¿Cómo actuar éticamente?

La Universidad cuenta con un protocolo de actuación frente a denuncias sobre vulneración de derechos como acosos sexuales, abusos sexuales o discriminación arbitraria. Mediante él se busca prevenir, desalentar, evitar, sancionar y reparar dichas vulneraciones, no obstante esto, como comunidad UOH, tenemos la firme convicción que el actuar de cada uno de nosotros/as no solo debe responder a lo establecido en la normativa interna de nuestra universidad sino principalmente, al deber que tiene cada uno de nosotros/as por promover y mantener una sana convivencia, apegadas al respeto, la probidad y protección mutua.

Se considera que el actuar ético es aquel que adopta una posición tendiente hacia el bien común, el cual se apega al marco de los derechos humanos y como tal, actúa con base en el respeto, la justicia y la dignidad de las personas. Esto quiere decir principalmente que entre dos opciones se debe elegir aquella que implica una posición ética con enfoque de derecho y atención a la diversidad. Ya sea como estudiantes o funcionarios, trabajamos y participamos de esta comunidad con otros y otras y por ende, la rectitud e integridad en el obrar debe ajustarse a principios éticos.

Algunos principios que nos pueden ayudar a consolidar una cultura de buen trato que se preocupe por la dignidad de las personas y garantice el ejercicio de los derechos humanos de todos y todas son:

  1. No discriminación, inclusión e integración: Actuar en concordancia con una cultura de no discriminación erradicando comportamientos basados en prejuicios y/o estereotipos implica promover, reconocer, valorar y visibilizar que todas las personas tienen habilidades y potencialidades propias, distintas a las de los demás. Como comunidad, por lo tanto, debemos procurar que toda persona se sienta “parte de”, preocupándonos de que todo individuo tenga la posibilidad de participar en igualdad de condiciones y no ser discriminado por razones de sexo, identidad, religión, etnia o procedencia .

  2. Respeto y aceptación: Mantener un trato respetuoso y cordial con todos y todas las personas que forman parte de nuestra comunidad independiente de su etnia, género, religión, trayectoria, identidad y procedencia.

  3. Reconocimiento y cuidado: Conocer y reconocer en las personas sus características, gustos, emociones y dificultades, permite empatizar y comprender a quienes están a nuestro alrededor. Esto previene malos tratos y fomenta que nos escuchemos y cuidemos. Al estar conectado con otros y otras puedo identificar oportunamente cuando alguien necesita ayuda y colaborar en activar apoyos requeridos.

  4. Equidad de Género: Favorecer y entregar a todas las personas, independientemente de su género, las mismas condiciones, oportunidades y tratamiento, pero teniendo en cuenta las características particulares de cada uno para garantizar el acceso de las personas a sus derechos. Se trata de valorar las diferencias entre las personas y darles un trato equivalente para superar las condiciones que mantienen las desigualdades sociales.

  5. Diálogo: Establecer una comunidad a partir del diálogo permite el desarrollo de una comunidad crítica y reflexiva. Propiciar el diálogo como medio de resolución de conflicto es el primer paso para favorecer una cultura del buen trato.

  6. Resolución no violenta de conflictos: Buscar, promover y favorecer estrategias que permitan encontrar soluciones no violentas a un conflicto o malentendido que exista entre dos o más personas con el objeto de construir espacios de diálogo democráticos.

  7. Libertad de expresión: Respetar el derecho fundamental de las personas a manifestar sus opiniones de manera libre, sin por ello ser hostigadas. No obstante, tener libertad de expresión no significa que podemos discriminar, hablar mal, insultar, hacer declaraciones que busquen ridiculizar o difamar, o generar o reproducir discursos de odio.

  8. Pluralismo cultural y participación: En nuestras sociedades cada vez más diversificadas resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y la voluntad de convivir entre personas y grupos con identidades culturales diferentes. Nuestra universidad aspira a la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio para los intercambios culturales y el desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública.

  9. Educación no sexista: Promover una cultura no sexista en todos los espacios universitarios es decir, libres de estereotipos basados en el sexo. Una educación no sexista contribuye a lograr espacios seguros de desenvolvimiento en donde todas las personas se sientan protegidas y respetadas en su integridad.

  10. Por una universidad sin violencias de género: Erradicar las prácticas y discursos de discriminación y violencia de cualquier tipo contra mujeres y diversidades sexuales.

  11. Prudencia: Respetar el espacio personal y privado de las personas siendo consciente de los sentimientos y necesidades de los otros es importante para generar una cultura del buen trato.

  12. Espacios seguros: Favorecer espacios de encuentro donde todas las personas se sientan protegidas y respetadas, procurando que las reuniones se lleven a cabo en lugares destinados a tales efectos.

Ten en cuenta todas estas consideraciones y aplícalas también en redes sociales o medios online, el respeto mutuo y el cumplimiento de deberes es fundamental para sobrellevar la nueva modalidad educacional en estas circunstancias sanitarias excepcionales que estamos atravesando.