Extra-oficial es una apuesta por lo americano, por la música de un continente que decide borrar las fronteras nacionales para concentrarse en lo común, en aquello que produce hermandad; en lo ancestral, en lo genuino. Se trata de una producción nacida en el corazón de Medellín, una ciudad que ha construido una nueva esperanza y ha resurgido del sufrimiento y el dolor provocados por la violencia política y el narcotráfico.
Extra-oficial es una reflexión estética sobre lo que significa re-descubrir nuestro continente americano desde una perspectiva integral y decolonial.
Extra-oficial hace un recorrido musical por los sentires y las expresiones sonoras de varias partes del continente Americano. Los textos hablan de la realidad social de nuestros pueblos: sus sueños, carencias, alegrías, conflictos y temores; las músicas incluyen prácticas sonoras de Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Chile y otros países; y los instrumentos exhiben las sonoridades de vientos, cuerdas y percusiones americanas y de otras partes del mundo, acompañadas de exploraciones electrónicas y de técnicas compositivas contemporáneas.
Esta producción constituye una gran apuesta personal musical, estética, política y social en los campos de la composición, interpretación vocal e instrumental y producción. Una forma de aportar al re-pensar de la sociedad desde la experiencia del dolor y de uno de los procesos de post-conflicto más complejos e interesantes del mundo contemporáneo: el reciente proceso de paz de Colombia.
Extra-oficial es una canción un poco juguetona y sarcástica que propone una mira soñadora, libre y tranquila de la vida. Que invita a permitirse los amigos invisibles, el estar despeinado y, sobretodo, el no someterse a nada que impida la libertad o la dignidad.
Esta canción pretende re-visitar la americanidad desde una perspectiva holística y decolonial. Ese gran continente que terminó fragmentado es aún una tierra gigante por descubrir, explorar y re-imaginar. Esta obra invita a pensarnos como una sola América, más allá de los limitantes conceptos de país a los que nos ha sometido la modernidad: una gran madre cuya figura se extiende desde el Canadá hasta la Patagonia y cuyos brazos tienen la capacidad de brindar cariño a todos sus hijos americanos y del resto del mundo.
En una ciudad atravesada por el dolor y el conclicto, en la que en muy pocas generaciones se pasó de un entorno rural lleno de colores, alegrías y esperanzas a un paisaje urbano plagado de miedo, esta canción plantea la historia de un arma, un cañon sin alma, que buscaba un ser humano para quitarle la vida. Una vez disparada, la detonación cercenó lo que quedaba de esos colores y de esa esperanza que otrora hizo parte de los paisajes.
La vida política de nuestro continente ha debido sufrir los embates del poder de incontables dictadores, algunos declarados y otros no. Esos dirigentes han hecho todo lo posible por incapacitar al hombre y a la mujer americanos para soñar, para crear y para construir su futuro, sin embargo, el alma americana es tan grande que los proyectos destructores de esos dictadores no logran aplacarla. Esta canción le agradece, de manera sarcástica, a todos esos dictadores, porque con sus manos asesinas nos han hecho resilientes, imaginativos y capaces de renacer una y otra vez de las sombras.
Libertad (huayno)
Es indudable que en nuestras sociedades contemporáneas la libertad ha enfermado de muerte. Sus síntomas están por todas partes, en las caras del hambre, en la violencia, en las promesas de los políticos y en el sinsentido de las leyes. Esta canción habla de esa libertad que los malvados quieren ver agonizar pero que no quieren ver morir, porque de hacerlo desaparecen los chantajes. Porque "saben que muerta, la libertad no vale nada".
La guerra es inconcebible e insostenible. Los gobiernos exigen que los jóvenes acudan al servicio militar para defender unos intereses y unas lógicas nacionales que ni comprenden, ni los afectan, ni les importan. Los gobiernos persisten , además, en la idea de convertir a sus hijos en asesinos bajo la falsa rúbrica del heroísmo. Esta canción es una declaración contra la guerra y, en especial, contra la terrible imposición que el servicio militar implica.
Los colombianos hemos atravesado por un conflicto extenso y profundo que concita los miedos, los odios y la oscuridad. Hoy intentamos construir la paz y una de las preguntas que nos hacemos tiene que ver con el perdón. ¿Tienen los actores del conflicto que pedirlo u ofrecerlo?; ¿Existe algún componente de la sociedad libre de culpa que legitime ese perdón?
Deseo que este vals sea uno de mis aportes para la paz de mi país, mi continente y el mundo.
Pasodoble es la historia de muerte de un toro, víctima del hombre que para divertirse lo ha asesinado en una corrida. Esta canción es un lamento por la vida de tantos seres hermosos que padecen gracias a la crueldad humana y una plegaria porque esto no vuelva a suceder nunca más.
El torbellino es una música propia de la región oriental de Colombia. Esta canción habla de la agonía que la violencia ha generado en nuestro territorio y de el sufrimiento que América, esa gran madre de todos que personifica a todas las madres del continente, ha sentido por la manera en que sus hijos amados se asesinan entre sí.
En tiempos pasados los poetas cantaban a un antioqueño (habitante del Departamento de Antioquia en Colombia) en su naturaleza de hombre del campo, enamorado de su tierra, su música y su raza. Este bambuco habla del antioqueño de hoy, el hombre de ciudad, que ha debido dejar sus costumbres para habitar la incertidumbre y la complejidad de los contextos urbanos. Su lenguaje ya no es el que hablaban sus ancestros del campo, hoy se expresa en parlache (un dialecto del español propio de los contextos urbanos de Antioquia) pero su esencia y el orgullo de su raza sobreviven el él.
La familia Parra, cuna de figuras insignes como la de Violeta y sus hijos, representa para los latinoamericanos un referente importante de identidad y hermandad. Esta canción le rinde homenaje a Ángel Parra (fallecido en marzo de 2017) quien dejó una maravillosa herencia de canciones y de vida además de hacernos sentir, con su muerte, una segunda orfandad después de la partida de su madre, Violeta.
Cuando Horacio Guaraní nos advertía que, si callaba el cantor, callaría la vida, no imaginaba que tantos cantores latinoamericanos serían silenciados. “Los cantores lo advirtieron, las guitarras lo lloraron con lágrimas en los acordes” nos recuerda que olvidamos la fuerza que juntos teníamos como pueblo americano y cómo hoy hemos perdido tantas y tantas cosas. Esta canción es además una invitación, con cierta clave distópica, para los cantores para que sigan siendo ese faro que nuestros pueblos necesitan para fortalecerse.