Géminis. El famoso Proyecto III.
La idea que se implantó una noche helada de junio en 2020 justo antes de dormir. Creció obligada por un concurso que solo aceptaba novelas de la pandemia y después de quedar afuera sufrió mucho hasta que arrancó. Pero me pidió seguir y le hice caso.
Sos la primera de todas mis ideas locas en salir al mundo porque me ayudaste a enfrentarme a una realidad cruda del mundo: el amor perfecto es imposible, pero el amor posible es perfecto.
Vivi años enredado en la idealización, enamorado de la idea del amor hasta que me reventé contra la realidad. Sin embargo, en el transcurso me amigué con la contradicción y me apoyé en la dualidad inherente de este signo, que encima ni siquiera es el mío.
Había algo en la historia de Cástor y Pólux que me pareció espléndido. El lado oscuro de pedir un deseo. La desesperación humana por aferrarse al otro, y mi desesperación por aferrarme a lo perfecto.
Yo me conocí en este libro. Yo me vengué de todas las angustias que yo mismo me impartí. Pero sobre todo, me vengué de las que impartieron en mí. Y así, nada orgulloso, les traigo mi humanidad y mi estupidez. Les traigo lo que aprendí por creer en el amor de una forma tan romántica.
Esto es para todas las que alguna vez me rompieron el corazón.
Estos son los pedazos.
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