COMPETENCIAS:
Específicas: Selecciona y valora a través de justificación y análisis crítico las diversas opciones de estrategias para aplicarlas adecuadamente en la entidad económica y lograr la innovación corporativa.
Genéricas: Capacidad de comunicación oral y escrita. Conocimiento sobre el área de estudio y la profesión. Capacidad de investigación. Capacidad crítica y autocrítica. Capacidad para tomar decisiones. Habilidades interpersonales. Capacidad de motivar y conducir hacia metas comunes.
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE:
Elegir las diferentes opciones de estrategias.
Valorar las estrategias a través de la justificación establecida en diferentes fuentes de información.
Elaborar análisis crítico y plantearlo en plenaria.
Obtener la mejor opción de aplicación para una entidad.
Proponer de acuerdo a la opción elegida la innovación corporativa.
Observar e investigar las estrategias aplicadas en diferentes entidades económicas.
Elaborar una estrategia es vital para el triunfo corporativo. Consiste en la construcción de un esquema general que dirija las decisiones y operaciones de la empresa. Este proceso requiere análisis detallado del ambiente comercial, examinando elementos económicos, políticos y sociales que podrían influir en el rendimiento. Es crucial reconocer las capacidades y limitaciones de la empresa para capitalizar oportunidades y atenuar peligros. Es imperativo fijar metas estratégicas definidas y cuantificables que guíen la labor y faciliten la evaluación de resultados a lo largo del tiempo.
El exámen exhaustivo del entorno constituye un componente crítico en la creación de estrategias comerciales. Se basa en el escrutinio y comprensión de influencias externas que inciden en la empresa. Esto supone evaluar variables de índole económica, política, social, tecnológica y legal, entre otras. El fin es detectar corrientes, posibilidades y riesgos emergentes en el ambiente de negocios. Emplear herramientas variadas como PESTEL, las 5 fuerzas de Porter y SWOT es esencial para un estudio del entorno productivo, suministrando datos importantes para tomar decisiones estratégicas con conocimiento.
Detectar los puntos fuertes y flaquezas dentro de la empresa es clave para una estrategia efectiva. Las fortalezas representan ventajas competitivas y rasgos donde la empresa sobresale, como talento humano especializado, tecnología de vanguardia o una sólida imagen de marca. Inversamente, las debilidades, tales como deficiencias técnicas o una imagen corporativa deteriorada, restringen el desempeño. Revelar estos atributos y carencias promueve un enfoque estratégico informado, considerando tanto la realidad interna como el contexto comercial externo.
Definir objetivos estratégicos precisos es crucial para encaminar a la empresa hacia metas concretas y evaluable. Dichos objetivos deben estar sincronizados con los principios y aspiraciones de la organización, además de ser pragmáticos y factibles. Los fines estratégicos contemplarán distintos dominios como el crecimiento empresarial, optimización de la rentabilidad, incursión en nuevos mercados o el lanzamiento de productos o servicios innovadores. Con objetivos bien definidos y cuantificables, la empresa podrá medir su rendimiento, efectuar decisiones fundamentadas y enfocar sus energías en la conquista de logros significativos.
Las bases para la selección estratégica representan un pilar para el progreso corporativo. Esta fase requiere una evaluación minuciosa de los recursos y habilidades de la entidad. Se comprenden los recursos tanto tangibles (como capital, tecnología y bienes materiales) como intangibles (tal como el saber, prestigio y la cultura empresarial). Asimismo, es imperativo examinar las competencias de la organización, o sea, cómo se emplean dichos recursos para crear valor y una ventaja competitiva sostenible. Dicho diagnóstico posibilitará discernir los puntos fuertes y flaquezas internos de la firma y definir cuáles son los ámbitos donde se destaca en competición.
La inspección de recursos y habilidades constituye un momento pivote en el discernimiento estratégico corporativo. Se enfoca en el estudio exhaustivo de los recursos y capacidades presentes, tanto físicos como abstractos. Los activos materiales abarcan instalaciones, maquinaria, infraestructura tecnológica y reservas monetarias. Mientras que en el ámbito no tangible, se consideran saberes, reconocimiento empresarial, identidad corporativa y derechos de propiedad intelectual. Tras reconocer los recursos, es clave evaluar cómo la entidad los gestiona y orquesta para obtener valor y una ventaja diferencial. Dicha valoración es trascendental para discernir en qué facetas la firma sobresale y qué aspectos necesitan ser potenciados.
El escrutinio competitivo es vital para el diseño de una estrategia empresarial. En este paso, se realiza un análisis meticuloso de los rivales del mercado, tanto directos como oblicuos. Se pretende discernir las fortalezas y debilidades de los competidores, asimilando sus estrategias y resoluciones históricas. Igualmente, se examinan las dinámicas y fluctuaciones en el entorno de competencia para prever movimientos estratégicos futuros. La meta es conseguir una percepción cabal de la posición relativa de la compañía en la industria y identificar tanto prospectos como desafíos para el avance de su maniobra estratégica. Este análisis es crucial para configurar decisiones ilustradas y trazar una táctica competitiva robusta.
La valoración de riesgos y posibilidades es un procedimiento esencial en la selección de estrategias empresariales. Durante esta fase, se investigan y se ponderan los peligros potenciales a la estrategia y las ventajas que se pueden capitalizar. Esto requiere una evaluación de factores tanto internos como externos que pueden incidir en el éxito o fracaso de la estrategia. Al reconocer y comprender los riesgos posibles, la empresa puede idear planes de contingencia y medidas de mitigación efectivas. Análogamente, al detectar oportunidades, la empresa puede utilizarlas para cimentar una supremacía competitiva. Explorar tanto los riesgos como las prospectivas suministra una base sólida para la toma de decisiones estratégicas, permitiendo anticipar las transformaciones del ambiente comercial.
Las alternativas estratégicas representan las diversas rutas que una organización puede adoptar para alcanzar sus metas estratégicas. Dichas alternativas comprenden la estrategia de diferenciación, la de liderazgo en costes y la de enfoque. Estos enfoques estratégicos dotan a la compañía de herramientas para diferenciarse competitivamente en el mercado y superar a la competencia. Cada estrategia posee rasgos y requerimientos específicos que demandan una evaluación detallada previa a tomar una decisión.
Consiste en que la empresa se distinga en el mercado proveyendo productos o servicios singulares y notables. Para ello, necesita implantar cualidades o atributos que la distingan de forma notoria frente a sus competidores. Estos atributos pueden asociarse a la calidad, el diseño, la creatividad, la atención al cliente y otros factores distintivos. Mediante la diferenciación, la compañía puede forjar una percepción de valor agregado en la mente del consumidor, lo que se traduce en precios mayores y una fidelización efectiva del cliente.
Esta estrategia se centra en suministrar productos o servicios con un costo inferior al de los competidores para así obtener una ventaja competitiva en el mercado. Tal ventaja se alcanza por la reducción de costes en todas las facetas empresariales, desde la obtención de insumos hasta la logística de distribución. Ofreciendo precios reducidos, la empresa puede captar una mayor porción de clientela que busca maximizar el valor de su inversión. Para conseguir dicha estrategia, es imprescindible contar con una gestión optimizada de la cadena de abastecimiento, acuerdos provechosos con los proveedores y un modelo de producción que permita escalar.
La estrategia de enfoque se dirige a satisfacer de manera precisa y especializada a un segmento del mercado o un nicho específico de consumidores. Optando por no competir a nivel de mercado general, la empresa opta por atender de forma intensiva las necesidades de un conjunto demográfico específico y bien definido de clientes. Esto facilita que la empresa pueda personalizar sus productos o servicios de acuerdo con las preferencias y requerimientos específicos de ese grupo. La estrategia de enfoque puede ser implementada en conjunto con las estrategias tanto de diferenciación como de liderazgo en costos, generando así una posición competitiva fortalecida dentro de un ámbito de mercado más acotado y especializado.
En esta sección se explorarán las diversas direcciones y métodos de desarrollo que una empresa puede emplear para alcanzar sus objetivos estratégicos. Estos métodos incluyen el crecimiento interno, que implica el aumento de la capacidad productiva y la expansión de las operaciones existentes de la empresa. También se abordarán las alianzas estratégicas, que son acuerdos colaborativos con otras empresas para aprovechar sinergias y compartir recursos. Otro método es a través de adquisiciones y fusiones, que permiten a una empresa crecer rápidamente al integrar otras empresas en su estructura. Finalmente, se examinará la diversificación, que implica expandirse hacia nuevos mercados o sectores para reducir la dependencia de un único negocio.
El crecimiento interno es una de las direcciones principales de desarrollo de una empresa. Consiste en el aumento gradual de la capacidad productiva y la expansión de las operaciones existentes. Este enfoque permite a la empresa mantener el control total sobre sus actividades y decisiones estratégicas. Para lograr un crecimiento interno exitoso, la empresa debe invertir en la mejora de sus procesos, tecnología y recursos humanos. También puede requerir la apertura de nuevas ubicaciones o la ampliación de la capacidad de producción existente. Es importante realizar un análisis exhaustivo del entorno y de la competencia para identificar oportunidades de crecimiento interno y asegurar una ejecución efectiva de la estrategia.
Las alianzas estratégicas son una opción de desarrollo que implica establecer acuerdos colaborativos con otras empresas. Estas alianzas permiten a las empresas involucradas aprovechar sinergias y compartir recursos, conocimientos y experiencia. Las alianzas pueden ser de diferentes tipos, como acuerdos de investigación y desarrollo conjuntos, colaboraciones en marketing o distribución, o incluso joint ventures. Al formar una alianza estratégica, las empresas pueden acceder a nuevos mercados, expandir su alcance geográfico y reducir costos a través de la compartición de recursos. Es importante establecer alianzas con empresas alineadas en términos de visión, valores y objetivos estratégicos para asegurar el éxito de la colaboración.
Las adquisiciones y fusiones son métodos de desarrollo que permiten a una empresa crecer rápidamente al integrar otras empresas en su estructura. Las adquisiciones implican la compra de una empresa existente, mientras que las fusiones implican la combinación de dos o más empresas para crear una nueva entidad. Estas acciones estratégicas pueden proporcionar a la empresa acceso a nuevos mercados, tecnologías o recursos que pueden ser difíciles de lograr internamente. Sin embargo, también conllevan riesgos, como la integración de culturas empresariales diferentes y la gestión de la transición. Es fundamental realizar un análisis exhaustivo de los aspectos financieros, legales y operativos antes de embarcarse en una adquisición o fusión para garantizar su éxito.
La diversificación es una dirección de desarrollo que implica expandirse hacia nuevos mercados o sectores. Esta estrategia busca reducir la dependencia de un único negocio y aprovechar nuevas oportunidades de crecimiento. La diversificación puede tomar diferentes formas, como la diversificación relacionada, en la cual la empresa se expande hacia mercados o productos relacionados con su actividad principal, o la diversificación no relacionada, que implica una expansión hacia mercados o productos completamente nuevos. La diversificación puede ser a través de la creación de nuevos productos o servicios, la expansión a nuevos segmentos de mercado o incluso la adquisición de empresas existentes en sectores diferentes. La diversificación exitosa requiere un análisis cuidadoso del mercado, una evaluación de los recursos y una estrategia clara para aprovechar las nuevas oportunidades.
La valoración y selección de estrategias es una etapa crucial en el proceso de desarrollo de una empresa. En esta fase, se evalúan las diferentes alternativas estratégicas generadas previamente, considerando su viabilidad y beneficios potenciales. Para ello, se analizan factores como el impacto esperado en la posición competitiva, el potencial de crecimiento y rentabilidad, el riesgo asociado y la alineación con los objetivos estratégicos establecidos. Además, se establecen criterios de selección claros, que pueden incluir aspectos financieros, técnicos y de gestión. Una vez seleccionadas las estrategias más adecuadas, se pasa a la etapa de implementación y seguimiento, donde se establecen los planes de acción necesarios y se monitorea su ejecución y resultados. En definitiva, la valoración y selección de estrategias permite tomar decisiones informadas y acertadas que impulsen el crecimiento y éxito de la empresa.
La evaluación de alternativas estratégicas es un proceso fundamental para una empresa, ya que permite analizar y comparar diferentes opciones ante situaciones específicas. Este análisis se realiza considerando factores como la viabilidad, el impacto potencial en los objetivos estratégicos, los recursos requeridos y las posibles desventajas o riesgos asociados a cada alternativa. Es importante realizar una evaluación exhaustiva que incluya la recolección de datos objetivos y la participación de diferentes actores involucrados en la toma de decisiones estratégicas. De esta manera, se podrá seleccionar la alternativa que mejor se ajuste a las necesidades y metas de la empresa, maximizando las posibilidades de éxito en su implementación.
Los criterios de selección representan los parámetros que se aplican para valorar y cotejar las opciones estratégicas dispares. Dichos criterios son susceptibles de variación, atendiendo a las necesidades y metas concretas de la entidad, pero habitualmente engloban elementos como la rentabilidad financiera, el crecimiento estimado, el riesgo inherente, la perdurabilidad y la concordancia con los valores y la mirada estratégica de la organización. Resulta esencial fijar criterios claros y objetivos para simplificar el proceso decisivo estratégico y asegurar que la decisión final sea congruente con los propósitos y los recursos organizativos.
La implementación y supervisión estratégicas constituyen fases críticas en el itinerario del desarrollo estratégico corporativo. Conllevan el desarrollo de todas las acciones precisas para materializar la estrategia escogida, la asignación de recursos, la definición de responsabilidades y la institución de indicadores clave para el desempeño. Es de suma importancia contar con un esquema de acción meticuloso, establecer metas clarividentes y comunicar la estrategia de forma efectiva a todos los estamentos de la compañía. Asimismo, se debe implementar sistemas de control y seguimiento para medir avances y efectuar correcciones si se precisa. El triunfo en la aplicación y monitoreo estratégico será decisivo para alcanzar los objetivos estratégicos empresariales.