en todas sus formas de lo que me pasaba.

Entre en una depresión y queja constante, Dios me ama mucho porque puso en mi camino a Roberto por medio de mi mamá. Mi mamá estaba en un grupo de mujeres

que se reunían en Club Rotario y Roberto daba terapias de Reiki y empezó a dar cursos. Mi mamá preocupada por mí, porque de cierta manera estaba amargando y tomando un camino obscuro, me dijo que por favor tomara el curso.

Días después contacte a Roberto y me dijo que, si me daría el curso, pero que pondría a prueba, porque detectaba energías negativas en mí. Después de una larga conversación, tome el primer nivel de Reiki duró dos días y bueno no fue fácil pues aquietar mi mente ha sido uno de los retos más difíciles de mi vida.

Este fue el inicio de una gran aventura. Después tome el nivel dos, pero, aunque daba terapias, muchas cosas de mi vida no cambiaron. Seguía con muchos hábitos malos y dejándome llevar por la corriente de la vida sin poner atención en las lecciones.

Sin embargo, algo en mí ya estaba despierto, lo cual me ha ayudado a salir a flote en esta vida.

Desafortunadamente siempre había estado muy apegada a lo material, para mi tener éxito era tener un buen trabajo, una casa linda, un carro, una familia modelo, tener lujos, viajar, ser importante, todas esas cosas que la Matrix nos plantea como felicidad. Tomé varios cursos como: Coaching Ontológico, meditación, yoga, leí muchos libros y solo acrecentaban mi EGO, pero aún sentía un vacío. Lo cual era muy raro porque según yo hacía lo que quería, como yo quería, pero faltaba algo.

Después de varios años Dios me dio la oportunidad de tener la mejor bendición de mi vida un hijo y he presenciado las mejores manifestaciones de amor de Dios, la vida, el universo, pero he sido muy necia y a pesar de eso me aferraba a seguir por el lado equivocado.

Hasta que un día con todo el éxito profesional que yo había logrado, me estaba desmoronando por dentro, el mundo se me estaba viniendo encima, deudas, mi hijo no iba bien en la escuela, mi familia se estaba desamorando y era tiempo de hacer una pausa y realmente poner atención a las cosas que valen la pena.

Así que renuncie a mi trabajo, liquide lo mas posible de mis compromisos y tome tiempo para ser y hacer lo que era importante para descubrirme. Uno de mis temores es aún y me cuesta mucho comprender que el Universo ya tiene todo para nosotros y sin esfuerzo, es una lección que me cuesta mucho aprender, a pesar de las demostraciones que el Universo me ha hecho y me sigue haciendo.

En un año sin trabajo fijo, tuve todo lo necesario para vivir y más, porque descubrí todo lo bello que ya tenemos y somo, paz, amor, abundancia, sabiduría, confianza y que todo ya esta listo para nosotros sin esfuerzo. Me dedique a cuidar a mi hijo, hacer manualidades y trabajos juntos lo disfrute mucho.

Dios me ha brindado todo lo que le pido y como se lo pido, inclusive el aprendizaje que ha llegado en este año.

Uno de mis ángeles, me invito a retomar el conocimiento y práctica del Reiki, así que tome el curso con el maestro Fernando y agradezco el cambio en mi vida.

El retomar este aprendizaje a significado el regresar al encuentro de mi esencia, hacer las paces con mi niña interna, mi pasado, mi madre, mi padre, las almas que han estado a mi lado, para ayudarme a encontrarme.

Reconocer en mi esa dualidad que todos tenemos, he podido sanar esa ira que tenía contenida por muchos años desde que era niña y poder transformar la energía en amor. Para mi este proceso es mágico porque al momento que identifico la ira, pausa, respiro, identifico, siento y pido ayuda. Como por arte de magia mis ancestros, ángeles, maestros ponen en mi corazón amor, paz, armonía y lo manera correcta de continuar, sin perder el equilibrio.

Agradezco a esos maestros que llevaron a mi ser al limite de perder mi paciencia y a los maestros que me ayudaron a canalizar esa energía interna.

Ahora que me siento más consciente de mí, quiero seguir este camino se sanación y búsqueda interna. Porque siento y pienso que este camino de aprendizaje es infinito, cada momento aprendemos si observamos y nos abrimos al universo.

Este es solo principio para encontrar y vivir la respuesta a una pregunta que mi niña realizo a Dios, cuando leí en una carta que Einstein le dejo a su hija en donde le decía que el amor, es la energía más poderosa que existe en el universo. Entonces me pregunte ¿Cómo podemos encapsular el amor en bomba?, así como la bomba atómica y en lugar de tirar bombas atómicas por el mundo, tiramos bombas de amor, por todo el mundo y erradicamos todo lo malo.

Con estas prácticas de meditación y sanación, llego a mi la respuesta.

“Yo soy, la bomba de amor, en mi radica la energía infinita llamada amor. Mi luz y mi amor pueden cambiar el mundo.”

En otras palabras, en este planeta tierra existen 7,950 millones de bombas de amor, algunas están activas, otras están despertando, pero si todas despertáramos esa energía en nosotros llamada amor, este planeta sería otro.

Se que no es fácil, porque mantener a este ser vibrando en amor, cuando muchas cosas a nuestro alrededor intentan perturbar esa vibración, como el miedo, la ira, la duda, etc. Me acuerdo de lo que leí de Carlos Castañeda y sus enseñanzas de Don Juan Matuz, hay que estar siempre al acecho de estos sentimientos para que no roben tu impecabilidad, para que sigas vibrando en amor.

En este momento he sanado algunas partes de mi alma, quiero y espero el poder ir sanando todo lo no me deja vibrar en armonía con mi ser, en mi esencia de amor. No me corresponde evaluar a mi que nivel de amor tengo, pero creo he empezado la carga de en mí y aunque yo solo este en 1% se siente maravilloso.

Se, que este camino va ha estar lleno de mucho aprendizaje y sanación, si es que quiero ir incrementando ese amor en mí. Ojalá muchos estén dispuestos a seguir el camino del amor.

Aunque muchos dicen, que estoy loca. Me gusta mi locura.

Gracias Maestro Fernando Kumura.

Eréndira Sánchez.