Somos una familia, grande muy grande.

El comedor y merendero "La Casita del Árbol es una familia grande, donde compartimos diariamente alegrías, tristezas, juegos y risas pero sobre todo somos un grupo de personas comprometidas que dedicamos gran parte de nuestros días a mejorar o intentar mejorar la calidad de vida de muchos niños.

Hace 5 años, tomamos la iniciativa de servir la merienda a los chicos de nuestro barrio ya que veíamos la gran necesidad que nos rodeaba. Comenzamos sirviendo la merienda una vez a la semana a alrededor de 30 chicos del barrio, luego la cantidad de niños fue aumentando, nos vimos obligados a aumentar la cantidad de dias de merienda, lo que hoy nos lleva a contarte que servimos almuerzo y merienda de lunes a sábado a mas de 60 niños, de este barrio y también de barrios aledaños.

Claro que no, ponemos el pulmón y el corazón en cada cosa. Nada fue, ni es fácil. El comedor se sustenta a base de donaciones de la gente y de grupos solidarios que tenemos la dicha que nos acompañen.

Es uno de nuestros proyectos.

Hoy en día, tener nuestra propia huerta nos facilita un sin fin de cosas, de alli sacamos lechuga, verduras para las comidas, nos reconforta saber que fue producido por y para ellos.

Antes de cada merienda dedicamos un buen rato al estudio. En épocas de clases, no hay merienda sin antes hacer un poco de tarea.

Entre risas, tablas, lecturas, dictados, juegos, multiplicación y divisiones intentamos apoyar un poquito a las maestras e intentamos reforzar el aprendizaje en cada uno de ellos.

¡HOY MAS QUE NUNCA TE NECESITAMOS!

Hoy, nuestra labor, se ve fuertemente golpeada. Los chicos no pueden asistir a recibir su plato de comida, por lo tanto hemos implementado las viandas. Ellos se acercan al comedor diariamente a retirar sus viandas. Lo cual las raciones han aumentado. Muchos papas, no están pudiendo trabajar y por ende también están necesitados de un plato de comida.

Las donaciones han mermado, es difícil trasladarse hasta el comedor para acercarnos las donaciones y mas aun salir a buscarlas. Nos sentimos agobiados, de no saber si mañana tendremos insumos para preparar una olla para el almuerzo.

No dudamos de la solidaridad de la gente. Entendemos que hoy es imposible acercarse, es por ello que no dormimos pensando que podemos hacer para que ellos no se sientan solos.