CAFETERÍA

DONALD

C/Canalejas, 3, 41001

CASA FUNDADA EN 1973

ESPECIALIDAD EN COCINA DE MERCADO Y MARISCO DE LA COSTA


COCINA ABIERTA 12:00 H. - 24:00 H.

ALGUNOS DE NUESTROS PLATOS PUEDEN CONTENER GLÚTEN, LÁCTEOS, HUEVO O FRUTOS SECOS


HISTORIA DEL DONALD

¿Por qué se llama simplemente Cafetería Donald el que es uno de los restaurantes tradicionales con más raigambre en Sevilla? ¿Cómo empezó? ¿Cómo ha llegado a ser lo que es ahora?

El establecimiento abre sus puertas en 1973. Lo funda Manuel Avila Romero, un profesional de la hostelería de los años sesenta. Grandes amigos suyos eran Enrique Becerra (fundador de los restaurantes Becerra), Pepe el fundador de los restaurantes Jamaica, Luis Senra, fundador de la Casa Senra, sus amigos Paco y Manolo Ramos, fundadores de Río Grande, amigo y compañero de los hermanos Fernández (los de la cadena Hernández, “el buen comer”)…

El propio Manuel Avila había creado antes la Hostería del Laurel y fue su director hasta 1973. Y anteriormente había trabajado en el restaurante Líbano, que fue uno de los mejores de Sevilla, con una selecta terraza de verano, donde actuó Antonio Machín, y todos los artistas que se preciaran de la época.

Pero desde la apertura del Donald, Manuel Avila se dedicó por entero al nuevo establecimiento. Se fue rodeando de personas jóvenes, a fin de adaptarse al nuevo concepto de hostelería que iba surgiendo en los años setenta. Rápidamente se ganaron su confianza Mariano García Romero como jefe de sala, Juan Pazos Hurtado como encargado de la cocina, y Manuel Japón Sosa como jefe de barra; a todos ellos formó en su escuela tradicional sevillana, y empezó la andadura de la Cafetería Donald.

Quince años más tarde, cuando los tres encargados antes mencionados pasaron, en 1988, de empleados a dueños, se había conseguido que una cafetería moderna -cuyo nombre fue primitivamente “Cafetería El Pato Donald”, y estuvo regentada por Valentín Bravo- cambiase su indiosincracia y evolucionara hasta convertirse en la imagen del gran restaurante tradicional sevillano, con una clientela de toreros, futbolistas, cantantes y la esencia de Sevilla.

(Mencionemos de pasada que fue necesario alterar el nombre original de Pato Donald, pues ya en 1973, el mismo año de su apertura -recordemos que entonces no había Internet ni nada parecido- recibió un aviso de la Casa Disney reclamándole 700.000 pesetas de las de antes si quería usar ese nombre… Gracias a ese episodio, hoy se la conoce con el nombre inconfundible de “el Donald”).

Reiterados han sido los premios recibidos por su ensaladilla, su célebre ensaladilla rusa. Es una de las tantas paradojas del Donald: en un establecimiento donde se degustan los mejores mariscos y se aprecia la extraordinaria calidad del pescado, donde habitualmente salen las raciones de patas rusas, de coquinas, percebes, langostinos, rodaballos, su sello tal vez más distintivo es esta ensaladilla sin otras pretensiones que la de estar hecha con los más tradicionales ingredientes caseros, la misma desde hace 40 años…

Pero tal vez este sea el gran secreto del bar, tan obvio y a la vez tan infrecuente. Un establecimiento de apariencia funcional, de nombre arbitrario, denominado modestamente como “cafetería” se esmeró desde el principio en la máxima calidad de la cocina y en el buen servicio; y de esta manera, sin mayor propaganda (¿qué se busca, después de todo, a la hora de comer, salvo comer bien, y con buen ambiente?), sin empleo de “marketing”, adquirió el prestigio que la ha sustentado hasta hoy.

La cocina siempre se ha sustentado en lo más elemental: la calidad del producto. En esto puso siempre el Donald su mayor esmero. Desde el principio se desplazaban cotidianamente a Huelva para traer las mejores gambas y el mejor pescado fresco. La carne viene de Avila, seleccionada y traída por Dionisio.

Las chacinas proceden de la sierra de Huelva; la familia Eiriz de Corte Concepción selecciona lo mejor para el Donald desde hace 42 años.

Desde su apertura en los años setenta comenzaron a frecuentar el establecimiento Don Manuel Chopera, uno de los empresarios taurinos más importantes de España, de Colombia y del mundo; Don Eloy Gallego, personaje donde los hubiera, soriano y veterinario conocido por todos los ganaderos: Carlos Núñez, Luis Argarra, Don Ramón Sánchez, Sánchez Ibargüen, el Marqués de Albacerrada, Juan Lara, Juan Pedro Domecq, Vitoriano del Río, Vitorino Martín, los hermanos San Pedro, Luis Duranga, Don José Escolar…

Por la Cafetería Donald pasaron los toreros Paco Camino, Curro Romero, Paco Ojeda, Curro Durán, José Antonio Campuzano, Tomás Campuzano, Manili, Joao Maura…

La vinculación con el mundo del toro le ha valido el reconocimiento de numerosos clubs taurinos, de los que, tal vez para sorpresa de muchos, hay repartidos por todo el mundo (entre ellos el sueco, y el americano de San Francisco); especialmente popular es el Donald entre los aficionados franceses.

Personajes del mundo de la radio; Iñaki Gabilondo, Pepe Da Rosa, Bobby Deglané (cuya calle se encuentra hoy en la primera esquina a la izquierda), Joaquín Durán, Enrique García…

Futbolistas del Betis, como Gordillo, Rogelio, y del Sevilla…

Folklóricas: Rocío Jurado, Lola Flores, Concha Piquer, Juanita Reina, Charo Reina, Isabel Pantoja, María del Monte, Imperio Argentina…

Artistas: Plácido Domingo, Pepe Marchena, Antonio Mairena, manolo Mairena, Juanito Valderrama, el Camarón de la Isla, Paco de Lucía, Roncapino, Nano de Jerez, el Cabrero, Chocolate, Paco Torrojo y tantos que se quedan en el tintero de la mala memoria del cronista…

Y del mundo de la política, ¿por qué no citarlo?, han tomado café o han tapeado o comido en el Donald desde Carrero Blanco hasta Susana Díaz, pasando por Felipe González, Alfonso Guerra, Adolfo Suárez, Ruiz Mateos, Javier Arenas, y los que fueron y son alcaldes de Sevilla, Manuel del Valle, Soledad Becerril, Monteseirín, Zoido y Espadas.

Citamos nombres conocidos porque ciertamente han pasado por aquí; pero lo más importante para el Donald no es la presencia de “famosos” (que nunca ha querido utilizar, como se ve, o más bien no se ve, en la decoración de sus muros) sino el hecho de que van por la tercera generación de vecinos y amigos de Sevilla que hacen de la visita al Donald parte de su rutina diaria.

En 2016 Mariano García Romero, al frente de la nueva sociedad Cruz Iriarte Aramburu, asume en solitario la dirección del Donald y lleva a cabo dos importantes reformas: una en mayo de 2016, en la que renueva las antiguas instalaciones, desde la fontanería y electricidad hasta la renovación total del mobiliario (mesas, sillas, taburetes, mantelería…); y otra en agosto de ese año, en la que culmina la modernización total del restaurante (cocina, almacén, zona de servicios). El 20 de agosto de 2016 el Donald reabre sus puertas, totalmente renovado y modernizado, repuesta su decoración tradicional, y con idéntica calidad en su cocina de siempre.