Sembrar para resistir:
juventudes, huertas y dignidad en Bosa.
juventudes, huertas y dignidad en Bosa.
Alerta Comunitaria
25 minutos
Entre la memoria, la siembra y la denuncia, las juventudes de la Huerta Chisas siguen defendiendo la vida y el territorio, a pesar de las amenazas.
Por:
Equipo La Maravillosa
2025
Bosa
Bogotá Colombia.
En los barrios del sur de Bogotá, las huertas urbanas no solo germinan alimentos: siembran comunidad, memoria y dignidad. Son espacios donde la juventud ha encontrado una forma de resistir al olvido, al miedo y al control territorial que impone la violencia. Sin embargo, esa misma organización comunitaria, que cultiva el cuidado y la esperanza, también se ha convertido en blanco de hostigamientos.
¿Por qué incomoda la organización juvenil?
¿Por qué las apuestas colectivas por la vida —ya sea desde el arte, la agricultura o la comunicación popular— son vistas como amenazas en territorios disputados?
Estas preguntas resuenan con fuerza en la localidad de Bosa, donde la Huerta Chisas, ubicada en el parque El Bicho del barrio El Porvenir, enfrenta una nueva ola de intimidaciones contra quienes siembran allí desde el trabajo popular y comunitario.La historia de la Huerta Chisas está profundamente ligada a la memoria de Camila Ospitia y Camilo Sánchez dos jóvenes líderes sociales y culturales que fueron asesinados en agosto de 2024 tras una jornada de trabajo comunitario en ese mismo espacio. Su muerte marcó a toda una generación de jóvenes que, a través de la siembra, la cultura y el arte, decidieron mantener viva su memoria.
Como escribió una de sus compañeras en una carta compartida durante la conmemoración de su asesinato:
“Sentir la guerra tan cerca y de nuevo nosotros poniendo lxs muertxs… ¿por qué somos las clases empobrecidas las que tenemos que vivir con miedo por pensar distinto al statu quo? A Camilo lo recordé en los viernes de freestyle, en el documental Nymsuque sobre Bosa; en cada juntanza, en cada fuego. A Camila la conocí por sus compañerxs, quienes desde entonces mantienen viva su memoria en cada semilla que brota en la Huerta Chisas.”
Un año después de aquella noche, el 15 de agosto de 2025, la comunidad volvió a reunirse para conmemorar su vida. Prepararon el espacio, pintaron letreros, sembraron nuevas plantas y encendieron el fuego. Pero al amanecer, encontraron la huerta saboteada: destruyeron carteles, arrancaron cultivos, dejaron mensajes de intimidación. Fue un acto de violencia simbólica y política, que buscaba deslegitimar el proceso de resistencia que allí florece.
Aun así, la jornada siguió adelante. Estudiantes de los colegios aledaños, docentes, artistas y vecinos del sector acompañaron el acto de memoria. Hubo música, poesía, emprendimientos solidarios, talleres de reconocimiento del territorio y hasta olla comunitaria,la cuál nunca falta en los juntes de esta huerta. Cada palabra, cada canto, fue una afirmación de vida frente al miedo.
El pasado 15 de agosto, participamos en la jornada cultural y conmemorativa por el intento de masacre contra la comunidad del Bicho, de allí la siguiente cápsula audiovisual.
Las huertas urbanas —como la Huerta Chisas— sostienen algo más profundo que la cosecha: sostienen vida. Hoy se sabe que estos espacios aportan directamente a la seguridad alimentaria y a la reducción del impacto climático. Pero, para los y las lideresas huerteros, las huertas en las ciudades significan un respiro para las poblaciones actuales, marcadas por las grandes urbanizaciones y su contaminación agresiva, en un artículo colombiano titulado “Las huertas urbanas: una estrategia para la construcción de nuevas ciudades” (Pensamiento Udecino, 2023), Gómez Ospina y Martínez Parra destacan estas iniciativas como claves para “visualizar el impacto que estos espacios colectivos pueden tener en la adaptación de un enfoque sostenible en las ciudades”.
Sembrar su propio alimento, conocer sobre prácticas saludables de consumo o simplemente reverdecer el paisaje es en últimas el fin de reunirse a volver a la tierra, según la Secretaría Distrital de Integración Social de Bogotá, “las huertas comunitarias … favorecen la obtención de alimentos generados en los hogares … y el empoderamiento de una cultura ambiental … fortalecer la agricultura urbana orgánica … en cumplimiento … de hambre cero, producción y consumo responsable y acción por el clima”.
A esto se suma su aporte a la salud emocional y al tejido social: para las huerteras y huerteros en los barrios, que adicionalmente en su mayoria son vecinos de la tercera edad, es comun escucharles mencionar que “las huertas urbanas crean espacios de aprendizaje, autocuidado y cohesión, fundamentales para la resiliencia barrial”. Así, cada planta sembrada en la Chisas no solo resiste la violencia: también cultiva futuro, comunidad y territorio vivo.
¿Cuánta vida germina en la Huerta Chisas? Escucha la entrevista a uno de sus huerteros...
El pasado 7 de noviembre de 2025, la comunidad de la Huerta Chisas y del Bicho publicó en su cuenta de Instagram @huertachisas una denuncia pública por nuevas intimidaciones y hostigamientos. Según el comunicado, las amenazas se relacionan con disputas por el control territorial y la presencia de bandas del microtráfico en inmediaciones de la Universidad Distrital (sede Bosa Porvenir).
En la publicación, los colectivos denuncian la ausencia de acompañamiento institucional, la estigmatización de los procesos comunitarios y la vulnerabilidad de los liderazgos juveniles. “Ser líder o lideresa social no es un delito”, reiteran, recordando la deuda del Estado con quienes defienden la vida y el territorio.
¿Cuáles son los hechos que la comunidad del Bicho denuncia?
"1. El 15 de agosto del 2025, en el marco de la conmemoración a un año del intento de masacre hacia la Comunidad del Bicho, se presenta un ataque directo al espacio físico de la Huerta Comunitaria Chisas, en el cual dañaron significativamente varias camas de cultivo y arrancan plantas, en un claro ejercicio de amedrantamiento y hostigamiento hacia la jornada de memoria que se llevaría a cabo. Además, en horas de la tarde, dos sujetos desconocidos ingresaron a la parte interna de la Huerta a consumir SPA, ante esto, integrantes de la Huerta se les acercan y los invitan a no consumir en esa zona, ya que, es un espacio destinado exclusivamente a la siembra, a lo que ellos responden agresivamente que son los “dueños del pedazo”, que “están haciendo negocios”, y que además “ese lugar es para eso”.
Ese mismo día, también en horas de la tarde, una compañera de la Comunidad del Bicho fue amenazada de muerte por un sujeto perteneciente a la línea de microtráfico, quien se acercó a ella y le hizo la siguiente amaneza: “alguien de por aquí se va a morir” mientras la miraba de manera intimidante. Este hecho es alarmante debido al acumulado de amenazas, hostigamientos y acosos hacia nuestra compañera por parte de dicho sujeto, los cuales vienen sucediendo desde abril del presente año.
2. Desde el 15 de agosto del 2025 en adelante, las dinámicas de microtráfico se vienen fortaleciendo y se han focalizado alrededor de la Huerta Chisas, agudizando los escenarios de conflicto entre las personas que habitan la plaza y los integrantes de estas líneas. Dirigiendo acciones de hostigamiento y acoso, especialmente a lxs jóvenes de las colectividades artísticas, culturales y ambientales de la plaza. La línea de expendio de SPA está utilizando a la Huerta Chisas como punto de distribución, lugar de “caleta”, y a su vez como “cambuche” para estos actores. Instrumentalizando como fachada a las colectividades de base de la Comunidad del Bicho, acercándose a los espacios de encuentro y aparentando cercanía.
3. Reiteradamente, varias personas pertenecientes a estas estructuras, han realizado amenazas y comentarios de repudio hacia integrantes de la Comunidad del Bicho, señalando desprecio y rechazo en relación con el ejercicio comunitario en el territorio.
4. El perfilamiento policial ha aumentado exponencialmente, siendo una constante los escenarios de hostigamiento e individualización directa hacia los consumidores de cannabis y los vendedores informales que emprenden en la plazoleta. Es preocupante las formas en que la policía hostiga estos grupos poblacionales, requisándolos agresivamente, levantando falsas acusaciones sobre ellos y señalando a jóvenes, artistas, emprendedores y habitantes del espacio.
5. El 11 de septiembre de 2025, un vendedor informal se encontraba en su puesto de trabajo en la plaza de la Universidad, y fue abordado por dos motorizados de la policía, quienes llegaron de manera hostil acusándolo directamente de vender SPA y ser parte de la línea de narcotráfico, injustificadamente y sin antecedente alguno, los motorizados generan un reporte a central, amenazan con capturarlo, llevárselo en una panel y abrirle un proceso penal; finalmente la policía desiste de su intención de detenerlos, gracias a la intervención por parte de la comunidad. Aunque ese día el compañero no fue judicializado, los hostigamientos y amenazas perduran hasta el dia de hoy."
Referentes como Rita Segato y Arturo Escobar han insistido en que las resistencias territoriales son también resistencias epistemológicas: formas de pensar y habitar el mundo que desafían las lógicas del extractivismo, el olvido y la guerra. En ese sentido, las huertas urbanas como la Chisas son trincheras de dignidad: pequeñas revoluciones que reafirman el poder de la acción colectiva y del arraigo.
“Aquí sembramos comida, pero también sembramos confianza, amistad, memoria. Cada planta que cuidamos es una forma de
decir que seguimos vivos, que no nos rendimos.”
— Integrante de la Huerta Chisas.
El trabajo de la Huerta, al igual que el de muchos otros colectivos en Bosa, articula agroecología, comunicación popular, arte y educación ambiental, tejiendo redes entre escuelas, familias y territorios. Es la muestra de que la juventud no solo resiste: propone, educa y transforma.La violencia contra quienes lideran procesos sociales en Colombia sigue siendo una herida abierta. Cada ataque contra una huerta, un colectivo o una casa cultural es también un golpe a la democracia, a la participación y al derecho a existir con dignidad.
Frente a eso, la acción colectiva de la juventud es una respuesta ética y política: una afirmación de vida frente a la muerte. Desde La Maravillosa hacemos eco de su voz y su exigencia: que la dignidad no nos cueste la vida.
Exigimos a las autoridades distritales y nacionales, a la Personería de Bogotá, la Unidad Nacional de Protección, la Secretaría de Seguridad y la Secretaría de Gobierno:
➡️ Investigar con urgencia las denuncias presentadas por la comunidad de la Huerta Chisas.
➡️ Garantizar acompañamiento integral y protección efectiva a las y los líderes sociales del territorio.
➡️ Promover espacios de diálogo y reparación simbólica que reconozcan la legitimidad de estos procesos comunitarios.
Proteger la vida de quienes siembran, cuidan y crean comunidad es una responsabilidad colectiva.Porque en cada semilla, en cada huerta y en cada joven que resiste, late la esperanza de un país en paz. 🌱