Toda la actividad de la Unión de Oficiales está orientada e impregnada por la defensa de dos cualidades del mando: responsabilidad y disponibilidad. La responsabilidad y disponibilidad que se asume en función de los distintos empleos y cargos que se ocupan, deben estar presentes y reconocidas en cuantas decisiones y normativa afecten al conjunto de guardias civiles, como retribuciones, criterios de asignación de pabellones, etc. 

Los oficiales deberán tener la posibilidad de optar, como ocurre en la Escala de Cabos y Guardias, a seguir en activo o pasar a situación de reserva de forma voluntaria. De ese modo podrán mantener sus retribuciones íntegras hasta la edad de jubilación, fijada actualmente en los 65 años.

Hasta que se logre modificar la Ley de Personal que permita optar a permanecer en activo hasta la edad de jubilación, seguiremos impulsando que haya suficientes puestos de trabajo, con un despliegue de vacantes reglado y transparente, para que todos los oficiales en reserva que quieran puedan seguir trabajando, de modo que no experimenten pérdida de sus retribuciones. Las funciones de estos puestos de trabajo en reserva deben respetar las atribuciones que corresponden a los distintos empleos, así como su estructura jerárquica.

Vemos como año tras año la mayor parte de las nuevas vacantes se despliegan en Madrid, mientras que las unidades territoriales agonizan sin apenas oficiales. Esta falta de oficiales a nivel territorial obliga a que un mando se tenga que hacer cargo de varias unidades, y a que vea reducida la posibilidad de hacer cursos o participar en comisiones de servicio. Además, este déficit de oficiales territoriales dificulta las posibilidades de carrera fuera de Madrid. En muchos casos, quienes viven con sus familias lejos de Madrid tienen que plantearse si ascender y renunciar a su vida familiar, o renunciar al ascenso para conservar a su familia.

Debe avanzarse en el despliegue territorial de vacantes para oficiales, de modo que exista una posibilidad razonable de proyectar la carrera profesional sin el imprescindible requisito de pasar media vida en Madrid, alejados de la familia y con unos precios de vivienda desorbitados. Desde la Unión de Oficiales lucharemos por una carrera profesional sin sacrificar la vida familiar y sin tener que renunciar al ascenso.

El sistema de valoración del desempeño ha quedado más que obsoleto. Solo hay que ver que las notas medias siguen en progresivo aumento y están próximas a alcanzar la media de diez.

La Unión de Oficiales aboga por un sistema más objetivo, con elementos de valoración objetivamente medibles, que a diferencia de lo que ocurre hoy pueda ser impugnado en caso de desacuerdo y que tenga un peso comedido y no invalidante, frente a otros elementos que marcan la trayectoria profesional. No es admisible que obtener un siete en un informe de calificación, que debería ser una buena nota, pueda ser un lastre hasta el punto de privar del ascenso.

Estamos viviendo un progresivo aumento de vacantes de Libre Designación y Concurso de Méritos. La misma vacante, por el hecho de cambiar su titular de Capitán a Comandante pasa a ser Libre Designación, lo que no obedece ni a criterios de plantilla, ni al número de habitantes, ni a las tasas de delincuencia, sino tan solo a que la persona titular ostente un empleo u otro.  La Unión de Oficiales seguirá defendiendo la igualdad de clasificación a igualdad de puesto de trabajo o unidad. Como ejemplo, las jefaturas de comandancias se cubren por el mismo sistema, y no por el empleo de su titular. 

Que en los empleos de Comandante, Teniente Coronel y Coronel ya no haya vacantes de antigüedad y apenas de méritos, provoca en muchos casos la renuncia al ascenso, dada la incertidumbre que genera la posibilidad de obtener una vacante de Libre Designación ante la falta de vacantes de antigüedad y méritos. Unión de Oficiales seguirá defendiendo la necesidad de una razonable proporción entre los tres tipos de vacantes, denunciando la situación de desequilibrio que está generando la DGGC.

El teletrabajo es una realidad social, un avance tecnológico y organizativo que la Guardia Civil no pude obviar. En la Guardia Civil ya existe la modalidad que combina presencia con disponibilidad. ¿Cómo no va a ser factible que a esa disponibilidad, que ya existe, además le sumemos unos cometidos y se compute su tiempo?

Vamos a seguir defendiendo la necesidad de una implantación razonable para todos aquellos puestos de trabajo en los que sea factible, en el convencimiento de que es una medida que facilita la conciliación laboral y familiar, que, combinándola con otras medidas (como, por ejemplo, alojamientos logísticos), evitaría el fracaso de la Guardia Civil en cuanto a remover obstáculos al desarrollo de la carrera profesional que hoy se expresa en forma de renuncias al ascenso.

Los guardias civiles, en general, y los oficiales, en particular, tienen una alta movilidad, fruto del transcurso de su carrera profesional (especialización y ascensos). La Guardia Civil debe ampliar las residencias de plaza y otros alojamientos logísticos para facilitar esa movilidad.  

En este campo queremos impulsar la implicación de los recursos de la Asociación Pro-Huérfanos. El ejemplo es la alta aceptación de la Residencia Infanta María Teresa. Los recursos deben invertirse en lo que verdaderamente necesita y más beneficia al conjunto de guardias civiles. Las viviendas, o construir un gimnasio (como se está haciendo) benefician solo a unos pocos, pero alojamientos como la Residencia Infanta benefician a una multitud y es ahí donde la APH, una vez atendidas las necesidades de los huérfanos, debe centrar su atención.

Es más que evidente que las dietas por alojamiento y manutención durante las comisiones de servicio están anticuadas, un hecho que tiene especial incidencia cuando la comisión se desarrolla en ciudades como Madrid, en las que los guardias civiles a menudo se las ven y se las desean para encontrar alojamiento por el exiguo importe previsto como indemnización, dado que es frecuente que las residencias del Cuerpo vengan siendo insuficientes, por lo que, junto a la propuesta de incremento de residencias logísticas, la Unión de Oficiales seguirá impulsando la actualización del importe de estas indemnizaciones.

Asimismo, se defenderá agilizar los procedimientos de pago, ya que no es razonable demorar el abono de una indemnización cuyo importe ha sido adelantado por los comisionados de su propio bolsillo, lo cual puede ocasionar perjuicios económicos para los mismos, especialmente en las comisiones de larga duración.

La Unión de Oficiales logró el apoyo del Ministerio del Interior para la reclasificación de los niveles para tenientes y capitanes. Se trabajó en un proyecto de modificación del Real Decreto de retribuciones que fue informado positivamente por el Consejo de la Guardia Civil. En la tramitación orgánica del proyecto, el Ministerio de Hacienda que, en principio no se oponía, ya que la modificación normativa no suponía incremento del gasto público, finalmente se opuso ante la incertidumbre de un escenario sin Presupuestos Generales del Estado. En ese contexto, la Unión de Oficiales seguirá defendiéndolo y retomará el proyecto tan pronto haya posibilidad de presupuestos.

El empleo de Alférez ha sido y es en la actualidad un empleo que ostentan los alumnos que se forman para ingresar en la Escala de Oficiales. El ingreso en la Escala de Oficiales se venía haciendo con el empleo de Teniente, y grupo A1 a efectos retributivos. Sin embargo, durante unos años, se creó el empleo de Alférez como empleo operativo, como el primero de los empleos de la categoría de Oficial, clasificándolo en el grupo A2, pese a que éstos habían recibido la formación para el ingreso en la Escala de Oficiales y realizaban el trabajo y responsabilidades que corresponde a quienes integran las escalas de oficiales. Aquello solo podemos calificarlo como una anomalía. Se buscó tener oficiales sin pagarles lo que les correspondía. Es de justicia que, al menos, ese tiempo se reconozca y compute como tiempo permanecido en grupo A1 a efectos del cálculo de la futura pensión. Objetivo que asumimos para introducirlo en el próximo proyecto de Ley de Personal.

La Unión de Oficiales seguirá defendiendo que para los oficiales que se formaron en la Academia General Militar su antigüedad para el cálculo de trienios, y pensión, cuente desde que ingresaron en aquella academia, de forma que esos dos años no se pierdan, del mismo modo que los trienios del resto de guardias civiles se computan desde el primer día que ingresaron en el centro de formación.

Aun siendo conscientes de que se trata de una cuestión que afecta a la Función Pública en general, en particular a la Administración General del Estado, y desborda las competencias de la Guardia Civil, la Unión de Oficiales tiene presente este objetivo para defenderlo en cuantos foros tenga oportunidad.

Ningún guardia civil debe quedar exceptuado del régimen de jornada y horarios, sin perjuicio de la flexibilidad que requiera el puesto de trabajo que ocupe. En particular, deben establecerse controles para que todos los oficiales disfruten de los descansos que les corresponden, como medida necesaria, no solo para la conciliación familiar, sino como garantía de salud física y mental.

Como se ha venido haciendo hasta ahora, la Unión de Oficiales seguirá oponiéndose a los ataques que, en contra de lo que establece la Ley, atenten contra las competencias que tiene asignadas y viene ejerciendo, tanto territorial como funcionalmente.  Del mismo modo, defenderá las posiciones de la Guardia Civil en cuantos foros o proyectos normativos se pretendan desarrollar y afecten a sus competencias y despliegue territorial. 

Tampoco nos olvidamos del desequilibrio que existe en la distribución de puestos de trabajo en órganos del Ministerio del Interior y otros organismos nacionales e internacionales, entre Guardia Civil y Policía, marcándonos como objetivo el logro de un reparto justo y equilibrado, tanto en la cantidad como en nivel de responsabilidad.

La desconexión digital no es una opción, sino que existe un mandato legal. Además, está íntimamente relacionada con la protección de la salud. Para la Unión de Oficiales, la desconexión digital no es incompatible con la disponibilidad, pues ésta se puede mantener sin la exigencia de estar permanentemente conectado a dispositivos digitales.