¡África está "construyendo" una gran muralla verde!

En los últimos años, el Sahel ha sido noticia por el terrorismo, los refugiados y el hambre.Sin embargo, en esta región existe un plan que puede mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y del ecosistema. A continuación te contaremos de qué se trata la Muralla Verde del Sahel,la gran esperanza del planeta. El Sahel es una extensa región de África, de unos 5400 kilómetros de longitud.Cruza el continente en dirección este-oeste, desde el Mar Rojo hasta el Océano Atlántico.Una decena de países tienen territorios en la región: Eritrea, Etiopía, Sudán, Chad,Níger, Nigeria, Burkina Faso, Mali, Mauritania y Senegal. La palabra Sahel proviene del árabe y significa costa.Es que se trata de la zona costera en relación al Sahara, la gran región desértica y repleta de arena.

Sin embargo, la última década no ha sido soñada para esta región.Poco a poco se convirtió en refugio para terroristas y aumentó la violencia.Tal es así que, según la ONU, actualmente hay dos millones de desplazados internos.Es decir, personas que han tenido que dejar sus hogares.La cifra se multiplicó por cuatro en solo dos años.Además, según datos de Unicef, casi cinco millones de niños están expuestos a ataques, secuestros o reclutamiento de grupos armados.Esta situación se concentra en tres países: Burkina Faso, Mali y Níger, en donde está el epicentro de estos conflictos. Ante el aumento de la violencia yihadista,ha crecido la presencia de fuerzas europeas que buscan contrarrestar la situación.Pero, por el momento, la situación sigue sin mejorar.Esto ha provocado que algunos analistas califiquen al Sahel como la región más violenta del mundo.Pero existe otro componente más que está afectando al Sahel.

Es que se trata de una zona especialmente perjudicada por el calentamiento global.Se calcula que allí las temperaturas están aumentando un 50% más rápido respecto al promedio mundial. De la mano con este problema avanza la desertificación. Es decir, la degradación del suelo, que pierde su fertilidad. En el Sahel esto se produce por los períodos de sequía que se han registrado y por etapas de sobreexplotación de la tierra.

Este problema es especialmente visible en el lago Chad, que ha perdido buena parte de su extensión.Esto también ha generado migraciones. Pero existe un plan ambicioso que puede mejorar las condiciones de habitabilidad de la región. Se trata de la Gran Muralla Verde del Sahel.La idea surgió en 2007, y en principio consistía en establecer una enorme barrera de árboles que fuera desde el Atlántico hasta el Mar Rojo. Las dimensiones serían casi 8000 kilómetros de extensión, desde Senegal hasta Yibuti, y unos 15 kilómetros de ancho. El proyecto estuvo inspirado en las ideas de Wangari Maathai, una activista keniata. En 1977 fundó el movimiento Cinturón Verde y durante décadas trabajó en temas de ecología y sustentabilidad en África. De hecho, en 2004 fue reconocida con el premio Nobel de la Paz. En 2010 comenzó a implementarse poco a poco la Gran Muralla Verde del Sahel, con el impulso de la Unión Africana.

Varias organizaciones internacionales, como el PNUD, la FAO, el Banco Mundial y la Unión Europea han acompañado y financiado el proyecto. Si bien estuvo concebido como una gran barrera de árboles, luego esta idea evolucionó hacia un enfoque más integral para mejorar los ecosistemas. No solo se busca frenar la desertificación y hacer frente al cambio climático, sino también generar mejores condiciones para crear empleos y para evitar que se amplíe el flujo migratorio. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación elaboró un informe en el que se detalla la implementación de este proyecto. Según esta fuente, hasta el momento se restauraron 20 millones de hectáreas, un 15% del objetivo total. Los mayores resultados se pueden ver en Etiopía.Este avance generó que 11 millones de familias pudieran cultivar alimentos para lograr la subsistencia. Pero además, la actividad económica vinculada a la restauración y conservación generó 350.000 puestos de trabajo y 90 millones de dólares en los once países involucrados. Este mismo informe, igualmente, detalla que el plan tiene algunas dificultades. Los países involucrados denuncian que la financiación recibida es insuficiente e impredecible.

Pero a su vez, muchos de estos países cuentan con una gran inestabilidad política. Su estructura gubernamental tiene falencias para administrar los flujos que se reciben. Hacia el futuro, el objetivo es llegar en 2030 a las 100 millones de hectáreas de tierra restauradas y 10 millones de puestos de trabajo nuevos. Para lograrlo, cada año debe avanzarse en 8,2 millones de hectáreas, lo que requiere 4300 millones de dólares anuales de inversión. Si se completara la Gran Muralla Verde, se convertiría en la estructura viviente más grande del planeta.

Su extensión sería el triple que la de la Gran Barrera de Coral, frente a la costa australiana.Pero, más allá de ese récord, el avance de este proyecto podría producir grandes beneficios a la región y a todo el planeta.Sería una muralla invertida, que no busca separar sino unir.Al mejorar las condiciones del entorno en el Sahel, muchos de los pobladores tendrían más incentivos para establecerse con un mejor horizonte en sus lugares de origen, lo que también colaboraría con la pacificación.La Muralla Verde del Sahel implica una gran esperanza para todo el mundo, ya que mostraría que es posible luchar contra el calentamiento global y que la ecología puede contribuir al desarrollo en cada rincón del mapa.