La calidad del aire se refiere a la pureza y composición del aire que respiramos en un determinado lugar y momento. Se evalúa a través de la concentración de diferentes contaminantes atmosféricos y otras partículas suspendidas en el aire que pueden tener un impacto en la salud humana, el medio ambiente y los ecosistemas.
Los principales contaminantes que se consideran al medir la calidad del aire incluyen: Partículas suspendidas (PM), Dióxido de azufre (SO2), Dióxido de nitrógeno (NO2), Ozono (O3), Monóxido de carbono (CO), entre otros. La calidad del aire es un factor crucial para la salud pública, ya que la exposición a niveles elevados de contaminantes puede provocar problemas respiratorios, cardiovasculares y otros trastornos de salud.
Para medir y controlar la calidad del aire existen normativas y estándares que establecen niveles de contaminantes permitidos en el aire. Se realizan monitoreos constantes con el objetivo de asegurar el cumplimiento de estos estándares y tomar medidas correctivas, de ser necesarias, para proteger la salud y el ambiente.
Un índice de Calidad de aire es una herramienta para comunicar a la población el nivel de contaminación en el aire de forma instantánea. Esta información es de suma importancia debido a que niveles altos del ICA implican que se puede ver afectada la salud de las personas. En la actualidad, la República Argentina no tiene definido una forma propia para calcular un índice de calidad de aire, por lo que se ha optado en muchos trabajos científicos por utilizar el de USEPA. El índice de Calidad de aire está dividido en 6 categorías que indican incrementos en cómo afectan a la salud de la población.
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