Bruno fue más que un vecino; fue un amigo peludo que iluminó mi vida desde el momento en que nos conocimos en 2016, cuando acababa de mudarme. Aunque ya era un adulto en ese entonces, su espíritu juguetón y su lealtad inquebrantable dejaron una huella imborrable en mi corazón. Lamentablemente, en febrero de 2024, su vida llegó a su fin debido a problemas de salud, dejando un vacío inmenso en el conjunto y en nuestros corazones.
La dueña de Bruno se acercó a mí en 2020 con una solicitud especial: un retrato en óleo de su amado compañero. Con gran cuidado y dedicación, me embarqué en la tarea de capturar la esencia única de Bruno en lienzo. Utilicé varias fotografías del modelo para garantizar que cada detalle fuera fielmente representado, incluido el tapete de colores donde solía posarse con gracia.
A medida que la obra tomaba forma, una aura multicolor comenzó a emerger de Bruno, llenando el lienzo con una vibrante energía. Este toque de color no solo resaltó su vitalidad y alegría de vivir, sino que también encapsuló la esencia misma de su espíritu juguetón y su amor incondicional.
Este retrato trasciende el simple acto de capturar una imagen; se convierte en un tributo conmovedor a un compañero querido que ya no está físicamente con nosotros. A través de cada pincelada de óleo, se perpetúa su memoria y su legado, recordándonos la profunda conexión que compartimos con nuestros amigos de cuatro patas.
Ahora, esta obra de arte no es solo un retrato, sino una poderosa expresión de amor y recuerdo, una forma de honrar la vida y el impacto perdurable de Bruno en nuestras vidas.
By: David Fagua