El sermón de la Montaña III

La búsqueda del Reino

Ponente

Pbro. Francisco Ontiveros Gutiérrez

25/07/2023

Mt 7, 1-29

1. Oración

2. Canto

3. Repaso de la ocasión anterior:

¿Cuáles son las prácticas antiguas que Jesús retoma?

¿Cuál es el orden de relevancia en la que aparecen en el Evangelio? En la Oración del Padre Nuestro, ¿cuáles expresiones atienden a la "causa de Dios"? En la Oración del Padre Nuestro, ¿cuáles expresiones atienden a la "causa del hombre"?


4. Organización del capítulo VII


Lectura de Mt 7, 1-6

Una de las prioridades del Sermón de la Montaña es el reconocimiento y la aceptación de Dios como Padre, pues de esto viene la aceptación del otro como prójimo. La fraternidad nace del hecho de reconocer que tenemos al mismo Padre. Esto implica no sólo la comprensión y tolerancia frente a los hermanos, sino una actitud coherente y honesta consigo mismo, para aceptar y corregir los propios errores.


Según el "SM", la actitud filial para con Dios y la fraternal hacia el hermano son las que definen el perfil propio del discípulo de Jesús, y esta es también nuestra tarea. Sin embargo, muchas veces el discípulo de Jesús se topa con una dureza de corazón tal que, resulta mejor canalizar esas energías hacia otros destinatarios, en lugar de exponer las "perlas del reino" a la obstinación contumaz y sus consecuencias.


Lectura de Mt 7, 7-12

Ya en Mt 6, 19-21, Jesús había invitado a la confianza en Dios como un Padre Providente. Aquí vuelve a poner de relieve esa misma actitud lo que quiere decir que para Jesús y sus discípulos, esto es muy importante, ahora lo recalca con mayor insistencia. Si los miembros de la comunidad logran vivir la nueva relación con el Padre celestial, es decir, la comunión íntima con Él, que Jesús hace posible. Lo que podemos esperar de Dios son cosas buenas, somos sus hijos y nos ama, no es un juez terrible, neurótico, loco o iracundo que busque el desquite con nosotros. Él quiere sólo lo mejor para cada uno, como lo quiso con su Hijo Jesús.


De aquí se desprende también la Regla de Oro, que es la síntesis del Antiguo Testamento, de la Ley y los Profetas, tratar a los demás como queremos que ellos nos traten. 

Lectura de Mt 7, 13-14

Casi al final del Sermón de la Montaña, Jesús concluye con varias imágenes, con el procedimiento y la alternativa de elegir, invita a los suyos a tomar una decisión radical frente a la propuesta del Reino. Con las imágenes de la puerta y el camino, pone de manifiesto que la exigencia de seguirlo implica elegir entre dos estilos de vida que resultan incompatibles entre sí. Uno es propio del discípulo del Mesías y otro de los ajenos, de los que son contrarios a la vida cristiana. El primero es el más exigente, pero es, en definitiva, el que más vale la pena.


Lectura de Mt 7, 15-20

Los falsos profetas son propios del Antiguo Testamento, se les compara con la imagen de los lobos rapaces que van tras las ovejas. Al decirlo Jesús ahora, en el Sermón de la Montaña, quiere que sus discípulos se pongan en guardia contra los que atenten contra sus enseñanzas y pretendan desviar al discípulo por otros caminos. Utiliza dos imágenes sacadas de la vida pastoril: el lobo y las ovejas, y de la vida agrícola: los frutos.

Con la imagen del lobo rapaz y disfrazado, ilustra la falsedad y perversión de los que se pretenden como profetas, que no hacen otra cosa que confundir y destruir la comunidad. El criterio para distinguir los genuinos y los falsos son los frutos que produce cada uno de ellos, como enseña la metáfora de los árboles. 

Los seguidores de Jesús son invitados a dar los frutos propios de los verdaderos profetas y a discernir entre los frutos malos y buenos presentes en el mundo.


Lectura de Mt 7, 21-29

El Sermón del Monte concluye con un llamado al cumplimiento de la voluntad del Padre. El evangelista enfatiza la necesidad de hacer efectiva la enseñanza que se ha recibido. Para esto utiliza la imagen de la construcción de dos casas y sus respectivas cimentaciones.

Ahora no sólo se trata de estar en guardia ante los falsos profetas, se trata, en este momento de poner en práctica la Palabra verdadera del Señor, escuchada por el creyente.

Al final, el Señor parece indicar que no todos los miembros entrarán en el Reino, pues cada uno será juzgado por sus opciones y por la efectividad de sus acciones. 

Hacer la voluntad del Padre es la condición indispensable para que podamos experimentar la salvación que nos trae el Mesías.


5. Oración

6. Canto

7. Bendición.