A LOS 45 DÍAS DE GOBIERNO, HUBO PARO Y MOVILIZACIÓN
24/01/2024
24/01/2024
Hoy, finalmente, se llevó a cabo el primer paro general convocado por la CGT a sólo 40 días de gobierno, el llamado a movilización más rápido desde el retorno de la democracia en 1983. Un hecho histórico, que abre una incertidumbre más sobre el futuro, más aún ante el tratamiento de la Ley Ómnibus. ¿Tendrá la CGT la fuerza necesaria para torcer el rumbo del gobierno?, se preguntó Jorge Fontevecchia al inicio de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del miércoles 24 de enero de 2024.
El gobierno de Milei tiene dos récords en su haber. El primero es el más evidente: se planteó reformar en poco más de un mes de gobierno gran parte del andamiaje legal y la regulación de la matriz productiva, económica y social del país, a través del DNU y la Ley Ómnibus. Milei intenta como ningún gobierno en la historia, dar vuelta completamente cientos de años de discusiones legislativas.
El segundo récord quizás sea la consecuencia de lo anteriormente mencionado. Es el primer gobierno que sólo a 45 días de iniciado su mandato, tiene un paro general convocado por todas las centrales sindicales, los movimientos sociales y una gran cantidad de partidos políticos.
El diputado Gabriel Bornoroni fue el encargado de anunciar que hubo dictamen de mayoría en medio de los vitoreos de los presentes. De esta manera, el Gobierno obtuvo dictamen de mayoría en comisiones para tratar la Ley Ómnibus con 55 adhesiones, 34 en disidencia parcial. El peronismo obtuvo el dictamen de primera minoría con 45 adhesiones y luego hubo otros dictámenes menores.
Esto deja al Gobierno en un triunfo muy inestable porque está obligado a otorgar muchas concesiones a los 34 diputados que firmaron con disidencia y, por otro lado, el peronismo puede reunir voluntades en amplios sectores para votar el rechazo total a todos los artículos.
La adhesión clave fue la del grupo que representa el diputado Nicolás Massot, que representa a un grupo que estuvo en el PRO y que ahora se muestra más cercano a la nueva Liga de Gobernadores de la llamada oposición dialoguista. Antes de ingresar al Congreso, destacó que el Gobierno escuchó algunas de las demandas de los bloques pero que aún faltaba. “Hay una cierta inequidad respecto al ajuste, ya que lo paga la Nación con dinero de las provincias, y eso es algo a corregir”, enfatizó.
Desde la oposición más extrema, el presidente del bloque de Unión por Patria, Germán Martínez dijo que la ley que se está pronta a debatir es “8 veces peor que la de Dromi”. A esta última la definió como Heidi en comparación a la de aquella época: “Estamos en presencia de la delegación de facultades más escandalosa que el Congreso está por hacer a un poder Ejecutivo”.
La marcha y el acatamiento al paro serán elementos importantes a la hora de ver cómo se resuelve la discusión política. Las centrales sindicales y el movimiento obrero en general tienen razones para oponerse a este paquete legislativo. Si se aprobaran estas iniciativas, prácticamente desaparecería el derecho a huelga y la protesta como la conocemos pasaría a ser ilegal, porque ahora serían cualquier reunión o más de 30 personas en espacios públicos que no avisen al Ministerio de Seguridad.
Una gran cantidad de actividades son declaradas esenciales. Entonces, solo puede parar el 25% del personal, lo que reduce prácticamente a su mínima expresión el poder del sindicalismo. Además, muchos trabajadores del Estado están siendo despedidos y los empleados de las compañías estatales que se pretenden privatizar, saben que pueden terminar con la misma suerte.
También, los trabajadores ligados a la cultura y el arte, una industria que genera miles de puestos de trabajo, ven amenazados su sustento por la pretensión de cerrar del Fondo Nacional de Las Artes, el INCAA, el Instituto Nacional del Teatro y otras entidades que se encargan de dar fondos a proyectos culturales.
La reacción ante el Gobierno fue casi inmediata. A los 15 días de asumir fue anunciado el primer cacerolazo y las personas cantaban “paro general”. En ese momento, vecinos de todas las profesiones de los principales barrios de la Ciudad de Buenos Aires se puede decir que corrían por izquierda a la CGT, exigiéndoles que llamen al paro. Este reclamo, se hizo presente en cada uno de los cacerolazos y ante la negativa de diálogo del Gobierno nacional con la CGT, se produjo esta medida de fuerza.