José de la Riva-Agüero y Sánchez-Boquete Nació 3 de mayo de 1783 en Lima, fue un militar y político peruano. Figura prócer de la independencia hispanoamericana. Su padre fue el español José de la Riva Agüero y Basso della Rovere, miembro de la distinguida familia italiana Della Rovere, Su madre fue María Josefa Sánchez-Boquete y Román de Aulestia, limeña, perteneciente a la nobleza colonial del Perú. Heredó de su familia materna el título de Marqués de Monte alegre de Aulestia.
Su gobierno tiene la particularidad de haber durado 125 días, tiempo en el que intentó consolidar la independencia organizando el primer Ejército Peruano, al mando del general Santa Cruz. Sin embargo, sufrió la entrada de las tropas realistas en la capital y la retirada del gobierno y su posterior instalación en el puerto de El Callao. En base a esta situación, Riva Agüero perdió el apoyo del Congreso, que proclamó presidente a José Bernardo de Torre Tagle.
-Manifestación histórica y política de la revolución de América, escrito que enumera 28 razones por las cuales el Perú debía independizarse de los españoles.
-Origen de que los mandones y tiranos del Perú me consideren enemigo de ellos, impreso en 1820.
-Memorias y documentos para la historia de la independencia del Perú y causas del mal éxito que ha tenido esta, obra publicada de manera póstuma en 1858.
Durante su gobierno como Presidente de la República (de febrero a junio de 1823), Riva Agüero puso en marcha una gran actividad para poner al Perú en condiciones de terminar por cuenta propia la guerra de la Independencia. Su obra gubernativa se concretó en los siguientes puntos:
Se abocó a una labor de organización y mejoramiento del Ejército poniendo gran empeño en aumentar sus efectivos con elementos peruanos. Al frente de él puso al general Andrés de Santa Cruz. Ordenó al comandante Antonio Gutiérrez de la Fuente formar fuerzas de reserva en las provincias del norte, en Trujillo, así como al coronel Ramón Castilla la creación del cuarto Escuadrón de Húsares.
Formó la primera escuadra peruana, cuyo mando encargó al Vicealmirante Jorge Martín Guisse. Creó la Escuela Naval. Estableció un permanente bloqueo de la costa para defenderla de las incursiones realistas.
Recogió el papel moneda emitida bajo el Protectorado de San Martín y cuya circulación quedó prohibida.
Envió misiones diplomáticas a la Gran Colombia, Chile y Argentina para solicitar la ayuda inmediata de estos países para consolidar el proceso de independencia. La ayuda que más necesitaba Riva Agüero era la de Bolívar, nombrando con tal fin como su Ministro Plenipotenciario ante el Libertador al general Mariano Portocarrero. Portocarrero pactó con Bolívar en Guayaquil un auxilio de 6.000 hombres, equipados y pagados por el Perú, y conforme a este pacto, empezaron a llegar al Callao las primeras tropas grancolombianas (abril de 1823). Junto con ellas llegó, en calidad de Enviado Extraordinario de Bolívar, el general Antonio José de Sucre, pero cuyo verdadero objetivo era preparar el terreno para que Bolívar fuera llamado al Perú. Riva Agüero envió también a Chile al diplomático José de Larrea y Loredo, quien logró conseguir un empréstito del gobierno chileno y una ayuda en hombres y materiales para continuar la guerra contra los españoles. Ante la Argentina encargó la representación del Perú al Vicealmirante Manuel Blanco Encalada, sin resultados positivos.
Los comisionados Diego Paroissien y Juan García del Río lograron la contratación con Inglaterra de un empréstito por 1.200.000 libras esterlinas, el primero de la historia republicana del Perú. Ello permitió a Riva Agüero disponer de los fondos necesarios para su obra gubernativa.
Emprendió la Segunda Campaña de Intermedios, embarcándose las tropas del 14 a 25 de mayo de 1823, rumbo a los puertos del sur, desde donde planeaba atacar a los españoles que aún dominaban todo el sur peruano. Esta expedición la comandaba el general Andrés de Santa Cruz y como jefe de estado mayor iba el entonces coronel Agustín Gamarra. Era la primera vez que se ponía en acción un ejército formado íntegramente por peruanos. Santa Cruz desembarcó sus fuerzas en Iquique, Arica y Pacocha y avanzó sobre el Alto Perú. Los patriotas obtuvieron al principio algunas victorias. Gamarra ocupó Oruro y Santa Cruz La Paz. Pero la reacción de los realistas no se hizo esperar. El virrey La Serna envió a su general Gerónimo Valdes para que atacara a Santa Cruz, produciéndose la batalla de Zepita (25 de agosto de 1823), a orillas del lago Titicaca. Los patriotas quedaron dueños del campo, pero sin obtener una victoria decisiva. Acto seguido, Santa Cruz ordenó la retirada hacia la costa, siendo perseguido muy de cerca por las fuerzas de La Serna y Valdes, quienes despectivamente denominaron a esta campaña como la “campaña del talón”. Santa Cruz no paró hasta llegar al puerto de Ilo donde se embarcó con 700 sobrevivientes. La campaña terminó, pues, en total fracaso para los patriotas.