Introducción a los procesos de enseñanza con tecnologías

En su afán de aportar elementos que contribuyan a la elaboración de un marco teórico de referencia sobre los procesos virtuales de enseñanza y aprendizaje, Onrubia (2016) nos advierte sobre la importancia de reconocer la complejidad de las relaciones entre las NTIC y las prácticas educativas, en pos de que no asumamos “una visión lineal y simplista según la cual la incorporación de las TIC a dichas prácticas constituye, en sí misma y necesariamente, una mejora de la calidad de las mismas” (p. 2). Nos insta, además, a no centrar la discusión en los aspectos tecnológicos inherentes a su incorporación sino en los propiamente educativos, haciendo especial hincapié en que estén presididos “por la necesaria reflexión y por la suficiente fundamentación conceptual” (p. 2). Urge tener presente que existen dos condiciones necesarias para que el estudiante pueda atribuir significado al contenido a aprender: la significatividad lógica y la psicológica, siendo sólo la primera de ellas garantizable a partir del diseño del material. Además, la construcción de significado elaborada por el estudiante incluye representaciones que no quedan aseguradas el diseño antes mencionado, dado que implican el sentido que el sujeto adscribe a dicho aprendizaje. En resumen, lo que Onrubia (2016) postula es que la mera interacción entre alumno y contenido no garantiza por sí sola formas óptimas de construcción de significados y sentidos, sino que debe entrar en acción un elemento facilitador, que no es más que la ayuda educativa ofrecida por el docente.

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Sociedad de la Información y Sociedad del Conocimiento

Enseñar de cara al Siglo XXI

Educación líquida y TIC