Isla Paulino
Isla Paulino
Viajamos a la orilla para mirar el horizonte que se dibuja en los ojos de quienes despiertan mirando el rio. Nos hacemos preguntas que motorizan nuestro deseo de acercarnos a la península. En el camino de sirga encontramos el ritmo para cada paso en los sonidos de la costa. Más adentro, la selva respira un verde espeso y brillante.
Fotografías de: Gabriela Andrés, Isaac Piovacari, Alicia Busso, Tomás Amans, Eugenia Cuiuli, Fanny Ayache y Julie Pepin.
Coordinación: Sole Quiroga
El taller brinda un espacio de expresión y reflexión sobre fotografía.
Los grupos llevan un proceso de observación, producción y puesta en común que se vuelca en el inicio de proyectos colectivos donde la investigación documental y la búsqueda estética se ponen en acción para generar un relato mediante un cuerpo de imágenes y textos.
Un delta se abre en abanico hacia el agua, formando dos islas mayores: la isla Paulino que pertenece al Partido de Berisso, y la Isla Santiago dentro de la jurisdicción del Partido de Ensenada. La naturaleza sobrevive como puede al tráfico de grandes embarcaciones que van y vienen al Puerto de La Plata. Originalmente constituían un único territorio insular ( la isla Santiago primitiva) pero la construcción del canal de acceso al Puerto de La Plata - a fines del siglo XIX- partió a la isla en dos. Las separa una distancia que se ensancha rápidamente, tragándose la tierra. El dragado desmensurado y la falta de medidas que regulen la velocidad de las maniobras que hacen los barcos desespera a los habitantes de la isla Paulino. Los isleños de ese lado ven mes a mes desaparecer centrímetros de orilla. Varios vecinos perdieron sus casas a causa de los derrumbes de la costa.
Quedan 5 familias viviendo en la isla Paulino de las 200 que desde finales de 1800 se asentaron en esa lengua del rio. Llegaron para trabajar la tierra y ya en 1920 producian 400 cajones de fruta y verdura por dia. Los productores cruzaban la mercancia con sus propias embarcaciones. La época dorada se extendió dos décadas, hasta la crecida de 1940 que destruyó casas y quintas. Ese fue el primer éxodo. Recuperados, los que quedaron, cosechaban lo suficiente para vivir. Hacia la década del 80 se hizo imposible mantener la actividad agrícola por dos razones. El tránsito por el canal y zonas del rio fueron restringidos por prefectura, lo cúal dificultó el traslado de la producción. Mientras tanto en continente se fue fortaleciendo el cinturón agrícola de La Plata, lo que terminó por cerrar la producción isleña.
Fernando vive en Paulino hace 5 años. Es artista circense e istructor de Tai Chi. Está construyendo un centro cultural en el espacio donde estaba la primera escuela de la isla. Dice que son pocos con ganas de compartir. Sueña con volver a activar un espacio comunitario que hoy está en desuso.
Cristian cuenta que sus papás trabajaban en la quinta más grande de la zona, la de los Ruscitti. Su familia se fue de la isla cuando se acabo la producción agrìcola.
"En los años 90 la Paulino resurge con el turismo. Se salvó de desaparecer. A la vez esas mismas visitas muchas veces tiran basura al rio ¿Creerán que el agua se la va a tragar?
Andrea es hija de Miguel Ruscitti, legendario productor del vino de la costa. Ella se fue a los 18 años a La Plata y volvió cuando su papá enfermó. Asumió el legado de sus padres, trabajar la quinta y guardar la memoria. Sigue una bitácora que Miguel le dejó con instrucciones : "en caso de que suceda". Andrea heredó de su mamá (que murió poco antes que él) la necesidad de proteger el territorio y la identidad isleña. Junto a unos pocos vecinos llevan adelante reclamos para exigir medidas de cuidado de las costas y la protección de los humedales.