Ayeo es un término flamenco que simboliza un llanto, un canto de lo que en el alma y cuerpo duele, una manera de expresar la profundidad del sentimiento llevado a la danza.
Una historia en tiempo presente que relata un triángulo amoroso que desemboca en tragedia.
La obra aborda temas relevantes como la violencia de género, una lacra que, por desgracia, sigue presente en la actualidad. Sin embargo, también explora el amor, la amistad, la diversión y la traición. Esta variedad de sentimientos la convierte en una pieza dinámica, cuyos personajes atrapan al espectador con sus tramas y un argumento tremendamente ágil.
Una apuesta de Ballets de Tenerife donde la danza nos muestra la realidad del ser humano con una coreografía vibrante, mensajes para reflexionar y que no te dejarán indiferente.
Música
Varios autores
Coreografía
Héctor Navarro
Bailarines
Alma - La Novia
Claudia Pérez-Salvatierra
Dolor - El Novio
Sergio Pérez Aguiar
Amor - El Amante
Víctor Rodríguez
Lealtad - Amigas
Tania Peña
Jennifer Cabrera
Secreto - Traición
Ángeles Perea
Fiesta - Invitados/as
Génesis Molina
Náyade Murcia
Daniel Alfonso
Kelly Cana
Aday González
Adrián Hernández
Diseño y confección de vestuario
Bea De la Rosa
Diseño de Escenografía
Sergio Pérez López
Construcción escenografía
José Soriano
Diseño de luces
Hugo Carugatti
Toda la trama se desarrolla en la casa. En el salón del apartamento, en el dormitorio, un día cualquiera que han organizado una reunión de amigos. Mientras preparan la casa y esperan, la tensión es latente y la llegada de todos alivia momentáneamente ese ambiente.
Comienza la reunión, aunque la situación es insostenible y acaba explotando. Ni el uno ni la otra son capaces de retener sus instintos.
Aprovechando el bullicio y la distracción, encuentran un momento para estar juntos, a solas, es peligroso, lo saben, pero la atracción es mayor. Serán solo unos instantes que desembocarán en grandes problemas. Volverán con todos, pero ya habrá sospechas, la traición de la amistad llegará, el arrepentimiento también, aunque tarde, la tormenta ya se ha desatado.
Tras mucho dolor y sufrimiento, no más llanto, no lo merece. Es momento de olvidar, avanzar, de pasar página y nunca mejor que con las amigas de verdad, esos ángeles que te transportan, te ayudan y rescatan cuando más necesitada estás.
El alcohol deja aflorar los sentimientos y pasiones ya no tan ocultas. Quedan al desnudo las ganas, pero hay temas que no se han zanjado. Es momento de intimidad. Nuevamente, las amigas se encargan de conseguirlo. Por fin solos.
Son descubiertos, ya no se puede negar nada, es evidente. La desgracia se aproxima, se derrama sangre. Aparece la locura, la desesperación con la perdida de lo más querido de lo más anhelado, ese amor oculto tanto tiempo y ahora desvelado. No tendría que ser necesario llegar hasta ahí, pero ocurre.