Las putas de Mallorca convierten Mallorca en una zona turística prohibida


Prostitución en Mallorca: los propietarios de negocios locales dicen que las bandas de trabajadoras sexuales están convirtiendo la isla en una zona turística prohibida


Cuando cae la noche en el principal centro turístico de Magaluf, en la isla mediterránea de Mallorca, las prostitutas comienzan a ofrecer sus servicios abiertamente. Su objetivo son los turistas solitarios y borrachos que regresan a sus hoteles en las primeras horas de la mañana a lo largo de la franja. Pero no sólo las atraen para tener relaciones sexuales, sino que luego les roban, según afirman los informes. El problema se ha vuelto tan grave que los dueños de negocios han iniciado una página en las redes sociales llamada "Marcha contra los asaltantes" para llamar a la acción.


Las pandillas están formadas por mujeres de Nigeria y Senegal que han sido entrenadas por sus jefes de la mafia para robar a los hombres. A menudo se hacen pasar por comerciantes ambulantes y se dirigen a turistas solitarios o borrachos que regresan a su alojamiento a primera hora de la mañana. Cuando ven a un turista solitario y borracho, las mujeres comienzan a acercarse a él, diciéndole que está vendiendo revistas o periódicos, pero luego lo atraen para tener sexo. Una vez dentro de las 'habitaciones' exigen dinero y pueden ser violentos cuando sus víctimas se niegan a cumplir.


La policía de la zona ha estado tratando de Putas Mallorca abordar el problema, pero dice que es difícil procesar a las trabajadoras sexuales cuando no son sorprendidas en el acto de robar. Varias trabajadoras sexuales han sido arrestadas en los últimos años, pero muchas otras continúan operando en las calles de Magaluf, robando de todo, desde dinero y teléfonos hasta relojes de oro por valor de miles de euros.


La prostitución es una industria multimillonaria en Europa y ningún país tiene más prostitutas que España. Miles de mujeres trabajan como trabajadoras sexuales, pero es imposible saber cuántas porque el comercio sigue sin estar regulado.


En un pueblo como Magaluf las bandas de trabajadoras sexuales están tan bien organizadas que la policía lucha por atraparlas. Incluso se descubrió que una pandilla estaba agregando drogas a las bebidas de sus clientes en un intento de robar sus tarjetas de crédito. Se dice que las niñas fueron traficadas desde la pobreza en ciudades como Barcelona y Valencia y luego entrenadas por sus jefes de pandillas para atacar a los turistas.