Empirismo Hermenêutico e Racionalidade Finita
Mario Porta
Los grandes problemas filosóficos están siempre frente a nuestra nariz; no es necesario buscarlos en ningún topos uranos. Problemas epistemológicos fundamentales no se encuentran únicamente en la mecánica cuántica y las lógicas para-consistentes, sino en el quehacer filosófico “cotidiano”. La clarificación reflexiva de nuestra propia praxis es ya una fuente fecunda de cuestiones. Y que hacemos los profesores de filosofía la mayor parte del tiempo? Leemos e interpretamos textos filosóficos, a veces para explicar ellos en sala de aula, a veces para publicar comentarios especializados que esperan ser recepcionados por la colectividad de especialistas. Aquí hay una praxis que exige ser reflexionada, transformada en problema filosófico fundamental; una “epistemología” de los procesos cognitivos envueltos en el quehacer filosófico es necesario.
Un gran número de aulas dictadas y artículos publicados en Brasil están dentro de una de estas dos grandes tradiciones: el estructuralismo francés y la reconstrucción racional de cuño analítico. Ciertamente, existen grandes diferencias entre estas tradiciones y sus peculiares metodologías. Existen también, sin embargo, similitudes en el tratamiento del texto filosófico. Son estas semejanzas que me llevan a calificar ambos procedimientos de “apriorismo hermenéutico”. A este, deseamos contraponer una alternativa que denominamos “empirismo hermenéutico”. Obviamente estoy trasladando la bien conocida oposición entre apriorismo y empirismo del plano físico-matemático típico de la modernidad al plano hermenéutico y, esto, no sin cierta irónica malicia.