Lo que debemos saber sobre el dióxido de cloro

9 de agosto del 2020

¿Qué es el dióxido de cloro?

La fórmula química del dióxido de cloro es ClO2 (figura 1) y se trata de un gas de color amarillo-rojizo muy reactivo (oxidante). Se descompone rápidamente en el aire porque la luz solar rompe sus moléculas, formando cloro (en estado gaseoso) y oxígeno. También reacciona rápidamente con el agua formando iones de clorito, sustancia que también es altamente reactiva1.

Figura 1. Nombre, fórmula química y representación gráfica de la molécula de dióxido de cloro.

¿Para qué se usa el dióxido de cloro?

Esta sustancia se usa como blanqueador en las fábricas que producen papel y como descontaminante en ambientes públicos y superficies industriales. Es un potente biocida, capaz de dañar y matar a casi cualquier tipo de organismo. Se utiliza ampliamente en el tratamiento de agua potable, para eliminar bacterias y otros microbios gracias a su gran capacidad desinfectante, es por ello que puede encontrarse en pequeñas cantidades en el agua que llega a nuestras casas. Por esta razón, la EPA (Environment Protection Authority) de Estados Unidos estableció una concentración máxima permitida de 0.8 mg/l (0.8 ppm) de dióxido de cloro en el agua potable 2,3. A pesar de su diversidad de aplicaciones, su uso como desinfectante es limitado debido a su potencial tóxico para los humanos3.

Científicos han propuesto la implementación de protocolos de desinfección de ambientes que incluyan soluciones de dióxido de cloro y/o dióxido de cloro gaseoso, sugiriendo que, si es suministrado en cantidades adecuadas, no supondría un riesgo para las personas4. También se ha propuesto su utilización como agente profiláctico (enjuagues nasofaríngeos y gárgaras, que no implican beber dicha sustancia) para prevenir la infección y disminuir la transmisión del virus entre el personal de salud, ante la escasez de equipos de protección personal5. Estas propuestas no han sido evaluadas ni mucho menos aprobadas, a pesar de que no suponen el consumo vía oral del ClO2.


CDS, MMS, SMM… ¿son lo mismo?

Comercialmente se publicita al dióxido de cloro como CDS (del inglés Chlorine Dioxide Solution) o Solución de Dióxido de Cloro, es decir, dióxido de cloro disuelto en agua. Por otro lado, la MMS (del inglés Miracle Mineral Solution) o SMM (“Sustancia Mineral Milagrosa”) es una solución de clorito de sodio. Al mezclarse la MMS con agua y un ácido (como lo indican sus fabricantes), se obtiene dióxido de cloro. Tanto la CDS como la MMS vienen ganando fama por su supuesta capacidad para combatir diversas afecciones y enfermedades. Su popularidad aumentó peligrosamente en el contexto actual generado por la pandemia de la COVID-19, siendo promovida como un supuesto tratamiento contra dicha enfermedad. Sin embargo, es importante resaltar que ninguna institución sanitaria lo reconoce como medicamento, ya que carece de evidencia científica que permita sustentar su uso como agente terapéutico en la lucha contra la COVID-196.


Los orígenes de la “milagrosa” CDS

La CDS ya era comercializada en Estados Unidos y algunos países de Europa antes de la pandemia de la COVID-19, bajo el nombre de Miracle Mineral Solution (MMS). Andreas Kalcker es conocido por ser uno de los principales defensores y promotores del dióxido de cloro como tratamiento médico para enfermedades y condiciones como el cáncer, el trastorno de espectro autista (TEA), la malaria y otros padecimientos. En su página web asegura que la CDS “a dosis bajas, promete ser una solución ideal, rápida y efectiva para la eliminación de este virus”, refiriéndose al SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. Sin embargo, durante este tiempo ha sido objeto de varias denuncias e investigaciones por hacer publicidad engañosa respecto al consumo de dicha sustancia7.

Diversas agencias internacionales reguladoras de fármacos y alimentos como la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, la European Chemicals Agency (ECHA) de Europa y la Food Standards Agency de Reino Unido, así como entidades encargadas de velar por la salud pública como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), han emitido comunicados en los cuales se denuncia la comercialización de este producto y otros similares y se hace público su retiro del mercado8. Asimismo, INDECOPI ya ha ordenado el retiro y cese de comercialización de este producto en Perú9.

Andreas Kalcker asegura ser investigador y que sus ensayos son el "primer éxito de tratamiento del coronavirus con más de 100 afectados recuperados en tan solo cuatro días". En un vídeo (publicado en Youtube) explica que esta sustancia "es capaz de oxigenar y reparar los glóbulos rojos. La sangre en mal estado por falta de oxígeno se recupera en segundos”, siendo este el supuesto mecanismo de acción de la CDS contra el coronavirus10.

Como consecuencia del discurso de Kalcker, los medios de comunicación internacionales han informado sobre la realización de supuestos ensayos clínicos en diferentes países, como en el caso de Ecuador y Colombia. En la capital de este último, Bogotá, se reportó que profesionales de la salud estaban haciendo experimentos con el dióxido de cloro en ellos mismos, para luego invitar a pacientes con COVID-19 a que sean partícipes de estas pruebas consumiendo dicha sustancia. Lamentablemente, estos intentos de investigación clínica se han caracterizado por sus falencias metodológicas y falta de rigor científico11,12,13 y ético.


¿El dióxido de cloro es efectivo contra la COVID-19?

Para determinar la efectividad de un tratamiento médico, fármaco u otra intervención, es necesario realizar ensayos clínicos con una metodología especial. Por ejemplo, los estudios controlados aleatorios (ECA) asignan al azar a los participantes en dos grupos: uno recibe el tratamiento y el otro no. De esa manera se puede observar si el tratamiento realmente es el factor que genera la mejora en los pacientes (figura 2). Estos estudios poseen una metodología especial que permite asegurar la confiabilidad de los resultados, siendo evaluados desde el punto de vista científico y ético14. Es importante enfatizar que ninguna sustancia puede ser recomendada para su uso médico si no ha pasado por ensayos clínicos, ya que ellos no solo demuestran su efectividad sino que ayudan a determinar a qué dosis son seguras. En el caso del dióxido de cloro no se cuenta con tal nivel de evidencia.

Figura 2. Tipos de evidencia e información científica que se necesitan para aprobar un medicamento.

No obstante, existen estudios científicos que buscan evaluar la actividad antimicrobiana y la toxicidad del dióxido de cloro mediante pruebas in vitro (cultivos de células) e in vivo (en animales de experimentación). Los resultados indican que la solución acuosa del dióxido de cloro sería capaz de inactivar a casi cualquier tipo de virus alterando la estructura de sus proteínas4. Por ejemplo, en una investigación realizada con células cultivadas, se vio que el dióxido de cloro era capaz de inhibir la acción del virus de la influenza15. Se ha propuesto la hipótesis de que el dióxido de cloro puede oxidar a la proteína Spike del SARS-CoV-2, alterando su estructura e impidiendo, de esta manera, que el virus nos infecte4; sin embargo, este mecanismo de acción todavía no ha sido comprobado experimentalmente.

Según las estadísticas de la OMS, uno de cada cinco pacientes con COVID-19 desarrolla dificultad para respirar y son hospitalizados. El resto son considerados pacientes leves y pueden recuperarse en casa, reposando e hidratándose durante alrededor de 10 días16, siempre alertas para tratar los síntomas con supervisión médica. Supongamos que durante ese tiempo una persona consume frecuentemente infusiones, jugos, sopas u otro alimento, y se recupera prontamente, ¿querrá esto decir que dichos alimentos tienen capacidad curativa frente al virus? Es muy probable que no y que, lo que realmente haya ocurrido, es que nuestro organismo superó la enfermedad16,17. Es así como queremos ilustrar la enorme importancia de los estudios científicos para conocer la verdadera capacidad curativa de una sustancia y evitar ser engañados por nuestras percepciones y creencias, basadas en nuestra experiencia o la influencia de personas cercanas.


Los efectos del dióxido de cloro

Los efectos que pueden ocasionar las sustancias como el dióxido de cloro y sus derivados en nuestra salud, dependerán de múltiples factores a la vez, tales como la dosis, el tiempo de exposición, la forma en que se consume, las características propias del individuo, entre otros.

Existen varios estudios en células y animales de laboratorio que evidencian sus efectos en los seres vivos. Se ha visto que a concentraciones de 5 a 20 ppm inactiva hongos y bacterias, mientras que puede inhibir a virus como el de la influenza cuando es aplicado a 84 ppm15. La inhibición de virus ocurriría debido a la destrucción de sus proteínas, evitando que pueda infectar y replicarse18. De manera similar, el dióxido de cloro daña las paredes y membranas de los hongos19. Usado a concentraciones de 0.5 a 5 ppm puede ocasionar daños en bacterias, haciendo que pierdan su material interno (citoplasma)20. Estos resultados han sido obtenidos a partir de experimentos en laboratorio, por lo que debemos ser cuidadosos con su interpretación y no apresurarnos con las deducciones sobre lo que podría ocurrir en organismos como los humanos, ya que los resultados podrían ser totalmente distintos.

El dióxido de cloro no es una sustancia que actúe de manera específica contra virus o bacterias, sino que destruirá tanto a estos como a nuestras propias células. Además, debemos tener en cuenta que no todas las bacterias que se encuentran en nuestro organismo son dañinas, pero podrán resultar igualmente dañadas, como se ha visto en estudios realizados en pollos, en los que el consumo de dióxido de cloro en bajos porcentajes alteró la población de bacterias del intestino, muy importantes para la salud de los animales21. Experimentos con células pulmonares de ratones, no han detectado un daño significativo al ser tratadas con dióxido de cloro a 200 ppm y tampoco se ha visto que la inhalación de esta sustancia a 20 ppm produzca anormalidades destacables15 en roedores. Tampoco se han observado daños en el ADN producidos por esta sustancia22. En cuanto a estudios en humanos, en los 80’s se hicieron estudios en personas normales y con deficiencia de la enzima G6PD, que podrían ser susceptibles al ClO2 debido a que las células sanguíneas no tienen protección contra su acción oxidante22. Con el suministro diario de medio litro, a una concentración de 5 ppm, durante 12 semanas, no se hallaron consecuencias clínicas significativas; sin embargo, no se pueden descartar posibles efectos negativos a concentraciones mayores y/o a más tiempo de exposición como los mismos autores señalan en sus conclusiones23,24,25.

Es muy probable que al ser ingerido disuelto en agua, el ClO2 reaccione y se transforme en clorito, el cual será absorbido por nuestro cuerpo y posteriormente eliminado26,22. Es probable que el clorito sea el principal responsable de las alteraciones observadas en células sanguíneas22,27, así como en el funcionamiento de la tiroides y el sistema nervioso; sin embargo, estos mecanismos aún no son entendidos claramente, por lo que hace falta realizar más investigaciones22.


¿Se han reportado efectos adversos por consumo de dióxido de cloro?

La Food & Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, ha recibido y viene recibiendo reportes de efectos nocivos en personas que consumieron dióxido de cloro. Los principales efectos nocivos registrados por la FDA son: Insuficiencia respiratoria causada por metahemoglobinemia, cambios en el ritmo cardíaco (pudiendo llegar a ser letales), baja presión arterial mortal causada por deshidratación, insuficiencia hepática aguda, anemia hemolítica y reducción de células sanguíneas, vómitos severos y diarrea severa29. Por su parte, la Organización Panamericana de Salud (OPS) ha emitido un comunicado donde indica riesgos similares y donde resume también el pronunciamiento de varias instituciones de Salud de la región en contra del consumo de dióxido de cloro6.

Otros países en donde las autoridades de Salud han alertado sobre el potencial peligro de ingerir estas sustancias y han prohibido su venta como “medicamentos” son Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido30-32. Por último, existen también reportes de daño renal agudo (nefritis intersticial, necrosis tubular y vasoconstricción severa) provocado por el fuerte estrés oxidativo generado por esta sustancia33.


¡El CDS sí funciona, deberían informarse!...

Algunas personas nos han respondido de esa manera por nuestros contenidos anteriores relacionados al CDS. Además nos adjuntan enlaces de videos, blogs y patentes. Estamos de acuerdo en que informarse es clave para construir argumentos en medio de un debate, pero el detalle está en verificar dicha fuente de información.

A raíz de esta pandemia, la creación y difusión de noticias falsas ha sido bastante notoria, llegando a ser, en algunos casos, perjudicial para la salud de algunas personas. Según los psicólogos Dunning y Kruger34,35, las personas que dominan muy poco sobre una determinada materia tienden a tener mucha confianza sobre ella, llegando a conclusiones erróneas y tomando decisiones desafortunadas; además, el estado de confianza que mantienen no les permite darse cuenta de sus errores. Bajo este contexto, para una persona poco o nada entrenada en el ámbito científico le sería difícil poder encontrar una fuente confiable de información y saber cómo verificar dichas fuentes de manera crítica. Pero no solo eso, sino que además, no sería consciente de ello.

En palabras del Psicólogo Alberto Soler36 “quienes lo hacen peor no se dan cuenta porque no tienen las habilidades necesarias para hacerlo bien, ni para darse cuenta de que lo están haciendo mal”. Sin embargo también menciona que “al entrenar a las personas más incompetentes, y darles más conocimientos, aumentaría también su capacidad para darse cuenta de su incompetencia, lo cual repercutiría en su posterior crecimiento a la competencia” (figura 3).

Figura 3. Nivel de confianza de una persona sobre un determinado tema respecto al conocimiento que maneja de dicho tema.Fuente: https://www.albertosoler.es/dunning-kruger-incompetentes-ignorantes

Mensaje final

El uso de productos que no han probado ser eficaces y seguros contra la COVID-19, no sólo puede ser perjudicial para la salud de quienes lo consuman (debido a las reacciones adversas que pueden producir), sino también para toda la población, ya que la falsa sensación de seguridad puede ocasionar el abandono de las medidas eficaces de prevención y control28. Actualmente no existe evidencia científica del uso de dióxido de cloro o derivados como agentes preventivos o terapéuticos en el contexto de COVID-19. Se recomienda no usarlo para la prevención o tratamiento de la COVID-1928 y continuar utilizándolo solo como desinfectante de superficies.

Autores

Blgo. Diego Orihuela Tacuri

Liliana Salazar, MSc.

Pamela R. Chacón Uscamaita, MSc.(c)

Blga. Eliza Gonzales Bernabel

Blgo. Alexis Murillo Carrasco

Blgo. Gustavo Calleja

Blgo. Bernardo E. Quispe-Bravo

Bach. Dilan Suárez Aguero

Revisores

Blgo. Mirko Lino Navarro

Blga. Karen Flores Caballero

Referencias

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  3. ESSALUD- Seguro Social de Salud –Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación. Julio 2020. Disponible en: http://www.essalud.gob.pe/ietsi/pdfs/covid_19/RB34_dioxidodecloro_19Julio_editado.pdf [Consultado el 01 de agosto del 2020].

  4. Kály-Kullai K, Wittmann M, Noszticzius Z, Rosivall L. Can chlorine dioxide prevent the spreading of coronavirus or other viral infections? Medical hypotheses. Physiol Int. 2020; 107(1): 1-11. doi: 10.1556/2060.2020.00015

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  7. https://www.eltiempo.com/salud/coronavirus-en-bogota-experimento-con-dioxido-de-cloro-a-pacientes-con-coronavirus-491528

  8. Uso de Dióxido de cloro para el tratamiento de pacientes con diagnóstico de COVID-19. Seguro Social de Salud -ESSALUD. Instituto de evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación. [Internet]; 2020 jul 19 [citado 02 de agosto de 2020]. Reporte Breve N° 34.

  9. Perú: Indecopi ordena el retiro y cese de comercialización del producto ‘CDS. NOTICIAS GESTIÓN PERÚ [Internet]. [citado 2 de agosto de 2020]. Disponible en: https://gestion.pe/peru/indecopi-ordena-el-retiro-y-cese-de-comercializacion-del-producto-cds-dioxido-de-cloro-noticia/?fbclid=IwAR3mFgIBA0VZrd3AoZvb-pNSrhLqjHlopnbEpj8kWMArn10t1n9LkmR_sdc

  10. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=TSNkwj1fQ6A&feature=youtu.be

  11. Qué sabemos sobre el supuesto ensayo realizado en Ecuador que afirma que el CDS cura el coronavirus - Maldita.es [Internet]. Maldita.es — Periodismo para que no te la cuelen. 2020 [citado 2 de agosto de 2020]. Disponible en: https://maldita.es/malditaciencia/2020/05/21/ensayo-cds-eficaz-contra-coronavirus/

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