La palmera es una especie dioica, en la que hay individuos machos e individuos hembras. Hablamos, por tanto, de palmeras “hembras”, que producen támaras; y palmeras “machos”, que no dan frutos y.
Ambos sexos exhiben inflorescencias ramificadas (grupos de flores pequeñas) naciendo entre las hojas, de color amarillo-anaranjado. Florece en primavera. Las inflorescencias hembras, son más grandes, ramificadas con flores dispuestas más espaciadamente y se encuentran insertas en las copas mediante largas prolongaciones curvadas. Por el contrario, la inflorescencia masculina es más pequeña pero cubierta más densamente de flores, las cuales están protegidas por una especie de vaina, asemejándose a la cola de un caballo.
Los frutos (támaras o támbaras) son bayas carnosas, presentando forma ovoide de hasta 3 centímetros de largo y aunque en los primeros estados del desarrollo son verdes, cuando maduran presentan un color amarillento-anaranjado, intenso en muchas ocasiones. Están dispuestos en racimos muy abundantes, espesos y ramificados. Suelen permanecer en el árbol durante meses. Aunque son comestibles, su sabor es amargo y áspero.
Contienen una semilla ovalada de 1-2 centímetros, acanalada, y de color marrón claro.