Conectamos con el momento presente, con nuestra respiración. Observamos como se mueven, los caballos, cómo se comunican..., los cepillamos, los bañamos si el tiempo acompaña, y conectamos con su energía y el mensaje que tienen para nosotros, los humanos. Cada sesión es totalmente diferente, los caballos nos van guiando que necesitamos en cada momento, sin necesidad de usar la energía de los animales. Es una actividad de toma de consciencia total del momento presente, nos ayuda mucho a anclarnos a tierra, estar más presente y recuperar una consciencia corporal que quizás habíamos desconectado.