Carolina Fernández-Saiz
En las profundidades oscuras y misteriosas del océano, donde la luz del sol apenas penetra, habita una criatura verdaderamente asombrosa: el pez linterna. Este ser fascinante, conocido por su capacidad de producir luz propia, ha cautivado la imaginación de los científicos y los amantes del océano durante siglos. En honor al Día de la Luz, exploraremos los secretos y maravillas de este increíble animal marino, puesto que es nuestra mascota. ¡Os presentamos oficialmente a Llumeneta!
Llumeneta: la mascota oficial de Lluminària.
Dentro del reino marino, existen especies que poseen esta capacidad de producir luz alrededor de su cuerpo, como es el caso de los Himantolophus, un género que incluye al pez linterna. A menudo, estos peces tienen una visión poco desarrollada, lo que hace que la luz que emiten les sirva tanto para mejorar su propia visión como para atraer a las presas, que sienten una fuerte atracción por los estímulos luminosos. Cabe destacar que solo las hembras poseen esa “linterna”, tratándose de una malformación de uno de los radios en la aleta dorsal, ubicada en la cabeza.
La producción de luz en un organismo vivo, desde bacterias pasando por los gusanos hasta los peces y los insectos, es lo que se conoce como bioluminiscencia. Esta habilidad se debe a la presencia de órganos especializados llamados fotóforos, los cuales contienen células que generan luz a través de reacciones químicas. Estas reacciones conocidas como quimioluminiscentes, se caracterizan por ser reacciones exotérmicas liberando energía en forma de luz, lo que las hace altamente eficientes en términos lumínicos. Los organismos bioluminiscentes producen una molécula llamada luciferina, que actúa como sustrato para la reacción bioluminiscente. Cuando esta molécula se combina con oxígeno en presencia de la enzima luciferasa (catalizador de la reacción), se produce una reacción química que libera energía en forma de luz visible. La longitud de onda y el color de la luz emitida pueden variar dependiendo del tipo de luciferina y luciferasa presentes en cada organismo.
Reacción química de bioluminescencia.
Además de la producción de luz por bioluminiscencia, los seres marinos menos profundos también son capaces de crear luz mediante la biofluorescencia. Es un fenómeno en el cual ciertos organismos vivos tienen la capacidad de absorber la luz del entorno y emitirla en forma de luz visible de longitud de onda más larga. Aunque la biofluorescencia puede ser difícil de percibirla visualmente en todo el espectro de luz, es especialmente común observarla intensamente en el medio marino. Esto se debe a que las longitudes de onda más largas de la luz son absorbidas rápidamente en la columna de agua a medida que ésta penetra en las profundidades, creando un espectro de luz azul uniforme (470-490 nm).
Proceso de bioluminiscencia.
Pero no todos estos efectos se observan solo bajo el mar. En la superficie terrestre tenemos otro tipo de organismos que también utilizan este tipo de efectos para su supervivencia, como son las luciérnagas o diversos hongos.
Tal es la fascinación de estos procesos que incluso nosotros, los humanos, los hemos intentado replicar en los laboratorios. La síntesis de una molécula llamada Luminol, en presencia de un agente oxidante (como el agua oxigenada) y un catalizador metálico produce una reacción quimioluminiscente. El Luminol tiene muchos propósitos, el más importante es la investigación de la escena del crimen, para comprobar restos de sangre. Puesto que nuestra sangre ya posee agentes oxidantes y hierro, la reacción química al contacto con el Luminol es instantánea.
Es evidente que la luz es esencial para la existencia de la vida en nuestro planeta, sirviendo como fuente de energía vital para el desarrollo y la prosperidad de todas las especies que pueblan la Tierra. Sin embargo, más allá de su papel vital en la biología, la luz también desempeña un papel fundamental en el avance de la ciencia, la cultura, el arte y la educación.
Carolina Fernández-Saiz. Departamento de Física Aplicada y Electromagnetismo, Universidad de Valencia, C/Dr. Moliner 50, 46100 Burjassot.