EL TERROR

TOMAS VERDES, 2º BTO

El terror ha sido siempre un género sugerente en la creación artística, un arte dentro de un arte, con sus propias normas y límites. Desde los ya polvorientos Drácula, de Bram Stoker, o Frankenstein, de Mary Shelley, hasta la biblioteca de Stephen King o las macabras producciones de James Wan, han transcurrido muchos años, pero el objetivo primitivo del terror nunca ha cambiado…

Hablando de cine, es inevitable pensar en películas de miedo sin acordarse de la niña famélica de vestido blanco como la nieve y pelo negro como la noche; de la muñeca diabólica, que encarna el más perverso mal bajo sus ojos de porcelana; del amigable payaso, que esconde su sed de sangre tras ropajes variopintos y una gran sonrisa maquillada... Y muchos, muchos más. Todos estos clichés son elementos que deshumanizan al villano, lo convierten en fiero, loco e incorruptible, lo que nos genera miedo y nos impide la más mínima empatía. No obstante, estos repetidos relatos son las únicas posibilidades para arañar la sensibilidad del espectador. Aunque no lo parezca, sí, existen algunas historias más terroríficas que las historias de terror, más originales y lejos de sustos en el espejo, sótanos vagamente iluminados, niños perturbadores, linternas sin pila o cementerios con niebla baja.

Las siguientes recomendaciones presentarán a protagonistas humanos que acaban corrompiéndose y degenerando en auténticos monstruos. O, ¿quizás sólo están revelándose tal y como son? Eso es lo verdaderamente espeluznante, la transformación de una criatura social en una bestia despreocupada e invulnerable.

American Psycho: Patrick Bateman es un joven empresario en una boyante Nueva York, plagado de soberbios como él, una ciudad encadenada a presumir sus vicios y lucir sus cirfras. La valía personal se asocia al poder socioeconomico y sexual, y esto es un rasgo suficiente para enajenar a muchos. Bateman es uno de ellos. Seducido por la locura y el ego, está dispuesto a todo con tal de salvar o aumentar su reputación y estatus. Quien pareciera un atractivo y carismático empresario esconde a un psicópata adicto al placer de herir, sin miedo ni empatía a derramar litros de sangre y dar término a múltiples vidas, como quien sonríe con saña mientras pisa un hormiguero.

El Silencio de los Corderos: No quería que la lista estuviera conformada por los típicos clásicos (Psicosis, Scream, Jaws, El Resplandor… ), así que solo he incluido mi favorito, un film áspero y vibrante que definitivamente merece la pena ver, sobre todo por la actuación de Anthony Hopkins, una de las mejores de las historia del cine.

La Huérfana: Kate ahoga en alcohol el reciente gran dolor que supuso la muerte de Jessica, quien habría sido su tercera hija. Su matrimonio con John se tambalea, por lo que deciden buscar a alguien a quien entregar amor y que devuelva la alegría al adusto hogar en el que sigue marchitándose. Deciden adoptar a Esther, una niña risueña e inteligente que muestra gran disposición a abandonar el orfanato y comenzar una nueva vida. Kate intenta enseñarle piano e integrarla en el hogar, pero pronto se percata de su extraña frialdad, que también genera distancia y sospechas de Daniel, el hermano mayor. La desconfianza de la madre no será suficiente para que la familia reaccione a tiempo y el monstruo que alberga la inocente joven se irá revelando lentamente, a la vez que sus claras e impasibles intenciones de destruir a su nueva familia.

Imagen de Taymaz Valley, Flickr