Efectos del Repetir mis Actos en el Querer Divino

28-6   Marzo 24, 1930

"...  La firmeza en repetir los mismos actos, 

forma en el alma la vida del bien que se quiere. 

... (3) Después continuaba a seguir los actos en el Fiat Divino, y pensaba entre mí:  “Estoy siempre aquí, repetir, repetir siempre la larga historia de mis actos en el Querer Divino, la larga cantaleta de mi ‘te amo’, ¿pero cuáles son los efectos?  ¡Oh! si pudiese obtener que la Divina Voluntad fuese conocida y reinase sobre la tierra, al menos me sería de ganancia”. Pero mientras esto pensaba, mi amado Jesús me ha estrechado a su corazón divino y me ha dicho:

(4) “Hija mía, la firmeza en el pedir forma la vida del bien que se pide, dispone al alma a recibir el bien que quiere, y mueve a Dios a dar el don que se pide.  Mucho más que con los tantos actos repetidos y oraciones que ha hecho, ha formado en sí la vida, el ejercicio, la costumbre del bien que pide.  Dios, vencido por la firmeza del pedir le hará el don, y encontrando en la criatura, en virtud de sus actos repetidos, como una vida del don que le hace, convertirá en naturaleza el bien pedido, de modo que la criatura se sentirá poseedora y victoriosa, se sentirá transformada en el don que ha recibido.  Por eso tu pedir incesantemente el reino de mi Divina Voluntad formará en ti su Vida, y tu continuo ‘te amo’ forma en ti la Vida de mi amor; y habiéndote Yo hecho el don del uno y del otro, sientes en ti como si tu misma naturaleza no sintiese otra cosa que la virtud vivificadora de mi Querer y de mi amor.  La firmeza en el pedir es certeza de que el don es suyo; y con el pedir para todos el reino de mi Divina Voluntad, es preludio de que los otros pueden recibir el gran don de mi Fiat Supremo.  Por eso continúa repitiendo y no te canses”.

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Reflexionemos un momento más en su Palabra, para pronunciar con mayor  vivencia, nuestro Fiat al Señor.

Para tí, que deseas recibir la respuesta que le da Jesús a Luisa, empecemos por hacer el ejercicio de ponernos un poco en la posición de Luisa al decir: “Estoy siempre aquí, repetir, repetir siempre la larga historia de mis actos en el Querer Divino, la larga cantaleta de mi ‘te amo’".    

Déjame decirte que estas palabras de Luisa están cargadas de un amor que se repite y no para... Y es que nosotros a imagen de Luisa, lo hacemos ahora, sabemos por Jesús, que para alcanzar el vivir en Divina Voluntad, debemos acoger sus Palabras en nuestra vida, hacerlas vida a través de la práctica, y esa práctica es el repetir y repetir en cada acto nuestro lo que Quiere Jesús en nosotros.  

Por ejemplo, el que estemos Fundidos en Él, que Él sea el centro de nuestra vida,... que con cada acto que hagamos pidamos que venga el reino de la Divina Voluntad en nosotros,... que nuestros actos se unan a su humanidad, porque es en Él que nuestra alma se reposa, es en Dios cuando cumplimos Su Voluntad, es sumergidos en su Divinidad, que Él puede llegar a ser un Jesús en nosotros... 

Luisa también nombra: "la larga cantaleta de mi ‘te amo’ ",  e igualmente en nosotros, esa cantaleta es la más hermosa que pronunciamos al Espíritu de Dios, porque en todo lo que vemos, sentimos, vivimos... está el te amo de Dios para con nosotros, porque Dios es el Amor mismo, y Dios está impreso con sus virtudes, cualidades, potencia Divina...  en todo, en el orden de toda su creación, en toda su humanidad en la redención... y al verle en el Cielo, en la naturaleza, en los animalitos, en los que te rodean, ... sale de nuestro corazón, la correspondencia a su amor y le decimos: te amo Jesús, en cada hoja del árbol que se mueve, con la que me dices te amo,... te amo Jesús, en el cantar del pajarito  que con su melodía, me llamas para recibir tus miles, te amo para mí, ... te amo en las bendiciones tan grandes que me das, en el amor que derramas en mí, en cada momento...,  te amo Jesús, en cada palabra que escribo y que al sonido del teclado me dices con un sonido suave y profundo te amo... y son un sin número de te amo, te alabo, te bendigo, te abrazo, te beso, te acompaño... que gracias al permitirnos fundirnos en Él, es que le sentimos y vemos en todo y aún en nuestro silencio estamos diciéndole te amo.  

Nuestra atención sea de vivir, hacer, pedir... todo con la intención dirigida al Querer Divino.  Un Querer de Jesús, que vamos aprendiendo gracias a sus enseñanzas, y así reconoceremos que todo lo que provenga de Dios, está en Divina Voluntad, luego no podemos pensarlo en voluntad humana, sino reconociendo que todo es permitido por él y en su Divina Voluntad.

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