Inspirados en los modelos de evolución biológica los algoritmos genéticos son una de las primeras líneas de investigación enfocadas en la inteligencia artificial.
Para un problema específico es posible crear un conjunto de posibles soluciones que se identifican como una población inicial, el algoritmo genético crea soluciones potenciales a partir de la población inicial y selecciona el mejor resultado de acuerdo a las necesidades del problema.
Este enfoque tiene características que se pueden traducir fácilmente en ventajas respecto a otros métodos, pues:
No son necesarios conocimientos específicos sobre el problema a resolver
Pueden operar de forma simultanea con varias soluciones, siendo fuertes candidatos para explotar el procesamiento paralelo
En problemas de optimización no triviales, como maximización de funciones con máximos locales, estos algoritmos son muy eficientes.