30K - Descripción
El punto de inicio se encuentra en el entorno del parque de La Acebera, o Finca de Santa Bárbara (la mayor finca de uso público de la zona centro del Principado con 340.000 metros cuadrados y más de 2.000 especies vegetales), en las cercanías del núcleo urbano de Lugones.
Tras unos metros por el frondoso bosque, tomamos un camino de zahorra que discurre por la vera del río Nora para cruzar el mismo por el “Puente Vieyu”, joya emblemática del siglo XV.
El puente "Vieyu"
Seguiremos por el trazado del Periurbano cruzando la carretera de Villapérez para adentrarnos en el Naranco, monte totémico de los ovetenses que guarda rincones llenos de historias y leyendas como el cuartel de Lugarín, obra del patrimonio histórico ovetense, que dejaremos a la derecha, para iniciar un fuerte ascenso por un sendero que nos llevará al primer avituallamiento. En este punto se iniciará el descenso de la carrera de 15 Km.
La carrera de 30 Km. continuará el ascenso para cruzar, por el paso del Periurbano, la carretera del Naranco, donde nos encontraremos con una corta pero fuerte subida que, una vez superada, y tras un breve respiro, nos pondrá en el camino hacía el primer paso por el Picu Paisano.
El Picu Paisano
Para dirigirnos hacía nuestro próximo destino, el llamado Picu Cuervo, coronado por antenas y repetidores (dejando a nuestra derecha los neveros o pozos de nieve), iniciaremos un descenso por un camino algo peligroso (por lo estrecho) que nos acerca entre jóvenes robles, helechos y cotoyas a la Contriz (antigua casería del Naranco), donde nos encontramos con el segundo avituallamiento.
Continuaremos por el Fayeu para desembocar en el siempre vertebrador Periurbano. Bajamos rápido y cómodos dejando a nuestra derecha casamatas de la guerra civil. Abandonaremos el Periurbano para meternos por camino de Llaniello. Éste tramo es una senda de ganado, bastante técnica por deteriorada, sobre todo al principio, que poco a poco se va haciendo más ancha y fácil, hasta desembocar de nuevo en el Periurbano.
En una sucesión de sube-bajas llegamos al Boquerón, donde emprendemos otra buena subida. Tenemos que coronar La Peña, una doble cumbre de 561 metros de altura desde donde, si tenemos aún ánimo, podemos contemplar una amplísima vista de la zona oeste de Oviedo, San Claudio y la sierra del Aramo.
Vista de Oviedo desde La Peña
Recuperamos el aliento en la bajada al collado Llinares y volvemos a conectar con la senda del Periurbano, construida en su mayor parte sobre caminos tradicionales que comunicaban las distintas poblaciones del Naranco con Oviedo. Ahora, vamos hacia el noroeste, bordeando el Canto Caleyina y tomando un camino a la derecha que, en constante pendiente, algo engañosa, nos acerca a la Contriz, donde nos encontramos con el tercer avituallamiento.
Cambiamos de cuenca y pasamos a la parte meridional del Naranco. A partir de aquí tenemos un buen tramo en el que más o menos podemos recuperar el aliento. Bajamos por la carretera de hormigón y nos desviamos por un camino maderero a la izquierda. Subida suave por camino estrecho entre eucaliptos y, después, sube-baja durante un par de kilómetros.
Vemos muy cerca el Picu paisano, y la enorme estatua del sagrado Corazón, próximo hito. Pero no va a ser tan fácil coronarla. Un comisario de la carrera nos indicará que tenemos que tomar un pequeño sendero que desciende fuertemente hasta la Fuente de Los Pastores.
La Fuente de los Pastores
Este tramo es muy rápido, sobre todo si el camino está seco con lo que aprovechamos para intentar restarle segundos al crono. Rodeamos por encima de la fuente y, después de unos pocos metros de asfalto, emprendemos una gran subida, que nos lleva sin posibilidad de descanso a la cota más elevada de la carrera: 637 metros.
Una vez alcanzada, iniciaremos un breve descenso hasta el área recreativa. Después superaremos una leve subida hasta el repetidor, desde donde afrontaremos una prolongada bajada cruzando nuevamente la carretera del Naranco por el paso del Periurbano, donde nos encontramos con el cuarto avituallamiento.
Continuamos el descenso por un camino ancho, hasta coger un estrecho sendero. Al final del mismo giramos a la derecha para afrontar una dura subida que hará que nuestras piernas manifiesten una fuerte protesta.
Una vez superada iniciaremos un nuevo descenso por un sendero entre un tupido bosque, donde al final del mismo, y tras cruzar la pista Finlandesa, retomamos el mismo trazado de la ida para alcanzar nuestra ansiada meta en la pista de atletismo del Parque de La Acebera, donde habíamos iniciado la salida.
Vista del parque "La Acebera"