Aquí os reproducimos la carta, que más nos ha emocionado, de nuestro compañero de matemáticas.

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Queridas compañeras:

“Hay mujeres que luchan un día y son buenas. Hay otras que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenas. Pero hay quienes luchan toda la vida: esas son las imprescindibles”. Cuando se planteo en nuestro centro que escribiéramos una carta a una mujer que admirásemos en nuestra profesión, recordé a tantas ilustres matemáticas, como Hipatia, Emmy Noether, Teano, Gaetana Agnesi y muchas más que casi nunca aparecen en los libros de texto que usa nuestro alumnado, pero se me vino a la cabeza estos verso de Bertolt Brecht, bueno para ser más exactos esta adaptación feminista que me he permitido hacer. Y pensé que no tenía que irme tan lejos para encontrar a esas mujeres luchadoras. Afortunadamente estáis muchas en nuestra escuela, os llaman coordinadoras de coeducación, y no sois las únicas, hay más. Se me vienen a la cabeza muchos de vuestros nombres, Toñi, Bea, Raquel, Maite,… distintos nombres pero un mismo perfil. Para mi sois esas mujeres que luchan toda la vida, y lucháis por la igualdad, con respeto, ese que a veces otros no os tenemos, esas sois para mí las imprescindibles. Peleáis todas las batallas, sea en el aula, el recreo, en una reunión o tomando un café, a mi me gusta escucharos, siento un gran alivio y sueño con que mis hijas algún día tengan profesoras como vosotras. Os escucho en silencio porque entiendo, que aunque esta lucha incumbe a todas las personas, creo que vosotras debéis ser las protagonistas. No me siento agredido como hombre al escuchar vuestros argumentos, ni entiendo que nadie de mi mismo género pueda sentirse agredido. Un día, una de vosotras me dijo que se reconocía machista, porque había sido educada en una sociedad machista y que el hecho de reconocerlo es el primer paso para poder cambiar, eso me hizo reflexionar mucho y esa es la filosofía que intento llevar en mi vida, pero no es fácil, nadie había dicho que lo fuera.

Compañeras somos muchos los que os observamos en silencio, admiramos vuestra lucha y la hacemos nuestra, aunque nos limitemos a una mirado cómplice al escucharos o a esa broma, a veces no muy afortunada, pero es nuestra forma irónica de decir, sabemos que tenemos defectos, pero como he dicho, el aceptarlo es el primer paso para cambiar. Esta guerra es de todas y todos, pero repito, debéis ser vosotras la vanguardia de cada batalla, muchos en la retaguardia estamos esperando un gesto para avanzar. Estos días creí oír esta señal y aquí está mi humilde aportación a esta larga y apasionante lucha.

GUILLERMO SIERRA