COMPETENCIAS:
Específicas: Reflexiona sobre el significado de la Ética y sus implicaciones en el comportamiento para orientar su práctica en los diversos ámbitos y contextos.
Genéricas:
Compromiso con su medio sociocultural.
Habilidades interpersonales.
Capacidad de trabajo en equipo.
La ética es, al igual que la lógica (razonamiento), una materia filosófica. Pero, a diferencia de la lógica, la ética tiene un carácter eminentemente humano, pues sus problemas dependen de cada persona, de un modo íntimo.
Los problemas que trata la ética, principalmente son cinco; son importantes para las personas, debido a que son fundamentales e imprescindibles para la solución a las cuestiones morales que se presentan en la vida.
1. Diferencia entre lo bueno y lo malo. ¿Cómo se puede distinguir de manera objetiva lo bueno y lo malo? ¿No hay diferencia objetiva, todo depende de las personas que juzgan conforme a costumbres, educación, conveniencias o imposiciones? La conducta de cada persona es diferente y está basada en criterios.
2. La norma de moralidad. ¿Cuál es el criterio correcto para juzgar el bien y el mal?
a) Conforme a la conciencia (conveniencia, intuición, etc.) y b) conforme a las leyes: ¿con qué criterios se hacen buenas leyes?, hay personas que cumplen las leyes materialmente, pero su intención es torcida, interesada, caen en un puro legalismo, carecen de valor moral.
3. El fin y los medios. ¿Basta con la buena intención para actuar bien? La moralidad tiene mucho que ver con el interior de la persona, con sus intenciones o finalidades, con el secreto de sus propósitos.
4. La validez universal de las normas morales. Hay dos formas para resolver este problema:
a) relativismo moral; establece que todas las normas morales son cuestión de costumbres o necesidades que van cambiando con el tiempo, con el lugar y con las personas y b) el existencialismo; es una completa indiferencia a toda norma moral (amoralismo).
5. La obligación y la libertad. ¿Hay leyes que, en efecto, sean obligatorias en conciencia? ¿Y en qué se fundamenta dicha obligación? Todas las personas tienen conciencia (apreciación de acciones) del sentimiento de obligación el “deber ser”.
La obligación se fundamenta en: presión social, educación, decisiones propias; considerando esta última situación, surgiría el problema de la libertad, de la autenticidad de la propia conducta.
En este sentido, es necesario considerar que la ética no se reduce a un conjunto de normas que se impone de manera fatal al individuo desde una autoridad exterior a él, que apenas le deja espacio para el ejercicio de su libertad y responsabilidad. Una ética de la prohibición no hace al ser humano más persona, lo que sí es posible con una reflexión ética de los valores en la que se pone en juego la persona misma con su libertad y responsabilidad.
Por último, es conveniente tomar en cuenta que lo ético es una dimensión de la realidad humana y social; está presente en los diversos ámbitos de la existencia porque en todos ellos hay valores en juego. Es en el análisis mismo de esa realidad y de su devenir donde se pueden encontrar los criterios éticos que deben inspirarla.
Desde la antigüedad hasta nuestra época ha habido una notable evolución socio-cultural; durante años los principios éticos han evolucionado: se construyen sobre las bases de la historia y las condiciones en la actualidad. Las diferentes culturas en diversas regiones se han vuelto gradualmente más y más tolerantes, y se han acercado mutuamente para combinarse y consolidar su progreso.
La moral y los principios éticos varían en diferentes sociedades; sin embargo, van de la mano. Esto depende del sentido sociocultural, con sus normas éticas que varían, no están de acuerdo con los demás y se puede llegar a competir con cada una de ellas por poco tiempo o incluso durante largos periodos; aunque es importante no perder de vista que el objeto de estudio de la ética es lo que “debe ser”, para lograr un equilibrio y la armonía en la sociedad, y no “lo que es”, independientemente de la cultura vigente en cada país o de los diferentes tipos de grupos socioculturales.
Nuestro comportamiento ante la sociedad está regido por diferentes principios y éstos van de la mano con la ética; son fundamento del razonamiento moral; es decir, nos ayudan a mejorar nuestra conducta y convivencia con los demás. A continuación se enumeran los principios éticos:
Fuentes éticas
Formulado originalmente por Edgar Morín (2006), este principio propone que la conducta y el comportamiento éticos están determinados por tres fuentes: interior, exterior y anterior.
Tensiones éticas
Este principio describe que los problemas éticos no surgen de decisiones simples, sino de disyuntivas, ante decisiones que se nos presentan en nuestra vida, producto de las contradicciones que se producen entre los diferentes deberes y fuentes éticas.
Necesidades humanas
Propone que la persona, en el desarrollo de sus competencias éticas, tiene que entender que tanto ella, como la sociedad y la especie, tienen diferentes necesidades que deben ser respetadas y solventadas.
Ecología valorativa
Considera que, tanto el pensamiento como la acción, son contextuales y dependen de diferentes factores que se ubican en un microentorno, en un mesoentorno y en un macroentorno.
Deberes éticos
Este principio indica que el individuo tiene ciertos deberes con las esferas correspondientes a cada una de las fuentes (interior, exterior y anterior), así como ellas tienen deberes con el individuo; es decir, todas nuestras acciones están íntimamente relacionadas.
La ética sociocultural brinda un sentido de protección y de pertenencia a un mismo lugar. Es la identidad de cualquier individuo, que produce una sociedad fuerte y segura. Si no hubiera ética en los grupos socioculturales, se crearía un pueblo socialmente indiferente, que no tendría ningún remordimiento; o sea, personas carentes de moral para actuar erróneamente sin remordimientos, lo que provocaría un caos en la sociedad.
Por lo tanto, se requiere de sólidos valores socioculturales y del fortalecimiento de los principios de la ética en la sociedad.
Las decisiones deben tomarse sobre la base del beneficio de la mayoría. Existen diferentes posturas morales que nos ayudan a mejorar nuestro comportamiento ante los demás. Algunas de ellas son:
La postura de Aristóteles se basa en la máxima que él tenía:
“Los individuos se forman por hábitos virtuosos”
De ahí que los pasos que él seguía ante una toma de decisión de una situación dada son determinar:
1. Establecer cuáles valores están en conflicto.
2. Decidir cuál es el valor más preponderante.
3. Elegir de acuerdo con lo más relevante.
Kant, basándose en la deontología, establece su máxima para tomar la mejor decisión, la cual dice:
“La decisión se toma respetando las leyes y las normas, porque detrás de cada una de ellas hay un valor”
Bentham, precursor del consecuencialismo (utilitarismo), seguía esta máxima:
“El interés es el único móvil de las acciones humanas”
Lo anterior dio como resultado los siguientes pasos en la toma de decisiones:
1. Considerar que la consecuencia anuncia si algo fue bueno (placer) o malo (dolor).
2. Elegir en función del máximo beneficio para todos.
Sus maestros, padres y hermanos, incluso usted y yo en algún momento nos hemos encontrado en situaciones difíciles o importantes, donde tuvimos que reflexionar sobre preguntas como, ¿qué debo hacer?, ¿qué es lo que más me conviene?, ¿afecto a alguien con mi decisión?, ¿cómo sé si esta es la decisión correcta? Hay tantas posibilidades que es normal que dude y, a veces, que sienta algo de temor. Sin embargo, puede estar seguro de que esta formación del carácter individual es un proceso necesario para la definición de nuestra identidad, de ser quien es.
Como joven es libre para decidir qué aprueba, adopta y adapta de las personas y el entorno que le rodea sin que esto signifique convertirle en una “copia” de alguien más. Puede decidir de manera autónoma quién quieres ser, cómo te expresas y cuáles son sus valores y convicciones. El conocimiento de diversas personalidades, formas de expresión, ideales y comportamientos, le ofrece un abanico enorme de posibilidades para poder tomar estas decisiones y actuar conforme a ellas. En este proceso, es fundamental el papel que juega la ética, pues solo mediante la reflexión y la razón es posible conquistar la libertad de la que hemos hablado.
Así que prepárese, pues el material que tiene en sus manos le servirá como apoyo para que, de manera consciente y razonada, reconsidere sus juicios, la determinación de los valores morales y la toma de decisiones ante situaciones significativas para la consolidación de su autonomía.
Autonomía. Significa que la voluntad está determinada por el razonamiento y la reflexión, y no por otras personas, convicciones, valores ajenos, las pasiones, etcétera. Solo el ser humano autónomo es libre.
Si tomamos en cuenta que la ética no prescribe ninguna norma o conducta, que no manda ni sugiere directamente qué debemos hacer, su cometido, aunque pertenece al ámbito de la práctica (praxis), es mediato, no inmediato, y consiste en aclarar qué es lo moral, cómo se fundamenta racionalmente una moral y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida social. La ética constituye una reflexión sobre el hecho moral, que busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro. Por lo tanto, podríamos reafirmar que la ética es la parte de la filosofía que ha de dar cuenta del fenómeno moral en general.
La ética no pretende solo fundamentar racional y dialógicamente lo moral, sino que busca también su aplicación en la vida cotidiana. Así, actualmente, encontramos la “ética aplicada” a muy diversos ámbitos de lo social: bioética o ética médica, genética, ética de la ciencia y la tecnología, ética económica, ética de la empresa, ética de la información, ética ecológica. Todas ellas se encuentran hoy en un continuo proceso de fundamentación y reelaboración, debido a que los valores propios de cada actividad y la actividad misma no están cerrados, sino que se desarrollan progresivamente.
Considerando las premisas anteriores, la ética estudia lo que se debe hacer; entonces, el juicio ético se lleva a cabo después del hecho, de que los juicios morales se hacen realidad, cuando la acción se lleva a cabo. Estos se basan en una visión retrospectiva de las consecuencias. Por lo general, estos juicios son respecto a lo que una persona ha hecho y si era “bueno” o “malo”. Por lo general, se hacen sobre la base de la mejor información disponible; es decir, estos juicios se hacen sobre lo que debía ser (o lo que no debía ser), y si su curso de acción fue “bueno” o “malo”.
Los juicios éticos sólo se pueden hacer mediante un instrumento de la voluntad o la libertad de elegir; es decir, se llevan a cabo de acuerdo con las diferentes opciones, donde el que elige es consciente de que hay una opción, y tiene la capacidad y libertad de decidir.
Es importante señalar que el juicio moral y el juicio ético están íntimamente relacionados entre sí, porque en ambos se lleva a cabo un análisis antes y después de las acciones probables en las circunstancias y situaciones que se nos presentan en la vida, así como la evaluación de que la acción es más ética.
Una persona que hace un juicio ético y que hace uso de la razón para determinar cuál es la mejor decisión o solución a un problema, ha desarrollado habilidades cognitivas y del ser fundamentales que hacen posible completar el proceso de toma de decisiones de manera sistemática y en profundidad.
Dilemas y juicios morales
La toma de decisiones con implicaciones morales se presenta en la vida cotidiana a través de problemas que debemos resolver de inmediato. Para ello existe una serie de alternativas, entre las que debemos elegir la que marcará nuestro curso de acción; es decir, se nos presenta un dilema moral, una encrucijada donde debemos pensar cómo actuaremos y distinguir entre lo correcto y lo incorrecto entre las opciones que tenemos. Esto lo hacemos a partir de la moral, de nuestros valores y nuestras convicciones, y del análisis racional de la situación.
Recuerda que la moral se fundamenta, entre otros aspectos, en aquellas costumbres y creencias que a través del tiempo han determinado lo que es bueno o malo, así que cuando se nos presenta un dilema, valoramos todos estos elementos y reflexionamos acerca de cuál es el mejor camino a seguir.
El ser humano nunca se encuentra en un estado neutral, sino que es una criatura que vive valorando, es decir, reconociendo en objetos reacciones y actitudes con ciertas características que los hacen estimables y hasta deseables porque se destacan de otros de manera positiva.
Esto es un valor.
A lo largo de nuestra vida se nos inculcan distintos valores morales, pero hay otros a los cuales nos adherimos de manera consciente, reflexiva y meditada a través de la experiencia.
Son estos últimos los valores éticos que constituirán nuestro equipamiento para la vida, para decidir y actuar, pues dependen de nuestra libertad y desde ahí marcan la pauta de los que “debe ser”.
Desde la filosofía, los juicios valorativos, la naturaleza positiva o negativa de los valores, así como por qué algo nos resulta preferible o no, son estudiados por una de sus ramas: la axiología o filosofía de los valores. Podemos encontrar varios tipos de valores: los valores económicos o monetarios, el valor sentimental de un objeto o los valores estéticos que se aplican a los fenómenos del mundo que percibimos mediante los sentidos y que determinan si algo nos gusta o no. Muchos objetos pueden ser valiosos para nosotros de diferentes formas; incluso un solo objeto, una blusa o camisa, por ejemplo, puede ser valorada desde diferentes perspectivas; quizá le damos un valor económico, pues tiene un costo que hay que pagar, o un valor sentimental, si la traíamos puesta cuando la persona que nos gusta “se nos declaró”, o un valor estético, si nos agrada su color o cómo nos hace lucir.
Los valores éticos tienen una peculiaridad que los distingue de otros tipos de valores, pues no se identifican en un objeto, sino en lo intangible: la decisión y la acción. Por esta razón, en la ética la axiología tiene un papel muy importante, ya que los valores son uno de los puntos de partida de los juicios morales y de la toma de decisiones.
Se llama valores universales a aquellos que son preferibles por todos los seres humanos, puesto que se fundamentan en la dignidad humana y el respeto por la vida.
Los valores dependen del contexto histórico y social, de las convicciones religiosas, de los usos y las costumbres, de la economía, de la experiencia en relación con los objetos y las personas, etc. Ningún sistema personal de valores puede ser igual, aun cuando se haya educados en la misma sociedad.
Responsabilidad
Cualidad de responsable. Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal. Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado. Capacidad en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.
Justicia
La justicia se fundamenta en las virtudes de libertad e igualdad. Sólo después de reconocer al otro como una persona digna, igual que yo, es posible que procure otorgarle a cada quien, por ley o por dignidad, lo que le es debido, de acuerdo con su deber y derecho. El que vive la virtud de la justicia reconoce al otro siempre, y fundamenta sus principios éticos, morales e incluso jurídicos, para lograr el respeto y el adecuado ejercicio de los derechos individuales o colectivos.
Libertad
Condición humana, parte fundamental de la persona, que consiste en la elección más adecuada entre diversas alternativas y el actuar conforme a ello, pues desde el fuero interno permite la autodeterminación.
Verdad
Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma, sin mutación alguna. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente. Cualidad de veraz.
Antivalores
Hasta ahora hemos trabajado en las definiciones y características de los valores morales y éticos: cómo se clasifican y son identificados. A los valores corresponden otros valores que no son positivos éticamente y que desconocen la autonomía de los otros, llegando a considerarlos como meros instrumentos; son los llamados antivalores. A continuación se presenta una lista de valores y antivalores, para que usted pueda identificarlos. Si no está seguro de algún término, puede buscarlo en el diccionario o preguntarle a su profesor.
VALORES
Libertad
Tolerancia
Solidaridad
Honradez
Justicia
Equidad
Vida
Paz
Amistad
Bienestar
ANTIVALORES
Esclavitud
Intolerancia
Egoísmo
Mentira
Injusticia
Desigualdad
Aniquilación
Guerra
Odio
Miseria
Cuando alguien decide y actúa conforme a antivalores, es posible que afecte de manera negativa la vida y la libertad de otras personas, además de la propia. Muchas veces se sigue un antivalor como principio de acción, sin saber (sin tener conciencia de ello) que está en contra de un verdadero valor ético. Por eso es importante reflexionar sobre nuestros valores y nuestras convicciones, pues, de otra forma, podríamos estar causando daño, aunque de manera inconsciente, ya sea por inercia, hábito o porque no conocemos otras opciones; sin embargo, la ignorancia no es una justificación. De nuevo sale a relucir la importancia de la autonomía, pues sólo cuando se acepta de manera informada, responsable y libre una norma o un valor, es posible sopesar si es universalizable: es decir, si es válida para nosotros y para el resto de la humanidad.
Sólo mediante el ejercicio de la autonomía podemos ser libres y reconocer los verdaderos valores éticos, aunque nuestro entorno no lo apruebe, aunque tengamos que esforzarnos en poner en tela de juicio la forma de vida a la que estamos acostumbrados. Mahatma Gandhi, un gran personaje nacido en la India que se opuso a las prácticas y leyes racistas mediante la resistencia pasiva y la no cooperación de la sociedad civil con el Estado, pronunció estas palabras: En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”.
Los derechos humanos son aquellas condiciones que permiten una relación integral entre las personas (individuos/as) y la sociedad; garantizan que todos seamos tratados como iguales.
Evitan la discriminación por motivos de raza, credo o preferencias sexuales. Existen ciertos derechos naturales, derechos relativos al cuerpo (derecho a la vida, a la propiedad) y al espíritu (derecho a la libertad de pensamiento, a la dignidad).
En México existen diversos organismos que se encargan de promover, difundir y vigilar que estos derechos sean respetados: la Academia Mexicana de Derechos Humanos; la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, A.C.; el Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de los Derechos Humanos, A.C.; Amnistía Internacional México y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, entre muchas más.
Para más información, se puede consultar: http://www.un.org/es/documents/udhr, preguntar al profesor o visitar algunas de las instituciones que se dedican a la protección y promoción de los derechos humanos.
Socialmente se considera aceptable la responsabilidad del individuo sólo cuando participa en actos voluntarios; es decir, cuando está consciente de las circunstancias en que actuó y sus motivaciones, tiene claras las consecuencias, y además ha actuado con responsabilidad y libertad. Se puede decir que un acto involuntario es aquel donde factores o elementos externos al sujeto lo empujan o inciden en su comportamiento. Por ejemplo, en el dilema de Heinz, cuando el individuo se siente obligado a robar el medicamento para salvar la vida de su esposa, mortalmente enferma. O en el conocido personaje de Los Miserables, de Victor Hugo, cuando Jean Valjean roba una pieza de pan para alimentar a su familia. En algunos contextos se discute hasta qué punto la ignorancia exenta al sujeto de responsabilidad moral; por ejemplo, al visitar un país extraño y desconocer las leyes sobre actividades al aire libre y las normas básicas de convivencia. Cuando una ciudadana occidental visita Medio Oriente, donde todas las mujeres están obligadas, por sus creencias religiosas, a vestir de cierta manera, cubriendo totalmente su cuerpo y dejando a la vista sólo los ojos. Aun cuando esté de visita, para entrar a los templos y otros espacios considerados sagrados, esa mujer debe usar los atuendos acostumbrados para no ofender a la comunidad que visita.
Mostrar el respeto a la cultura del lugar visitado es una norma no escrita que garantiza de alguna manera su propia seguridad y la posibilidad de que vuelva a ser recibida en futuras visitas, del mismo modo que los musulmanes deben observar las normas de comportamiento cuando visitan otros países y otras culturas. Abordar el tema de la libertad no resulta tan simple, porque muchas veces se conocen frases hechas y la gente piensa que “libertad es hacer todo lo que uno quiere, siempre y cuando no se cause daño a sí mismo ni a los demás”; pero no hay verdades absolutas; siempre hay nuevas definiciones e interpretaciones a partir de nuevos puntos de vista. Una persona tiene la libertad de elegir entre una conducta y otra, en función de sus deseos, objetivos y necesidades. Utilizando también su inteligencia y voluntad, puede elegir las mejores opciones para forjar su propia historia: elevarse a la obtención de sus máximos ideales espirituales y materiales, o dejarse caer en el derrotismo y la mediocridad.
El ser humano tiende a la búsqueda de lo mejor, y de una idea de felicidad, que varía de una persona a otra. No es posible modificar el entorno ni el estado de las cosas, pero sí es posible influir en los ambientes para beneficio propio y de los demás. Los seres humanos tienen apetitos y deseos que le producen placer; en ciertos casos, la satisfacción de dichos deseos puede constituir un obstáculo para el logro de los proyectos, cuando interfieren en el desarrollo de los planes personales. A veces es necesario reprimirse o aplazar algunos gustos, y aprender a distinguir el mejor momento para darse ese gusto.
A diferencia de los animales, los seres humanos tienen la capacidad de dominar sus pasiones a través de la razón, o pueden dejarse dominar por ellas. La ética constituye una herramienta que le ayuda a aprovechar sus pasiones para ser mejores personas.
Hábito. Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.
Costumbres y tradiciones. Etimológicamente, la palabra costumbre deriva del latín mores, modos habituales de obrar o proceder; es decir, es un hábito adquirido por la práctica frecuente de un acto, ésta puede cambiar y adaptarse a determinado momento histórico. Las costumbres son modos habituales de obrar o proceder, establecidos por tradición o por la repetición de los mismos actos. Aquello que por carácter o propensión se hace más comúnmente.
Tradición: es un conjunto de costumbres que se han heredado de generaciones anteriores.
Creencia: es el estado de la mente en el que un individuo tiene como verdadero el conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o cosa; una firme permisión o conformidad con algo.
Se dice que el conocimiento es un bien con un valor en el mercado. Tener una profesión cuesta mucho: tiempo, recursos económicos, esfuerzos personales, sacrificios; implica tomar decisiones, descartar y preferir unas opciones sobre otras, para alcanzar el objetivo: obtener un título y una licencia profesional para ejercer cierta carrera e influir en determinados ámbitos de la sociedad. Nunca se termina de aprender. Sobre todo en estos tiempos en que la tecnología nos pone al alcance nuevos descubrimientos y avances. La sociedad del conocimiento ha provocado que, en cualquier profesión, nunca se termine de aprender ni de actualizarse.
En cualquiera de las carreras que se elija, habrá que mantener los conocimientos actualizados y acudir a seminarios, diplomados y conferencias para conocer las nuevas tendencias, tecnologías, aplicaciones y normas.
Los autores de las obras que usted ha consultado a lo largo de su formación profesional, a su vez tuvieron que leer, analizar, interpretar, sintetizar, cuestionar las aportaciones de otros que los antecedieron; y, posteriormente, con los conocimientos adquiridos, enriquecidos por las propias experiencias e investigaciones, hicieron sus propias contribuciones personales a la profundización del conocimiento en determinadas áreas del saber. Por eso, por el esfuerzo y la dedicación que ellos han puesto en esos textos de consulta que ayudan a las siguientes generaciones, se considera correcto y justo (válido, o social y moralmente aceptable) que se les reconozca el mérito de esas contribuciones. De la misma manera, las universidades e instituciones educativas reconocen el trabajo de sus cuerpos docentes con ciertas prestaciones y estímulos de diversa índole. Pero, para que los profesores puedan continuar su importante labor en pro de la sociedad en la formación de las nuevas generaciones de profesionistas al servicio de su país, también deben poder demostrar la transparencia y congruencia con los valores que se pretende transmitir a los y las estudiantes. Por ejemplo, si un profesor es reconocido por su dedicación, por su objetividad y esmero en la investigación y divulgación científica, del área que sea, pero un día alguien descubre que sus escritos han sido copiados textualmente de otros, sin siquiera darles el crédito debido con la anotación de las referencias bibliográficas o citas textuales, bien podría ser destituido de su puesto, desconocido por la comunidad académica y perder sus derechos y privilegios como parte de ese grupo humano.
O el estudiante que en vez de prepararse para los exámenes y entregar los trabajos en los tiempos y formas establecidos por sus profesores, la noche anterior al examen prepara “acordeones” o se dedica a copiarle a sus compañeros/as, no solamente no aprovechará los recursos que la institución le ha ofrecido, sino que estará defraudando la confianza de sus padres y amigos, y ganándose el repudio de la comunidad. Sin duda, apenas sea descubierto, perderá el derecho a continuar el examen y la oportunidad de obtener una calificación decorosa.
Como personas responsables, debemos conocer el porqué de las normas morales que forman parte de nuestras costumbres, y decidir si las aprobamos o no; si actuamos conforme a ellas o no; o enriquecer los principios que rigen nuestra propia moral filosófica para actuar según nuestras propias convicciones, incluso en situaciones polémicas o ante argumentos que no nos parezcan racionales o lógicos para seguir la normatividad y valores de otros. Un ejemplo son las lapidaciones sufridas por las mujeres acusadas de adulterio en Somalia, o la falta de reconocimiento del derecho de algunas mujeres a ser elegidas a cargos públicos por creencias y costumbres de ciertas culturas ancestrales. Como el conocido y debatido caso de Eufrosina Cruz, quien ganó la alcaldía de Quielogani, en Oaxaca, en diciembre de 2007; el triunfo se le negó por el hecho de ser mujer, pues en su comunidad se considera que las mujeres no tienen derechos (ni políticos ni humanos) y por tanto no pueden aspirar a realizar actividades fuera del ámbito doméstico.
Ética académica consiste en seguir una serie de reglas y normas que involucran tanto a los docentes y personal administrativo de las instituciones educativas, como a los alumnos y padres de familia, ya sea en forma directa o indirecta; desempeña un papel muy importante en la relación maestro- alumno, donde hay deberes y una mutua aplicación de valores, para llevar a cabo un comportamiento mínimamente aceptable en sus actividades.
Ética profesional es la que determina los deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad (ejercicio de una profesión).
Comportarse responsablemente permite que todos los individuos de una sociedad puedan convivir sin experimentar conflictos graves. ¿Qué pasa entonces cuando no se es responsable? ¿Cómo se afecta la convivencia social? Para descubrirlo, organícese con tres compañeros de su grupo y trabajen en el siguiente proyecto: analizar distintas situaciones y comportamientos de los integrantes de su comunidad en los que sea evidente una actuación responsable y otra irresponsable.
El propósito de este proyecto es que investiguen y reflexionen acerca de las consecuencias y el impacto que tienen en su comunidad tanto las acciones responsables como las irresponsables.
En equipo realicen lo siguiente:
a) Investigar y elegir ejemplos de:
• Situaciones y comportamientos responsables e irresponsables de hombres, mujeres, adultos, adolescentes, indígenas, personas marginadas o de cualquier integrante de los grupos sociales de su comunidad.
• Problemas sociales de carácter ético o moral que esté enfrentando su comunidad, ya sea en los ámbitos familiar, escolar, laboral o cualquier otro.
b) Analizar las situaciones y comportamientos individuales, y determinar si existe relación con los problemas éticos o morales que estén afectando a la comunidad.
c) Organizar la información y resultados de su investigación y análisis, y presentar al grupo ejemplos de las relaciones entre comportamientos individuales y problemáticas sociales que hayan encontrado. Para presentar estos ejemplos, elaboren un collage de imágenes y textos.
Opinar sobre una situación o sobre las acciones ajenas puede resultar sencillo, y a veces hasta cómodo, pues quien actúa sin pensar tendrá más posibilidades de equivocarse y sufrir las consecuencias de su error que quien piensa en las implicaciones de sus actos y es capaz de ver los resultados más allá de lo inmediato, haciéndose responsable de ellos. En la vida cotidiana, no siempre nos tomamos el tiempo para reflexionar sobre nuestras decisiones. Sin embargo, en ocasiones se presentan situaciones donde nos vemos obligados a hacerlo, lo cual es el primer paso para formular un juicio moral razonado y aceptar la responsabilidad que nuestras acciones conllevan, tratando de calcular las implicaciones que puedan surgir a futuro. De otra manera, nos arriesgamos a que sucedan eventos totalmente inesperados y a veces desafortunados o hasta dolorosos. Formular juicios morales es determinar qué aceptaremos o rechazaremos para actuar. Lawrence Kohlberg, psicólogo y discípulo de Piaget, ha estudiado cómo se desarrollan la conciencia humana y la identidad mediante la formulación sistemática de juicios, sobre todo morales. Uno de sus principales descubrimientos ha sido que, a pesar de las diferencias culturales, sociales o de credo, en todos los seres humanos el proceso del juicio para determinar las propias normas y los propios valores es universal; es decir, es un proceso de razonamiento que sucede de igual forma en todos nosotros. Kohlberg plantea una estructura de razonamiento, dividida en tres grandes niveles, que marca el desarrollo de la conciencia moral desde los niveles más simples y egoístas, hasta los de la madurez solidaria. Vamos a revisarlos:
Nivel preconvencional. Se siguen las normas solo por temor al castigo o por el deseo de recompensa. No hay conciencia de que las normas son acuerdos sociales; se ven como imposiciones externas. Este nivel presenta dos estadios:
Estadio 1: obediencia y miedo al castigo, que provoca el seguimiento y cumplimiento de las reglas. Se presenta en los niños más jóvenes, aunque algunos adultos se mantienen en él.
Estadio 2: favorecer los propios intereses. Las normas se asumen solo si estas nos resultan favorables. El único fin de la persona es satisfacer sus propias necesidades, sus intereses, y cree que los demás deben ayudarle a ello; es decir, es egoísta.
Nivel convencional. El individuo busca pertenecer a un grupo, una comunidad o sociedad, por lo que intenta apegarse a las normas que ahí se ostentan, con el fin de obtener su aprobación. Para esta persona, el parámetro de lo bueno y malo lo definen los valores y las reglas del grupo.
Estadio 3: expectativas interpersonales. La observancia de las reglas responde a la necesidad de pertenencia, agrado o aprobación por parte de un grupo, por lo que la acción correcta estará guiada por sus expectativas. Normalmente se da en la adolescencia, pero muchos adultos continúan dejándose guiar por valores externos que no forman parte de una convicción racional.
Estadio 4: normas sociales establecidas. El individuo trata de seguir las normas sociales establecidas porque las reconoce como un acuerdo de la sociedad, para poder vivir en comunidad, por lo que hay también un sentido de la responsabilidad y un compromiso social, pues no solo se buscan los propios intereses, sino el bienestar de la sociedad completa. La mayor parte de los adultos se encuentra en este estadio.
Nivel postconvencional. Más allá de la sola observancia de las leyes, para beneficio de todos, hay una verdadera comprensión y reflexión de estas, por lo que el individuo es capaz de elegir de manera racional los principios morales que guiarán su conducta, independientemente de si existe un castigo o una recompensa por ello.
Estadio 5: derechos prioritarios y contrato social. Es la apertura a la idea de que más allá de mi familia y mi comunidad, los seres humanos de otras socie dades y regiones son iguales a mí en racionalidad y dignidad, y que, por lo tanto, tienen derecho a la vida y el libre desarrollo de sus capacidades. Hay un reconocimiento de la diversidad de culturas, normas, creencias y valores, y de su importancia como costumbres y acuerdos sociales, pero también se logra reconocer los derechos universales que valen para todo ser humano por el solo hecho de serlo, independientemente de la norma convencional.
En este sentido, la reflexión de los distintos sistemas normativos hace posible que se reconozcan algunas normas que violentan la dignidad humana, por lo que decidimos reprobarlas y señalarlas como indebidas
Estadio 6: principios éticos universales. Una vez que de manera racional, reflexiva y crítica se han identificado ciertos derechos comunes a todos los seres humanos, se formulan principios éticos independientes a cualquier norma, ley o contrato social.
La regla de oro será “procura a tu semejante el mismo beneficio que buscas para ti”, un principio de solidaridad e igualdad que se basa en la idea de que todos los seres humanos son libres y racionales, y no medios o instrumentos que sirven para alcanzar los fines de otros o seres incapaces de tomar decisiones por sí mismos.