¿COVID-20? ¡Científicos al rescate!

19 de julio del 2020

Esta semana ha ocurrido un suceso que alarmó a la comunidad científica peruana y provocó la respuesta de diversos investigadores: el Sr. Jorge Cuyubamba Domínguez, ciudadano peruano residente en China, alertó a la comunidad sobre la alta probabilidad de aparición de un nuevo coronavirus dentro de 6 o 7 meses, al que llamó “COVID-20”. Estas afirmaciones, a las que se sumaron una serie de explicaciones imprecisas, lograron alertar a la ciudadanía, causando angustia, pánico y confusión. Dejando de lado las indagaciones sobre las intenciones del señor Cuyubamba, en CAPTA creemos que es importante aclarar los principales puntos de su discurso, con la finalidad de despejar las dudas que puedan quedar en los ciudadanos y desacelerar la transmisión de desinformación.

Resumiremos el discurso del Sr. Cuyubamba en cinco de sus afirmaciones e inmediatamente procederemos a discutirlas:

I. “Existe una alta probabilidad de que aparezca el ‘COVID-20’ dentro de 6 o 7 meses”.

Actualmente, una de las principales actividades científicas es la vigilancia de la aparición de nuevas variantes genéticas del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. Como muestra de ello, un estudio en más de 3000 genomas del virus reportó un total de 11 mutaciones proteicas (1). ¿Cuándo podría aparecer un nuevo coronavirus que nos infecte? No es fácil responder a esta pregunta ya que, en verdad, no podemos predecir dicho evento; pero, podemos intentar acercarnos a la respuesta si sabemos cada cuánto tiempo muta el virus y cuándo se originó. La Organización Mundial de la Salud ha publicado un artículo con datos de variantes del virus, donde también se menciona su frecuencia de mutación (2). Además, una investigación (aún en revisión) indica que el SARS-CoV-2 se habría originado entre los años 1948 y 1982 (3), lo que significa que habría estado circulando libremente en animales (probablemente murciélagos y/o pangolines) muchos años antes de su salto a humanos. Como vemos, existen múltiples esfuerzos por conocer mejor al coronavirus, pero a pesar de ello, intentar predecir cuándo aparecerá un nuevo coronavirus es como tratar de predecir cuándo ocurrirá el siguiente terremoto.

II. “La ‘COVID-20’ será más letal”.

La letalidad de una enfermedad viral se calcula como el número de muertes que causa dividida entre el número de personas diagnosticadas. Por ejemplo, si en una población existen 800 personas diagnosticadas con COVID-19 y se reportan 24 muertes, la letalidad sería de 0.03 (24/800) o, en porcentaje, 3%. Así, la letalidad del SARS-CoV-2 podría considerarse baja en comparación con la de otros coronavirus como el MERS-CoV o el SARS-CoV-1 (4,5). Como se puede ver en la tabla 1, la letalidad de cada nuevo coronavirus no se relaciona con su orden de aparición en el tiempo ni con la letalidad de su predecesor, mostrando que es difícil (si acaso no imposible) pretender predecir la letalidad de un nuevo coronavirus.

Tabla 1. Letalidad del SARS-CoV-2 versus MERS-CoV y SARS-CoV-1 (4,5).

III. “El SARS-CoV-2 es un virus tenue o débil”.

Consideramos que se debería tener mucho cuidado con este tipo de afirmaciones, puesto que la denominación de “virus débil” se puede interpretar como que el virus no es suficientemente peligroso. Tengamos en cuenta que, además de la letalidad, existen otros atributos que determinan el impacto en la salud que puede ocasionar un virus, como por ejemplo su capacidad de contagio. Un estudio ha descubierto una mutación en la proteína S (spike) del virus que mejoraría su capacidad de transmisión (figura 1) (6), aunque esto no es evidencia de que lo haga más letal. Con más de 14 millones de infectados y más de medio millón de muertes a nivel global, es cuestionable considerar al SARS-CoV-2 como un “virus débil”.


Figura 1. Mutación en el aminoácido 614 de la proteína Spike del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19

IV. “El uso de antibióticos en granjas y pesticidas harían que los virus muten constantemente”.

Los principales factores que pueden hacer que los virus muten están relacionados con estructuras y funciones propias del virus y su relación con las células que infectan. Se sabe también que la frecuencia de mutación puede cambiar debido a variaciones en el entorno del virus (7). Los antibióticos son fármacos que se utilizan para combatir microorganismos patógenos, generalmente bacterias, mientras que los pesticidas son sustancias empleadas para combatir plagas como insectos, hierbas, roedores, mohos, etc. Ninguna de estas sustancias se utiliza para combatir virus, pero esto no quieres decir que no puedan afectarlos. Existe poca información acerca de los efectos de mutación de los antibióticos sobre los virus, pero sí hay evidencias de que algunos pesticidas pueden hacer que ciertos animales (8,9) sean más susceptibles a enfermedades virales, lo que facilitaría su propagación; de hecho, no sería sorprendente que algo similar ocurra en humanos. En definitiva, la interacción de los virus con las células que infectan es el principal factor promotor de mutaciones.

V. “Debemos tener una vacuna universal para coronavirus”.

Una vacuna universal para coronavirus sería capaz de inmunizarnos no solo contra todos los coronavirus conocidos (como el MERS-CoV, SARS-CoV-1 y SARS-Cov-2), sino también contra nuevos coronavirus que puedan surgir. Este concepto no es nuevo, pero aún no se puede asegurar su factibilidad (10). Muchos investigadores coinciden en que una vacuna es necesaria y su diseño es una lucha mundial contra el tiempo; sin embargo, uno de los principales retos es la velocidad de mutación de estos virus, que ocasionaría la modificación periódica de la vacuna, como en el caso de la influenza, para que pueda ser efectiva. Por ello, es crucial una mayor investigación en el campo.

VI. Un llamado de atención.

Frente a los hechos acontecidos, procuramos recuperar y mantener la claridad respecto a lo que se conoce hasta el momento sobre el SARS-CoV-2 y la COVID-19. Sin embargo, queremos hacer también un llamado de atención por la conducta irresponsable que ha tenido el Sr. Jorge Cuyubamba, como científico (si es que lo fuera) y como comunicador científico. Este llamado también va dirigido a la prensa escrita, digital y televisiva del Perú, por no verificar sus fuentes de información científica. La conducta irresponsable de los medios de comunicación puede poner en riesgo la credibilidad de la comunidad científica peruana. En CAPTA estamos convencidos de que el periodismo científico responsable es una necesidad imperante en nuestro país.



Autores

Blgo. Diego Orihuela Tacuri

Bach. Dilan Suárez Agüero

Blgo. Bernardo E. Quispe Bravo

Liliana Loayza Salazar, M.Sc.

Blgo. Alexis Murillo Carrasco

Blga. Karen Flores Caballero

Referencias

    1. Ugurel OM, Ata O, Turgut-Balik D. 2020. An updated analysis of variations in SARS-CoV-2 genome. Turkish Journal of Biology. 44: 157-167.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7314508/


    1. Koyama T, Platta D, Paridaa L. 2020. Variant analysis of SARS-CoV-2 genomes. Bull World Health Organ. 98: 495–504.

https://www.who.int/bulletin/volumes/98/7/20-253591/en/


    1. Boni MF, Lemey P, Jiang X, Lam T, Perry B, Castoe T, Rambaut A, Robertson DL. 2020. Evolutionary origins of the SARS‐CoV‐2 sarbecovirus lineage responsible for the COVID-19 pandemic. (Preprint).

https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2020.03.30.015008v1.full.pdf


    1. Wu Z, McGoogan JM. 2020. Characteristics of and Important Lessons from the Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Outbreak in China Summary of a Report of 72 314 Cases from the Chinese Center for Disease Control and Prevention. JAMA. Volume 323, Number 13.

https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2762130


    1. Mallapaty S. 2020. How deadly is the coronavirus? Scientists are close to an answer. Nature. Vol. 582.

https://www.nature.com/articles/d41586-020-01738-2


    1. Zhang L, Jackson CB, Mou H, Ojha A, Rangarajan ES, Izard T, Farzan M, Choe H. 2020. The D614G mutation in the SARS-CoV-2 spike protein reduces S1 shedding and increases infectivity. (Preprint).

https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2020.06.12.148726v1


    1. Sanjuán R, Domingo-Calap P. 2016. Mechanisms of viral mutation. Cell. Mol. Life Sci. 73: 4433–4448.

https://link.springer.com/article/10.1007/s00018-016-2299-6


    1. DeGrandi-Hoffman G, Chen Y, Simonds R. 2013. The Effects of Pesticides on Queen Rearing and Virus Titers in Honey Bees (Apis mellifera L.). Insects. 4: 71-89.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4553430/


    1. Kerby JL, Storfer A. 2009. Combined Effects of Atrazine and Chlorpyrifos on Susceptibility of the Tiger Salamander to Ambystoma tigrinum Virus. EcoHealth, 6: 91–98.

https://link.springer.com/article/10.1007/s10393-009-0234-0

    1. Giurgea LT, Han A, Memoli MJ. 2020. Universal coronavirus vaccines: the time to start is now. npj Vaccines, 5:43.

https://www.nature.com/articles/s41541-020-0198-1