CONCLUSIONES 

 

A partir de esta investigación podemos concluir que la implementación de tecnologías disruptivas en la Institución Educativa Departamental Juan José Neira representa una oportunidad significativa para mejorar la calidad educativa puesto que las tecnologías disruptivas tienen el potencial de personalizar los procesos de enseñanza y aprendizaje, adaptándose a las necesidades individuales de cada estudiante. Además, pueden facilitar el acceso a una amplia variedad de recursos educativos y promover el desarrollo de habilidades del siglo XXI, como el pensamiento crítico y la resolución de problemas. 

Con el uso de las tecnologías disruptivas fomentamos un clima escolar más positivo debido a la integración de tecnologías que pueden fortalecer la comunicación entre estudiantes, docentes y padres de familia, creando un ambiente más colaborativo y participativo. Asimismo, puede contribuir a la construcción de una comunidad educativa más conectada y motivada. 

Estas tecnologías disruptivas pueden automatizar tareas administrativas, facilitando la gestión de la institución y permitiendo que los docentes se enfoquen en actividades pedagógicas de su énfasis. 

Al proporcionar acceso a las tecnologías a todos los miembros de la comunidad educativa, se puede contribuir a reducir la brecha digital y garantizar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de aprendizaje. 

Sin embargo, la capacitación a toda la comunidad educativa es esencial para asegurar un uso efectivo y pedagógicamente sólido de las tecnologías. Es necesario contar con una infraestructura tecnológica adecuada, incluyendo conectividad estable y dispositivos en buen estado que es lo que más adolecen las instituciones educativas públicas. 

El liderazgo de las directivas es el motor que impulsa y sostiene este proceso de cambio. Su compromiso es indispensable para asegurar la sostenibilidad del proyecto a largo plazo. Sin su apoyo activo, la implementación de las tecnologías disruptivas podría verse afectada, comprometiendo los beneficios esperados para la comunidad educativa. 

La implementación de tecnologías educativas es un proceso dinámico que requiere una evaluación constante. Al establecer mecanismos de seguimiento y medición, podremos identificar áreas de mejora y realizar ajustes oportunos, asegurando que la implementación se acomode a las necesidades cambiantes de la institución y de los estudiantes. 

En definitiva, la decisión de adoptar tecnologías disruptivas marca un antes y un después en la historia de nuestra institución. Al abrazar la innovación y aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología, estamos transformando nuestra práctica educativa y consolidando nuestro liderazgo en el sector. Esta transformación nos permitirá formar ciudadanos más competentes y creativos, capaces de enfrentar los retos del mundo actual.