Durante el día, apuntaremos al Sol con los telescopios, haciendo proyección del astro rey sobre una pantalla, o protegiendo el propio instrumento con un filtro adecuado o a través de un prisma de Herschel. En la noche, nos dedicaremos a la observación de la Luna creciente, de las constelaciones y estrellas más destacadas y de los astros profundos que el cielo nos permita disfrutar.