En las clases de violín trabajamos tanto la técnica como la expresión desde el primer día. Enseño desde la correcta postura corporal, el agarre relajado del instrumento y del arco, hasta el desarrollo de un sonido limpio, afinado y musical. A medida que el estudiante avanza, exploramos técnicas como los cambios de posición, el vibrato, la precisión en la digitación y el dominio del arco en distintos contextos rítmicos y melódicos.
Dependiendo del perfil del estudiante, utilizo métodos pedagógicos reconocidos como Suzuki, ideal para desarrollar el oído y la memoria musical a través de la repetición; Rolland, que favorece el aprendizaje natural a través del movimiento; y métodos más técnicos como Galamian o Flesch, que fortalecen la digitación, el control del arco y la afinación en niveles intermedios y avanzados. También recurro a estudios progresivos de la escuela tradicional europea (Mazas, Sevcik, Kayser) y, en casos específicos, al enfoque de Kato Havas, útil para eliminar tensiones físicas o mentales al momento de tocar.
La guitarra acústica es una herramienta versátil que puede adaptarse a muchos estilos y propósitos. En mis clases abordamos desde la postura adecuada y relajada hasta el dominio de técnicas como el rasgueo, el punteo, los arpegios y el fingerpicking. Se trabaja también la lectura de tablaturas y partituras sencillas, el uso de acordes básicos y complejos, y la aplicación de progresiones armónicas en distintos estilos como bolero, balada, pop o folk.
Para quienes se inclinan por el enfoque clásico, utilizo el método de Francisco Tárrega y los estudios de Carcassi, Sor o Giuliani, que permiten desarrollar una técnica sólida y una musicalidad profunda. También incorporo recursos más modernos como el fingerstyle contemporáneo, y métodos de acompañamiento funcional, en los que el estudiante aprende a tocar canciones desde la práctica armónica y la intuición musical. Siempre busco equilibrar técnica, expresión y repertorio significativo para cada persona.
En la guitarra eléctrica el enfoque cambia, pero la atención al detalle y a la expresión sigue siendo esencial. Comenzamos por una postura cómoda, el conocimiento del mástil y el desarrollo de la técnica con púa o dedos. A lo largo del proceso se abordan recursos como los bendings, slides, ligados, palm mute, vibrato y digitaciones en todo el mástil. También enseñamos la lectura de tablatura, la improvisación, la construcción de solos, el acompañamiento en banda y el uso creativo de pedales, efectos y amplificadores.
Trabajo con métodos como el Berklee Guitar Method, que combina técnica, lectura y teoría aplicada a la música moderna; el método CAGED, que permite comprender visualmente la armonía y las escalas en el mástil; y materiales como los de Troy Stetina, ideales para quienes buscan un enfoque orientado al rock, metal y técnica solista. Todo el aprendizaje se adapta al estilo e influencias del estudiante, desde blues y funk hasta pop, rock o música experimental.
Importante:
En todos los instrumentos, combino estos métodos con herramientas modernas, ejercicios personalizados, recursos digitales y seguimiento constante. Más allá de enseñar a tocar, mi objetivo es formar músicos conscientes, expresivos y seguros, capaces de disfrutar la música y encontrar en ella un espacio de crecimiento personal y artístico.